Capítulo 8

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Hyukjae todavía tenía su cabeza apoyada sobre el estómago de Donghae la próxima vez que despertó. No habían dejado el sofá y el pelirrojo no pudo recordar haberse quedado dormido allí, pero parecía que no había pasado mucho tiempo desde que había explotado en llanto el día anterior.

Fue el teléfono de Donghae el que interrumpió el silencio alrededor de ellos, y por primera vez en meses, fue Donghae quien se movilizó primero y lo apagó. Con un silencioso gimoteo encendió la lámpara en la pequeña mesa detrás de ellos y cuando iluminó ligeramente la habitación, Hyukjae fue recibido con la vista de un muy agotado Donghae que frotaba sus ojos tratando de deshacerse del sueño.

—Hey —dijo el castaño silenciosamente, sonriendo suavemente y con una voz aún ronca por tan pocas horas de sueño—. ¿Dormiste mejor esta noche?

¿Lo había hecho? Hyukjae no lo supo. Pero al menos, al parecer no se había revuelto mucho en sueños; de otra forma Donghae no habría estado dormido.

Hyukjae levantó lentamente su cabeza, sus ojos estaban fijos en la pequeña sonrisa que se formaba en los labios del menor. Olvidó dar su respuesta, simplemente se movió un poco y apoyó su peso sobre sus brazos para dejar un beso sobre la sien de Donghae, con sus labios frotó la piel del menor tan suavemente que apenas se tocaron. Luego de eso se dejó caer de nuevo, colocó su cabeza un poco más arriba sobre el cuerpo superior del castaño y escuchó los latidos de su corazón como si quisiera hacerlo por el resto del día.

—¿Estás enfadado conmigo? —preguntó, con cálidas manos sobre su espalda y cabeza. Su propio corazón dio un vuelco cuando Donghae rio.

—No, por supuesto que no. ¿Por qué debería estarlo?

Una vez más Hyukjae no pudo responder. Cerró sus ojos por un par de segundos, inhaló el aroma del menor e intentó luchar contra las náuseas que sentía en su estómago.

—Si alguna vez hago algo que te moleste, por favor dímelo. No quiero que te enfades conmigo y no quiero que tengamos una pelea. Nunca más.

Los dedos de Donghae se deslizaron a través de su cabello, arreglándolo un poco.

—Hyukkie... ¿Por qué dices eso? Está bien, sé que algunas veces peleamos, pero nunca ha sido algo serio. Es normal que las parejas tengan discusiones de vez en cuando—

—Pero no quiero eso. No quiero que gritemos al otro, así que por favor dime si estoy cometiendo errores y no lo noto. Hazlo antes de que sea demasiado tarde. Por favor...

La voz de Hyukjae era baja, pero dejó a Donghae sin palabras. El castaño siguió mirándolo por algunos momentos, pero Hyukjae evitó su mirada, dirigiendo sus ojos hacia la pantalla negra de la televisión.

—Algo no está bien. ¿No es así, Hyukkie?

El cuerpo del pelirrojo se tensó un poco, fue un tonto al creer que el menor no se percató de ello. Tuvo que forzarse a sí mismo, pero entonces se levantó rápidamente y se sentó. Siguió evitando mirar a Donghae mientras frotaba su cuello y se ponía de pie.

—Deberíamos alistarnos —masculló y ya estaba de camino hacia el baño, con la mirada del castaño fija en su espalda.

◆◆◆◆◆

—Tu micrófono está roto.

Ryeowook detuvo sus movimientos y se dio la vuelta, con el aparato aún entre sus manos. Sus grandes ojos se encontraron con los de Hyukjae quien se apoyaba sobre uno de los grandes altavoces que estaban entre bastidores.

—¿Qué? Pero acabamos de hacer la prueba de sonido y estaba bien.

—Lo sé —Hyukjae frotó su frente, suspirando profundamente—. El recibidor no funciona muy bien. Si no lo cambias ahora, se apagará en medio del concierto.

Between Sleeping and WakingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora