Capitulo 38.

184 17 1
                                    

Después de una semana encerrada en casa, bajo el cuidado de mis nuevas amigas, ya era hora de continuar con mi vida. Me había resultado dificultoso hacerlo, me había enamorado de una persona que al final se había burlado de mi, había dejado a quien era mi prometido, había hecho cosas que jamás había hecho, me entregue a el, perdí mi virginidad con un hombre que jamás me amo como dijo. Monte en escoba no una, si no muchas veces, incluso me enseño a hacerlo sola, pero poco significó para el. Me costaba aún más trabajo entender si era posible que me haya demostrado ser diferente, que me haya mostrado el amor que dijo tenerme, y luego de pronto no habia nada.

Volví al trabajo, donde compartía con el, pero, como ya le habia sentenciado, no saldría de su espacio, aunque debo aceptar que aunque no quiera, habrán momentos en los que tendremos que vernos, hablar, estar en el mismo espacio, y como es trabajo, debemos hacer como si todo está bien, dejando de lado lo personal. Ni hablar, difícil me ha tocado.

Hablé con Harry durante el almuerzo de hoy, le conté toda la verdad, incluso le pedí que no actuara en contra de el, obviamente me dijo que estaba loca al protegerlo aun después de lo que me hizo, pero le dije algo que ni siquiera el mismo pudo negar, "Uno nunca elige a la persona que ama". Sabía que de todos modos no se quedaría de brazos cruzados, pero al menos estaba tranquila porque sabía que no le haría daño.

Gracias a Merlín hoy no lo vi, no tuve contacto con el, para nada, pero sabia que solo había sido suerte, porque iba a llegar el momento en que nos encontraremos, lo cual no quería que pasara.

Al día siguiente, lo vi pasar, su mirada seguía perdida, como si no fuese el mismo, como si algo lo perturbara. La plata líquida de sus ojos había desaparecido, ahora eran de un tono gris común, opaco. Al verlo, mi corazón se aceleraba, se enloquecia, pero debía controlarme, pues ya no habría vuelta atrás.

El miércoles de igual manera lo vi, pero intente ignorarlo, fue inútil, pero al menos se que no presto atención cuando lo miraba. Yo no hacía más que limitarme a tomar el almuerzo sola en mi oficina, alejándose de todo el mundo que una vez me había visto feliz con Draco.

El jueves, iba distraída, entrada en mi mundo, cuando tope por accidente con alguien, tira do al suelo todos los papeles que llevaba en brazos. - Disculpa, que torpe soy-. Me disculpe sin mirar a la víctima de mi torpeza y distracción, y me agache a levantar todo, entonces me estire a tomar un documento que había quedado retirado, mi cabeza topo con la de el, dejando un fuerte dolor, levante mi cabeza para volver a disculparme y me encontré con Ron, que se sobaba su cabeza mientras hacía muecas. - Ron, disculpame, lo siento tanto, estaba, perdón-. Me disculpaba y sobaba su cabeza.

-Mione, no te preocupes-. Me dijo mientras me ayudaba a ponerme de pie y entregando me todos los documentos que habían volado tras el impacto.

-Te ofrezco un té, disculpame, ven-. Le dije y camine hacia mi despacho que ya estaba cerca.

Entramos y nos sentámos en la pequeña sala, Dunny, el elfo, nos trajo 2 tazas de té de tila, para tranquilizar un poco mis nervios.
-Como estas? -. Pregunto Ron.

-Ammm, pues bien, si, y tu? -. Le contesté aturdida aún.

-Oye, espero no te moleste, pero, Harry estaba preocupado por ti, y me hablo de lo que pasó-. Me dijo jugueteando nervioso con sus dedos.

-Harry es un bocon, pero, lo hizo porque en verdad lo creyó necesario, tal vez, Quiza porque tenía que tranquilizar su ira-. Le dije ya relajada por el té.

