Capítulo 2

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La mañana siguiente, un familiar sonido hizo despertar a Hyukjae. Era una melodía que se hacía más alta mientras más tiempo sonaba, y junto a la fastidiosa vibración, fue muy efectiva en hacerlo abrir sus ojos. Los cerró solo un segundo más tarde y a ciegas buscó su teléfono en la mesa de noche, encontrándolo un momento después. Con movimientos entrenados la apagó y volvió a poner el aparato de vuelta en su sitio, un reacio gemido escapó de sus labios.

Le tomó un momento antes de saber dónde estaba, y evitó por completo pensar en nada, demasiado temeroso de que la confusión y aflicción del día anterior nublaran una vez más su mente. Por eso solo se quedó recostado con sus ojos cerrados y disfrutó del silencio que lo rodeaba. No escuchó a nadie llorando, ni sollozos ni respiraciones temblorosas. Nada de esto era perceptible. Aunque lo que notó fue que su cabeza estaba bien y que no dolía para nada. Por esto estuvo más que aliviado, todo lo demás fue olvidado.

Se percató del brazo que rodeaba su cintura desde atrás cuando lo sintió moverse un poco, sonrió para sí mismo. Había esa agradable calidez que sentía en su espalda y con la que estaba tan acostumbrado a despertar, y eso lo hizo sonreír un poco más. Hyukjae puso su mano sobre ese brazo y cuidadosamente se dio la vuelta en su agarre, en medio del proceso tiró de las sábanas. Con cuidadosas manos y con sus ojos aún cerrados, acercó su cuerpo hacia él, lo sostuvo entre sus brazos y sonrió aún más cuando su abrazo fue lentamente correspondido. Cuando una de sus manos encontró a ciegas la cabeza del otro, enredaron sus extremidades; acarició el suave cabello que sentía y escuchó un contento suspiro.

Esta era su manera favorita de despertar. No obstante, no mucho más tarde suaves golpes desde la puerta hicieron que frunciera su ceño.

—Hyukjae, por favor levántate. Sabes cómo son nuestros horarios para hoy.

¿Sungmin? Bueno, al menos sonaba mucho más relajado que la última vez que había escuchado su voz. Pero sus palabras no convencían al pelirrojo lo suficientemente como para que hiciera lo que le pedía. En vez de eso, acercó aún más el cálido cuerpo, sintió su aliento golpeando su cuello y comenzó a frotar suavemente su espalda. Escuchó un suave balbuceo que hizo que su sonrisa se agrandara y eventualmente abrió sus ojos.

Cabello marrón y despeinado, ojos cerrados y el rostro al que podía describir perfectamente estaba en un sueño profundo y pacífico; Hyukjae amaba despertar antes que Donghae porque se tomaba todo el tiempo que quería para observarlo, tocarlo, sin que el menor se molestara demasiado. Y eso también fue lo que hizo en ese momento. Cuidadosamente soltó al menor y llevó su mano a su mejilla para acariciar su piel; Donghae se removió solo un poco en su sueño y enterró su rostro en la almohada.

—¡Hyukjae! ¡Levántate! ¡Y si Donghae está contigo, sácalo de la cama ahora! ¡Lo digo en serio!

—¿Qué se supone que significa eso, si está conmigo?

—De acuerdo, bien... ¡Salgan de la cama, los dos!

Entonces, parecía que Leeteuk también estaba de mejor humor hoy.

Donghae frunció su ceño en medio de su sueño y Hyukjae también lo hizo; no quería ser interrumpido mientras estaba donde más quería estar. Pero no era como si tuviera otra opción.

Cuidadosamente, el pelirrojo se sostuvo con uno de sus brazos y giró su cabeza para revisar la hora en su alarma. 6:10 AM. Gruño y a regañadientes liberó completamente a Donghae de las sábanas. Pero antes de que siquiera tuviera la oportunidad de sacar sus piernas de la cama, hubo brazos arrojándose alrededor de su espalda y Donghae usó todas sus extremidades para evitar que se levantara.

—Donghae— rio y gimoteó a medias porque el agarre del menor le hacía difícil respirar—. Ya los escuchaste.

—Cinco minutos... —fue solo un susurro cerca de su oído; pero no puedo contener su sonrisa al escuchar lo suplicante que sonaba.

Between Sleeping and WakingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora