Como una carta póstuma, así miraba Mateo el sobre que Sánchez había dejado en su pupitre. Una vez estando en su cuarto, junto a su mejor amigo, y después de haberle dado a Andrea un detalle con motivo de su cumpleaños, se dispuso a abrir aquel enigmático código blanco.
Todo lo que hagas con él puede ser usado en tu contra-, eran las palabras que rezaba en su subconsciente, mientras iba separando las esquinas adheridas del sobre. Una vez abierto y después de soltar un suspiro inescrutable, se dedicó a leer en voz alta, para ambos:
¿Y si te dijera que la vida es en realidad un método?
¿Y si comprobaras que el amor es una entidad física que se puede modificar, al igual que la materia?
¿Y si ser empático es el final de los problemas del hombre?
La razón es un juego de nuestra mente que nos lleva a la verdad, esa verdad que nunca es absoluta, que siempre es ambigua. Esa verdad que se escabulle como agua entre las manos cuando creemos saberla definitivamente y para siempre. De esa verdad quiero hablarte.
Quiero ofrecerte, sin más preámbulo, conocer la verdad. Esa verdad que se te ha negado y que sólo a mi lado puedes encontrar. No sé tu nombre, pero quiero decirte que te conozco mucho más de lo que crees y que sé de vos mucho más de lo que te imaginas. Te ofrezco conocer, aprender un poco más y así llegar a las respuestas que sé que buscas y aún no has encontrado. Sé que estarás ahí, si eres digno... el telón cierra cuando el sol se oculte.
Por donde el blanco alzó la perla imponente,
La majestuosa joya bendice occidente.
Donde el felino llora por lo fatal consumado,
Búscame entre las rejas de un amor perpetuado.
Mateo cerró la pequeña carta contrariado, no entendía nada de lo que había leído y, por la cara de Óscar, supo que tampoco tenía idea de lo que había escuchado.
-Ese señor está loco de remate- dijo Óscar finalmente, soltando una carcajada de las habituales.
-Definitivamente que sí, pero toda locura tiene un poco de cordura escondida- dijo Mateo, con la mirada perdida.
- ¿En serio vas a tomar en serio lo que te escribió Sánchez? Está claro que te está rebanando, ya no halla cómo fastidiar a sus alumnos y yo no quiero que mi mejor amigo caiga en sus juegos- dijo Óscar con el entrecejo arrugado y con voz autoritaria.
-Sí, podría ser un juego, que es un noventa por ciento seguro...
- ¿Y el otro diez por ciento? – le interrumpió Óscar.
- ¿El otro diez por ciento? ¡¿No te das cuenta, Óscar?!
-Por supuesto que no me doy cuenta, sino no te preguntaría- dijo Óscar encogiéndose de hombros y mostrando las palmas de sus manos, en señal de incógnita.
- ¡Podría ser un acertijo...! -soltó Mateo-, un acertijo que Sánchez quiere que yo resuelva, el porqué no lo sé, pero voy a investigarlo- sentenció.
-La verdad es que no lo había pensado- se sinceró su amigo- y la verdad es una buena idea. Pero no sé, está raro todo esto y, no sé vos, pero a mí me está dando miedo- terminó diciendo Óscar.
Ambos sabían que Sánchez era un neurótico al que le gustaba reclutar alumnos y hacerlos sus discípulos, y lo sabían gracias a un ex compañero que, después de haber sido su discípulo, ya jamás volvió a ser el mismo. Y eso era precisamente a lo que ahora ambos temían.
-No creo que quiera que sea su discípulo, si ni siquiera soy buen alumno y yo odio las matemáticas, aunque sepa resolver los problemas- dijo Mateo, intentando tranquilizar a Óscar y a su mismo subconsciente.
-Espero que no sea así, pero si no es así, ¿qué querrá decir la carta? – dijo Óscar, volviendo al asunto que los había llevado hasta ahí.
-La verdad es que no tengo idea, pero si es un acertijo está muy difícil o por lo menos así se ve. Habla de forma inescrutable y la verdad es que no entiendo lo que quiere decirme este señor. Mañana voy a regresarle el sobre y le voy a decir que se deje de juegos, que no me interesa ser su discípulo- sentenció Mateo.
-Mateo, vos sabés que yo haría lo mismo. Pero no sé, lo que dice el sobre, eso de que todo lo que hagas con él puede ser usado en tu contra, no me huele bien. Creo que lo más sensato que puedes hacer es seguirle el juego a Sánchez para ver qué es lo que quiere y así poder evitarte problemas posteriores. ¿No crees? -intentó persuadirlo Óscar.
-También lo pensé, pero es que no lo sé, es demasiado confuso y, además, ¿por qué a mí? Sólo por el hecho de citar a Fibonacci no soy ningún joven prodigio. Todo lo que dije en clase es bien sabido por muchos jóvenes- se excusó Mateo.
-Pues, con seguridad te digo que la gran mayoría de los que estábamos ahí no sabíamos ni papa de lo que estabas hablando y, me atrevo a decir que sólo Sánchez y vos los sabían. Creo que eso es algo que él vio en vos y que no ha visto en nadie más. Anda ya, tampoco debe ser todo tan negativo. Yo te aconsejo seguirle el jueguito y pues, si es sólo una broma, no pasa nada, la vida sigue igual. No creo que Sánchez vaya a hacerte algún daño- lo animó Óscar.
Mateo debía admitir que, si había alguien que sabía usar su poder de persuasión con él, era Óscar. Aunque también admitía que había mucho de verdad en lo que acababa de decirle.
-Está bien, mañana voy a tratar de resolver el enigma, pero sólo por mera curiosidad. Hoy no tengo ganas de nada. Me voy a dormir temprano, ando muerto -resolvió Mateo.
-Me parece bien. Yo igual, voy a descansar temprano, porque María anda en Managua con su papa y me dijo que hoy no había visita, así que voy a guardarme temprano- sonrió Óscar.
-Te sacaste la lotería con esa chavala, te felicito- dijo Mateo de forma sincera.
-Gracias mi hermano, sé que pronto vas a encontrar a alguien tan buena como María, porque mejor no se puede- dijo Óscar soltando una carcajada.
-Ni hablar... -soltó como un gemido cansado Mateo.
-Bien, nos vemos mañana entonces- se despidió Óscar.
-Cerrá la puerta- dijo Mateo, mientras sonaba la cerradura de la puerta que Óscar empujó al salir.
Mateo se dio un baño rápido, se vistió para dormir y, una vez más recitó el pequeño poema que Sánchez había impreso en la carta...
"Por donde el blanco alzó la perla imponente,
La majestuosa joya bendice occidente.
Donde el felino llora por lo fatal consumado,
Búscame entre las rejas de un amor perpetuado."
Resolvió que no sabía absolutamente nada de lo que quería decir su profesor, apagó la luz y se dispuso a dormir, obviando la fiesta que se escuchaba en la sala de estar de su casa, con motivo del cumpleaños de su madre, Andrea.
Dio media vuelta sobre su propio cuerpo y se dejó ir en un sueño profundo.
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Sombras y derivas.
RomanceEs la historia de Mateo, un joven estudiante bohemio, al cual la juventud le ha llegado sin avisar y el amor le ha golpeado la puerta sin piedad ni paciencia. Él, ahora, intenta seducir de nuevo a la vida y abrirse paso entre cada obstáculo que se l...