-Si, Ja ja, de hecho lo dijo para tratar de calmarse, estaba furioso-. Me tomo de la mano y me sorprendí. - Mione, a pesar de todo, yo sigo estando aquí, si necesitas algo, eso no lo dudes.

-Ron-. Me solté de su agarre, no quiero que mal interprete las cosas. -Yo agradezco que quieras apoyarme-. Fue lo único que dije para no parece razonable grosera, yo no quería que Ron pensara que por el hecho de que entre Draco y yo se terminaron las cosas, el es el camino libre de nuevo.

Se retiro de mi despacho para comenzar los labores, pero no conforme, decidió volver 10 minutos antes del almuerzo para invitarme a comer por ahí, pero yo negue, lo menos que quería era dar a pájaros de que hablar. Su insistencia fue mucha, así que, como el negarme no surtia efecto, tuve que aceptar, siempre y cuando el almuerzo lo tomaramos aquí mismo, como ya había dicho, no quería que la gente comenzara con sus habladurias.

Después de haber pedido la comida, y en la espera de su llegada, el joven que había robado mi corazón, entró sin anticipación a mi despacho, nuevamente note el vacío de su mirada de plata, convertido ahora en las cenizas de lo que antes fue. Me miro, y por un momento sentí que habría alguna discusión, algún arranque de celos, el hecho de que estuviera con Ronald ya era demasiado, después de terminar, a 2 semanas de la ruptura, aún sabiendo y aceptando lo que el hizo, me pareció que su reacción sería mala, pero no, sin embargo su reacción fue indiferente, tanto que con un tono cansado y monotono me dijo que había terminado el papeleo, y dejo varias carpetas sobre mi escritorio. Fingi que nada pasaba, me hice la fuerte, fingi que no me afectaba para nada, pero era obvio que Ron se diera cuenta de que en realidad la estaba pasando muy mal, pues, había sido mi amigo durante tantos años, no podía engañarlo a el.

Saliendo del despacho, ya acabada mi jornada laboral, me dirigí a las chimeneas. Caminaba hacia ellas, pero una imagen dolorosa se cruzo con mi vista. Ella estaba colgada del cuello de el, mientras el la sostenía por la cintura y la veía cariñosamente. Mi corazón se que broma en más de 1000 pedazos, sobretodo después de ver la cara de burla que me ofrecía la castaña. Instintivamente lleve mis manos al dije de corazón que me había obsequiado Draco, que desde el día de mi cumpleaños, día en que nos hicimos novios, no me quito ni para dormir. Intentare te arrancarme el collar, la rabia que sentía y el dolor que fulminaba mi alma, eran demasiado como para hacerlo, pero el valor que me caracteriza se esfumó.

Desde ese día, empezó a asimilar todo. Ya no habría un futuro a su lado, no sería más la oscuridad de mi luz, no ha raíz una vida feliz. Aun así me negue a quitarme el collar, una parte de mi aun no se decidía por dejarlo ir por completo.

Ron en cambio, era delicado conmigo, detallista y comprensivo, ayudaba a amortiguar todo el daño que cargaba en mis hombros.

Me sentía muy mal por haberlo dejado, por estar con un hombre que al final del día, termino recordando me que un patán jamás cambia. Así que con culpa en mi, aceptaba su compañía, aunque era evidente que no me sentía realmente a gusto con el.

Parkinson por otro lado, me decía que me diera una nueva oportunidad con el pelirrojo, pero yo no podía hacerlo. Salíamos a fiestas, en las cuales, si me divertía pero, nada me ayudaba a apartarme u olvidarme del dolor que estaba viviendo. Podría sonar exagerado, pero era la verdad, a un mes de haber terminado con el, aun me dolía su traición. Me dolía el hecho de haber sido tan ingenua.

Muchas veces más fui testigo de la muestras de amor que los causantes de mi desdicha se hacian, no sólo en el ministerio, sino también en cuda rincón en el que por desgracias me los encontraba.

Delicioso Dilema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora