Prólogo.

130 7 0
                                    

Es Mateo, un febrero ocho a las once menos diez. La luna está llena, el viento sopla, arremolinándose entre la cortina del cuarto gris de sus desvaríos y desvanes, el calor amenaza con palpitar de a poco el corazón, con echarlo a compartir la utopía rota de la noche perdida entre sus párpados gastados de soñar despiertos.
Es él, el mismo incansable trovador de a pie, el escritor compulsivo de sombras y derivas de una vida poco común, pero maravillosa. El mismo que comparte -sin éxito- sus sueños de ir a la luna encima de una guitarra bañada en canciones. Es él, en compañía del pasado, en soledad, en prosa.



Sombras y derivas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora