Capitulo 6.

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Llegamos a un restaurante muy elegante, el ministro había reservado una mesa en una esquina muy escondida del lugar, en el qué para ser sincera, había mucha calma, no se oía tanto ruido de los cubiertos chocando con los platos. Todo estaba muy elegante y sobre todo muy sereno, incluso yo, como ya lo dije, necesito vencer esas barreras que siempre he tenido, le voy a demostrar a Malfoy que no soy la niñita de antes, a la que hacían llorar sus insultos, ya no soy débil ni vulnerable.


Un mesero nos trajo la carta, habían innumerables platillos que solo por leer su nombre, hacían una laguna en mi boca, la verdad es que no estoy acostumbrada a visitar este tipo de lugares y muchos platillos son desconocidos para mi, pero los que conocía lograban llenarme de antojo. Finalmente pedí pechuga de pollo rellena de queso con crema de champiñones y espagueti en crema de chipotle, el ministro pidio una botella de vino tinto para la cena, pero ademas, una botella de champán para celebrar al finalizar la cena.


Quede realmente satisfecha con el delicioso platillo, y por las expresiones de mis acompañantes, podía notar que también lo estaban. Durante la cena habíamos hablado sobre los buenos tiempos que nos esperaban con la propuesta de Malfoy, habíamos hablado también sobre la facilidad con que lograríamos llevar a cabo el proyecto a la realidad. El ministro paso la cena elogiando nuestras virtudes. Ya terminada la cena le pidió a uno de los meseros que abriera nuestra botella como era la tradicion, no con magia, si no con un saca corchos para así poder escuchar la tradicional explosión acompañada de espuma de champán.


Brindamos por nuestro trabajo y por los tiempos venideros, nuestra charla se había pasado de ser de trabajo, a ser de amigos que se encontraban luego de mucho tiempo. El ministro reviso su reloj de bolsillo y se percató de que iba tarde a algún compromiso, le llamo a uno de los meseros y se levanto de su lugar.


-Debo irme, pero ustedes quédense, por favor-. Llego el mesero y el ministro se dirigió a el. -Todo lo que pidan mis queridos acompañantes, carguelo a mi cuenta, yo me retiro, hasta mañana chicos.


El mesero asintió con la cabeza y se retiro, el ministro salio del lugar tan rápido como pudo, dejandonos solos en la mesa a Malfoy y a mi, bebí el resto de champán que quedaba en mi copa y sentí que el silencio se hacia cada vez mas molesto.


-Sabes, ya son casi las 10, debo irme, no me gusta tomar taxi tan tarde-. Dije rompiendo el silencio y tomando mi bolso de el perchero que estaba a un costado de mi.


-No, espera, quisiera hablar contigo, claro, si no te molesta, además yo tengo coche, puedo llevarte a tu casa si no hay ningún problema-. Malfoy se levanto de su silla tomándome de un brazo invitandome a sentarme nuevamente, le hizo una seña al mesero que nos atendía, y este se aproximó de inmediato. -Por favor, retire los platos, si es tan amable-. Me sorprendió la amabilidad con la cual le pidió al mesero que retirase los platos, no recordaba así al rubio insufrible.


-No, para nada, no te preocupes, yo tomare un taxi, y espero no te moleste pero tal vez podamos hablar otro día.


-Hermione, insisto, si no quieres que te lleve, no lo haré, pero al menos dejame hablarte, prometo no tardar mucho, la verdad no creo que tengamos otra oportunidad de hablar con el trabajo que se nos viene en sima.

Delicioso Dilema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora