Capítulo 24.

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Se detuvo en seco, pero no volteo, mi alma estaba rota, lo estaba perdiendo, en tan poco tiempo me enamore de el, a pesar de sus defectos, de sus errores, lo amo como a nadie, incluso, a su lado me olvide por completo de la existencia de Ron, no respondí su carta, ni si quiera se si envío más, francamente ni me importa, en este momento lo único que me importa realmente es estar con Malfoy, la felicidad que he sentido en estos dias, la plenitud.

Me quedo callada al verlo ahi parado, sin voltear a verme, mi llanto no cesa, no permite articular palabra alguna, veo como destensa sus músculos como si estuviera muy cansado y agacha la cabeza, da un paso más y es ese momento que el valor que me caracterizó para ser seleccionada en Gryffindor se hace presente. -No te vayas!-. Le digo apenas con un soplo de aliento, el se para frente a mi a escasos centímetros de distancia.

-Que ocurre?-. Me dice con la voz mas fría que me ha demostrado, incluso que en nuestros años de estudiantes.

-Yo, yo te amo-. Sus ojos se iluminaron como aquel reflejo de la luna en el lago de anoche.

-Entonces que es lo que necesitas carajo?-. Me grita dando un golpe a la mesa con su puño marcado, haciendome tirar un reparo de susto.

-Es solo que no quiero lastimarlo.

-Aún lo amas?-. Me pregunta con desesperación en su cansada voz y yo me quedo sin respuesta, pues es verdad que no lo amo, pero, que siento por el? -Contesta caray, aún lo amas?-. Vuelve a preguntar aun mas molesto y desesperado.

-No, no lo sé, se que no lo amo, pero aun asi, lo quiero...-. Me interrumpe antes de que explique que el cariño hacia Ronald es solo como el amigo que fue durante 7 años.

-Perfecto, te olvidaras de mi, yo me hago a un lado, tú se feliz con el, no recordarás lo que hemos vivido, seguiré siendo tu amigo incondicional, mientras veo como te casas con la estúpida comadreja y yo me muero por ti, y sabes por que? Porque te amo, y porque aunque me joda la vida, no te quiero ver sufrir-. Me quedo sin expresión facial, tratando de asimilar sus palabras, el llora con un sentimiento indescriptible, esto me sigue quebrando por dentro, pero no puedo llorar, pues mi mente no termina de procesar la información recibida. De pronto veo que Draco saca su varita de su bolsillo y me apunta con ella. -Te amo-. Veo salir de sus labios que me besaron esta mañana, y que ahora solo despiden palabras amargas. No se lo que pretende hacer conmigo pues sigo en mi estupor, no coordino ni movimiento ni palabra, estoy como estatua en medio de la sala. Intento sacar mi varita al ver que se aleja a dos pasos de mi, tomo mi varita y la levanto pero no lo hago a tiempo pues pronuncia un hechizo que apenas escucho.

Draco's P.O.V.

-Obliviate-. Un rayo de luz sale de mi varita y choca contra su pecho, se desvanece como si le hubiera robado la misma vida cayendo al suelo inconciente.

-Por Salazar! Pero que he hecho? Soy un idiota.

Modifique los recuerdos de Hermione, ahora no recordará que hemos hecho el amor incansablemente, no recordara que la amo como un imbesil, ahora lo único que recordara es que esopera con ansias que su estúpida comadreja regrese de Francia, y que yo, que yo solo soy su amigo, un amigo que secretamente la va a amar por siempre.

La tomo en mis brazos y la recuesto en su cama, sigue inconsiente, pero se que estar a bien, sólo dormirá 1 hora por mucho, así que beso sus labios queriendo no tocarla, me levanto de la cama desidido a irme, pero escucho como mi Rizitos de oro se remueve en la cama, me giro para percatarme de que se encuentre bien, pero me encuentro con sus ojos de miel abiertos de par en par.

-Draco, que haces aqui, que paso?-. Al escuchar su cuestión mis ánimos cayeron hasta el suelo.

-Fuimos a desayunar, pero cuando llegamos te desmayaste-. Le miento.

-Pero me siento bien-. Me contesta inocentemente.

