Capitulo 4.

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Mi trabajo ha estado demasiado pesado, tanto que he decidido armarme de valor y pedirle al ministro que mejor permita agregar un puesto a mi departamento, así podría tener menos carga de trabajo, pienso pedirle agregar el cargo de director adjunto, es decir, una persona que tenga las aptitudes para desempeñar el mismo puesto que yo, así no dudaría en poner en sus manos la seguridad del mundo mágico, ademas, asi ambos nos encargariamos de los proyectos, ya sea juntos o separados y no seria tanta carga de trabajo y no se acomularían las propuestas.

Si, definitivamente lo hare, después de todo nada pierdo con intentarlo, al contrario, creo que puedo lograr convencer al ministro, a el mas que a nadie le interesa que se autoricen rápido las buenas propuestas legislativas. Me levante de mi comoda silla negra, donde, a pesar de estar acojinada, ya estaba harta de estar sentada.

Me dispuse a llegar a la oficina del ministro de magia, el cual, al escuchar mi nombre tras la puerta de esta, me dio el pase y con una seña me pidió que me sentara en uno de los sillones de terciopelo rojo que estaban frente a su escritorio, mientras el enrollaba un pergamino y lo colocaba en la pata de una de las lechuzas, lo hacía con mucho entusiasmo así es que rompí el silencio.

-Ministro, disculpe, no he querido interrumpir, tal vez deba volver en otro momento-. Me puse de pie.

-Para nada Hermione querida, eres oportuna, justo iba a dirigirme a tu despacho, hay buenas noticias-. Se sentó en el sillón que se encontraba frente a mi. -Lothie, por favor traeme un té de canela y a Hermione...-. Se interrumpió a si mismo para quitarle la tierna mirada de en sima a una adorable elfina que vestía un sencillo vestido suelto color rosa con algunas flores balncas decorandolo y unas pequeñas zapatillas de tela color negro, me dirigió la mirada en modo de pregunta, para saber si quería tomar algo.

-Un café, Porfavor, con 2 cucharadas de azúcar y una de café, solo un poco de leche por favor-. La elfina asintio con la cabeza y salio de la oficina, efectivamente había ayudado mucho el que yo tuviese el puesto que tengo, desde hace casi un año que la ley prohibe rotundamente la esclavitud de elfos, ahora deben pagar sueldos por servicios y brindarles libertad de vestir a la voluntad de cada elfo, de lo contrario, pagarían multas o en su extremidad, serían juzgados con el riesgo de ser encerrados en Azkaban.

-Y bien, venias con un motivo, cuentame.

-Por su puesto, mire, estas ultimas 2 semanas, mi trabajo ha estado muy cargado, me refiero a que se dejaron venir olas de propuestas.

-Claro de hecho v sobre eso quiero hablarte, pero anda continua.

Unas chispas blancas se hicieron presentes de sorpresa frente a nosotros, y después del destello, se hallo parada Lothie con una bandeja con 2 tazas y una bandeja aun mas pequeña con panesillos que dejo en la mesa de centro y se retiro.

Tomamos nuestras respectivas tazas y continúe después del primer trago de café. -Así que, pensé en que, tal vez seria una buena idea, agregar el puesto de Director adjunto del departamento, así poder trabajar ambos en lo que consta, deberá ser alguien con las aptitudes y características adecuadas para poder desempeñar mi propio puesto-. Tome un sorbo de café. -Aun no he pensado en alguien, pero tal vez con su ayuda lleguemos a una persona responsable.

El ministro se quedo callado y con una expresión de sorpresa en su rostro, tal vez no se lo esperaba, o tal vez fui demasiado atrevida.

-Vaya, realmnte no esperaba esto, sinceramente me sorprendes.

Sonreí de medio lado pues, no sabia si esa reacción era buena o era un rotundo NO.

Delicioso Dilema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora