Capitulo 29

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—Exacto— me apego aún más a él.

—No te gustan las fiestas, no te gusta bailar, no te gusta el color rosa— enumere con los dedos —No te gusta nada de lo que me gusta— reímos.

—Pero me gustas tú...— sonrió —Eso sobrepone lo anterior ¿no?

—Un poco— corte la poca distancia que había entre nosotros para unir nuestros labios.

—No tardes— pasó sus brazos por mi cuelloatrayéndome hacia ella.

—No tardare. — le confirme uniendo nuestros labios.

—Son unos dramáticos. — interrumpió Kendall. Katelyn rio. —Irá al baño pormenos de dos minutos y se despiden como si no fueran a verse por días.

—No te metas— riendo lo golpeó una vez mas ____________.

—Déjalos entrometido— dijo Katelyn antes de llevárselo seguramente a la pistade baile improvisada. La cual ahora teníamos enfrente. Por más que me habíanegado ____________ me había hecho entrar a la casa.

Atrape su labio inferior suavemente, mientras que ella hacía lo mismo con misuperior. Rosaba mi lengua con sus labios pidiéndole la autorización aun que claramenteno la necesitaba. Entre abrió los labios permitiéndome que ambos miembrosbucales se declararan una guerra. 

—Te acompaño— susurro entre besos. 

—No— reí —Aquí no— bufo con fastidio y volvió a cortar la distancia entrenosotros. —Vamos a casa— tres horas ahí ya había sido más que suficiente. Dique sí, Di que sí. Mordió su labio inferior y me miro risueña.

—Me despediré de Kendall y te espero en el auto. — una vez más beso mis labiosantes de perderse entre la multitud.

Subí corriendo las escaleras, corriendo entre comillas ya que era difícilsubirlas con tanta gente en ellas. Caminaba tratando de recordar lasindicaciones de Kendall para llegar al baño hasta que finalmente lo encontré,mire hacia la ventanilla de arriba de la puerta y el foco estaba apagado.Entre. 

Termine de lavar mis manos y me di la media vuelta para secarme y justo cuandotome la toalla blanca la luz se apagó. 

—Mierda— dije en un susurro al creer que la luz se había ido. Pero no era asíya que la música seguía sonando fuertemente, al igual que las risas y gritos delos presentes.

Di dos pasos tratando de acercarme a la puerta o tan siquiera al lavabo y asípoder llegar a la puerta. Ya que era una obscuridad total. A lo mucho entrabapoca luz por la ventana de arriba pero aun así no lograba ver nada.

Toque la perilla de la puerta, pero un par de manos se posaron en mi abdomen.Estas subieron y bajaron lentamente, cosa que hizo que me relajara.

—Dijiste que me esperarías en el auto— no hubo respuesta por su parte más queun par de besos en mi cuello. Decidí seguirle un poco el juego. 

Comenzó a empujarme lentamente hasta que choque con el retrete, donde me hizosentarme. Esperaba que se acercara, era tan molesto no poder verla. Estaba porpararme cuando el sonido de un zíper me hizo quedarme pegado al 'asiento'.Sentí sus manos en mis hombros y seguido se sentó en mis piernas. Me integre aljuego, puse mis manos en su cintura ahora desnuda y hundí mi rostro en sucuello. — ¿Cambiaste de perfume?— pregunte antes de hincar mis dientes sobre supiel. 



Me, myself & himWhere stories live. Discover now