Between Sleeping and Waking

Capítulo 10

La temprana luz del sol se sentía como rayos de oro puro a través de las cortinas abiertas, inundaban la habitación con calidez y comodidad. Era una mañana hermosa, el cielo estaba libre de nubes y el calor que llenaría ese día ya se percibía en el aire. Pero la belleza era un punto de vista.

Hyukjae pensó que una mañana, un día o una cosa en general no podían ser hermosos. Podían ser buenos, pero nada más. Aunque las personas sí podían ser hermosas. Podían ser bellas, apuestas, bonitas. Y sus mentes y corazones también, quizás incluso más que sus apariencias. Las personas que poseían ambas, belleza en el corazón y apariencia, eran difíciles de encontrar. Hyukjae no había conocido muchas en su vida; personas que lo impresionaran con toda su apariencia. Había visto solo a una persona con esas características, una que lo había dejado sin habla la primera vez que se habían conocido y que todavía era capaz de dejarlo sin aliento, sin importar cuantos años hayan pasado. Nunca había visto a otra persona así - tal vez porque nunca había sentido la urgencia de buscar una.

Deslizando sus dedos a través del suave cabello marrón, Hyukjae se preguntó a sí mismo si había sido capaz de hacer feliz a Donghae. ¿Había sido suficiente para él, le había demostrado cada día lo que sentía por él y lo que significaba para él? Y, ¿Donghae había sentido lo mismo por él, había sido él quien hacía que el corazón de Donghae se acelerara? ¿Había sido suficiente para la perfección del menor que nunca sería capaz de alcanzar? ¿Lo había hecho?

Hyukjae respiró un beso sobre la frente de Donghae, su otra mano reposaba sobre la piel desnuda de su cadera. ¿Había sido realmente él quien provocaba todas esas sonrisas, quien hacía que sus ojos brillaran? ¿Le había demostrado cada día cuánto lo había amado? Y si lo había hecho - ¿entonces por qué habían discutido? ¿Por qué lo había hecho enfadar cuando lo valoraba tanto que no había palabras para expresarlo? Hyukjae no podía encontrar respuestas a todas esas preguntas, pero se maldecía a sí mismo por ser tan estúpido como para destruir la vida de Donghae y la suya.

El pelirrojo levantó su teléfono que había estado sosteniendo en su mano por algún tiempo y lo desbloqueó, sus ojos volvían a Donghae cada par de segundos. No supo de donde había surgido la repentina urgencia de tomar fotos del menor, pero sintió la necesidad de hacerlo. Donghae lucía tan pacífico cuando dormía así que Hyukjae quiso congelar el tiempo, aunque sabía que esas fotos no estarían guardadas para los momentos en que más las necesitaría.

El teléfono cayó sobre las sábanas cuando terminó. Donghae aún dormía tranquilamente a su lado, no se había movido ni un centímetro desde que el mayor se había despertado hace unas horas. Una vibración llenó el aire cuando alguien lo llamó, pero Hyukjae lo ignoró; incluso ignoró la débil vibración del teléfono de Donghae que todavía estaba en el bolsillo de sus jeans que yacían en el piso. El pelirrojo solo tenía ojos para Donghae - y sintió que su estómago se contraía al notar que el menor aún no se movía. No se removía, no fruncía su ceño ni refunfuñaba como usualmente lo hacía cuando era hora de levantarse. No ocurría nada y verlo tan inmóvil le recordó a Hyukjae de la vez en el hospital cuando él—

—¿Donghae...?

Fue solo un susurro y el menor seguramente no lo habría escuchado si estaría despierto. Hyukjae estiró su mano, cuidadosa y titubeantemente, para dejarla sobre el hombro del menor. Lo sacudió, muy ligeramente, pero aun así no se movió.

—Donghae.

Lo sacudió más, aun gentilmente, pero con más determinación. Hasta su voz era más alta ahora, solo un poco, pero era claramente audible. Aún nada. Hyukjae sintió que su corazón dejaba de latir.

—¡Donghae! —llamó el nombre del menor de nuevo, ahora frenético y de repente lo sacudió toscamente. El cuerpo de Donghae se sacudió fuertemente y solo un segundo más tarde sus ojos se abrieron de par en par; el menor estaba claramente confundido y aturdido.