Capitulo 8

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—Ya estamos listos— rápido gire la perilla y me metí en la habitación.

— ¡Eres una tramposa! — grito girando la perilla pero ya le había puesto seguro. Me cambie a la velocidad de la luz deje mi fleco recto y deje que se hicieran las naturales ondas en mi cabello ya que aún estaba húmedo por la ducha de en la mañana.

—Espero que no nos lleves a un salón de belleza o un aburrido spa— dijo James mirando por la ventana del copiloto

— ¿Cómo adivinaste? — Pregunte con excesiva emoción —Iremos a hacernos manicure, pedicura, nos pondremos mascarillas y... 

—Aquí mismo me bajo— dijo James abriendo la puerta con el auto aun en movimiento

— ¡Estás loco! — Le grite por abrir la puerta en plena avenida y la cerro 

—Tú estás loca si piensas que entrare a un lugar así— carcajeé

—Era broma— rodo los ojos —Y aunque quisieras... No te dejarían entrar— reí —No sin antes llamar a seguridad y que te hagan pasar por un detector de metales— los pequeños se unieron a mi risa. El solo soltó un sarcástico 'que graciosa'

—Llegamos — les dije estacionándome frente a un gran edificio gris con detalles en blanco de dos pisos

— ¿Que es aquí? — volteé a ver a James indignada ante la pregunta de Jazzy.

— ¿Nunca los has traído? — pregunte en tono de reproche.

— ¿A una bodega? ¡Para que! 

—No es una bodega— le reclame —Vengan— me baje del auto y me miraron desconfiados — ¿De verdad nunca habías venido? — le pregunte sorprendida.

—No— contesto pasando su brazo por mi cintura apegándome a él. 

Entramos y un leve frio nos envolvió. Era una pista de patinaje de hielo.

— ¡Wow! — Jazzy se emocionó al ver la enorme pista blanca — ¿Vamos a entrar? ¿Sí? ¡Anda James vamos! — tiraba de su brazo y Jaxon se le unió

—Hey hey hey— les llame y voltearon a verme atentos —Es más que claro que no vinimos a ver solamente— ambos corearon un '¡Wi!' caminamos hacia la taquilla para pagar las entradas y que nos dieran los patines.

—Tres— pidió James y lo mire entrecerrando los ojos.

—Cuatro— corregí

—Tres— repitió

—Cuatro— le sonreí al señor que comenzaba a fastidiarse 

—Solo tres— me miró fijamente

—Solo dos entonces— me di la media vuelta molesta y escuche como maldecía en un susurro.
—Cuatro— dijo finalmente y una sonrisa triúnfate apareció en mi rostro. —Eres una chiflada— susurro en mi oído abrazándome.

—Lo sé— tome su mano entrelazando nuestros dedos para después caminar hacia los niños que miraban a través del cristal a las demás personas patinando. 

Fuimos hacia el mostrador y entregamos los cuatro tickets, pusieron cuatro pares de patines sobre este y cada quien tomo los suyos. 

Una vez listos esperábamos en una banca a que el tiempo de los que estaban en la pista terminara. No había muchas personas esperando, eran máximas algunas diez. Un fuerte sonido semejante al de un silbato indico que era hora de salir, después de esto el zamboni alisó la pista. 

Me, myself & himWhere stories live. Discover now