-Si, dijo la enfermera del edificio que solo te bajo la presión, pero ya estas mejor-. Le digo acariciando su frente, maldigo el momento en que mis impulsos me guíaron para hacernos daño.

-Que sería de mi sin ti?-. Me pregunta provocando un estruendoso palpitar en mi corazón.

-No digas eso, sabes que lo hago porque te...-. Me quedo en silencio pues ya no puedo decirle que la amo. -Que te quiero Herm.

-Yo también te quiero amigo-. Me abraza y sus palabras taladran mis oidos, no puedo hacer nada, bueno si, pero no quiero hacerle mas daño aún.

Se levanta de su cama y antes de que me quiebre frente a ella, me despido con el pretexto de que mi madre me espera, ella me pide que tenga cuidado en el camino, siempre con esa sobre protección maternal, me da un beso en la mejilla y salgo del departamento hacia mi coche, siento mi alma derrumbarse en mil pedazos, subo a mi auto y le pido me lleve a casa, el auto comienza a elevarse y es ahí cuando me permito romper en llanto y sacar todo el sentimiento de amargura que poseo.

Entro a la casa sin hacer escandalo, pues, no quiero que nadie se de cuenta del estado en el que me encuentro, pero no corro con suerte, pues en el pasillo que dirige a mi habitación me encuentro con la estúpida e inmadura de Greengrass, en este momento quisiera lanzarle un Avada, pues de no ser por ella, tal vez en este momento me encontrara feliz con mi rizitos. Tomo del brazo a la inmunda soplona con gran fuerza, tanta que escucho como se queja de dolor, abro la puerta de mi cuarto y la dejo caer en la cama, la aludida me mira con miedo y culpa a la vez, pero el miedo predomina en sus verdes ojos, supongo que es porque no puedo evitar que se note el gran odio que siento por ella.

-Qq, que t, te pasa, Dra, Draco?-. Me pregunta temblando.

-Eres una maldita víbora-. Le recrimino, al mismo tiempo que veo que saca su varita, pero soy mas ágil y rápido que ella y saco la mía apuntandola. -Expillarmus-. Conjuro, y su varita es expulsada por el aire atrapandola.

-Tran, quilizate, por, por favor-. Comienza a gritar, así que hechizo la recámara para evitar que alguien mas escuche la discusión.

-Como me pides que guarde la calma si, haz arruinado por completo mis planes, mi vida, te has ganado todo mi desprecio y mi repulsión.

-Perdóname, pero no me voy a quedar de brazos cruzados mientras veo como el hombre que amo se revuelca con una inmunda sangre sucia-. Gesticula una mueca de asco, y yo intento contenerme para evitar lanzarle la maldición Cruciatus por haber insultado a mi Herm, pero no me controlo lo suficiente y la tomo bruscamente del mentón.

-No te atreves a volver a llamarla de esa manera.

-Sueltame Draco, soy una chica.

-Una chica que merece todo mi desprecio, una chica que a partir de hoy, no conozco, y cuidado, escuchame bien, cuidado con mencionar a alguien una sola palabra de lo ocurrido el día de hoy, sobre todo lo de esta mañana-. La amenazo soltando su cara.

-Y que hay de lo que yo siento?-. Se levanta de la cama y se acerca a mi quedando a pocos centimetros, su mano se posa en una de mis mejillas tiernamente.

-Largate-. Le contesto frío mientras me quito su mano de en sima.

-Contestame.

-Que te largues te digo-. Le grito abriendo la puerta y haciendo una seña para que salga, esta obedece y se va.

Cierro la puerta y me tiro a mi cama, como desearía que esa inútil no se hubiese aparecido esta mañana. Como pude ser tan estupido, porque me ilusione tanto con Hermione, sabiendo que estaba con alguien más. Creo que, aunque quiera culpar a todo el mundo, el único culpable fui yo. Aún asi, yo no le pedí a Hermione que lo dejara, al menos no ahora, yo solo quería convencerla de que mi amor era sincero, ya después vendría lo demás. Pero no, las cosas no salieron como las tenía planeadas.

Delicioso Dilema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora