Capitulo 22.

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Draco's P.O.V.


Supe que la comadreja se había ido a Francia junto con el cara rajada, pensé que era mi oportunidad con Herm, pero, no, tal vez ella si cree que lo nuestro de aquella noche fue un error, al menos eso es lo que dijo ella. No puedo imponerle mi compañia, aunque ella quiere que nuestra amistad siga como si nada hubiese pasado, pero en fin, que puedo hacer, solo respetar su desicion. Aunque no pienso renunciar a mi lucha por conquistarla algún día.


Había permanecido algunas horas de mas en el salón de conferencias, cuando una llamada me saco se pensamientos.


Inicio de llamada:


D: -Hola?


H: -Hola, que tal te va?


D: -Hermione!, bien, no esperaba que me llamaras-. Le confieso pues era verdad, creo que no me llamaría y se limitaría a hablarme solo en el trabajo.


H: -Estas ocupado?


D: -No, de hecho, me quede arreglando unos papeles en el salón de las conferencias-. Miento.


H: -Ya tengo celular, pero, aun no lo comprendo bien, así que no lo uso.


D: -Ya lo dominaras, yo también batalle un poco, te explicaré cuando te vea.


H: -Sobre eso, te invito a cenar en mi casa, puedo preparar o pedir algo, o en otro lugar si así lo prefieres.


D: -Veamos que sabes preparar, en 20 minutos llego-. Le digo emocionado pues muero por verla.


H: -Te espero. Adiós.


Fin de la llamada.

Salgo inmediatamente de el lugar y con paso velos subo al auto u me dirijo a una floreria, quiero sorprendería con algo hermoso como ella, algo que ame en el momento en que lo vea, un ramo de rosas rojas llaman mi atención y sin pensarlo dos veces le digo al hombre que es el ramo que deseo comprar. Salgo inmediatamente de ahí y me dirijo hacia el departamento de Herm.


Presionó el timbre de la casa y ella abre la puerta chocando con el enorme ramo, su erección es adorable, pues, me abraza y me agradece cual niña pequeña recibiendo su muñeca nueva, más pone en un jarrón con agua.


Luego de eso me invito a cocinar con ella, aunque lo duda por un momento ella acepta, hicimos un tremendo desorden en la cocina y llenandonos de huevo, crema y harina el cuerpo y el cabello. Ella es tan servicial, pues, me ofreció ropa limpia y la ducha, tomamos una ducha y nos sentamos a cenar.

Delicioso Dilema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora