Capítulo 13

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"Cuando amas a alguien buscas entenderlo, protegerlo y darle todo sin importar que... pero también cuando amas algo... si es necesario sabes cuándo es momento de dejarlo ir".

YoonGi llegaba al edificio donde vivían, había corrido todo el camino del restaurante a la lavandería y de vuelta al departamento, ¿Por qué rayos no se me ocurrió tomar un taxi?, ¿que se había vuelto loco?... no precisamente.

Entró al elevador y mirándose en las paredes de espejo sentía que había algo diferente en él, tanto que si le pidieran correr un maratón seguramente lo haría de tan lleno de energía que se sentía... las puertas se abrieron y cargando una bolsa grande camino hasta el departamento, saco sus llaves, abrió y entró, no tenía tiempo que perder, ¿Cuánto había tardado? Quizás hizo cerca de una hora, ¿TaeHyung ya habría llegado?

—TaeHyung... —Lo llamó pero no parecía haber nadie más, eso o ¿estaría escondido?, no estaba seguro, sabía que Tae solía jugar y bromear con los demás pero no con él... bueno ocasionalmente lo había intentado pero terminaba por no saber cómo seguirle el juego y TaeHyung solo le sonreía y le decía algo así como "está bien... no hay problema, jugaremos después" y continuaba riendo con los demás, mientras él solo veía lo que hacían... a veces se sentía un poco apartado tenía que admitirlo, aunque suponía era normal.

Aprovechando que parecía estar solo, se apresuró a llevar de inmediato la bolsa hasta la habitación del manager, saco las sabanas y cobertores; en ese momento había otros puestos en la cama así que guardo los limpios... olían bien después de días de estar en la lavandería pero... para YoonGi aún tenían el aroma de TaeHyung. Los dejo en el closet y se dejó caer en la cama, suspirando, cerrando los ojos... y recordando...

Hace días... esa mañana en que todo parecía ser perfecto...

Sus cuerpos brillaban de sudor, aun acalorados del apasionado encuentro que habían tenido en la noche, su cabello estaba desarreglado y húmedo y aun así seguían sumergidos en interminables caricias, sus labios recorrían cada centímetro de la piel del otro; YoonGi había logrado descubrir la manera de hacer a TaeHyung gritar y gemir hasta el punto del delirio y TaeHyung había encontrado cada punto débil y sensible de YoonGi, que ¿para qué negarlo? amaba con locura la forma en que le pedía por mas, y Yoon amaba como Tae le hacía olvidarse del mundo entero tan solo con sus labios, susurrándole palabras dulces y cariñosas al oído... o tan apasionadas y atrevidas cada vez que lo recorría con esa suave y cálida lengua milímetro a milímetro hasta que rodeaba su miembro con ella y se sentía morir... podía intentar ser gentil con esa hermosa boca pero no podía hacerlo por mucho tiempo porque en instantes terminaba al borde de la locura, quizás era algo rudo, pero Tae no le reclamaba nunca, ni siquiera al derramarse en su boca sin avisarle o en mancharle accidentalmente la barbilla o las mejillas... ese precioso rostro de ángel... ¿Por qué cada vez que veía sus ojos no podía pensar en otra cosa más que en él?, en rodearlo con fuerza, en su aroma, en el calor ardiente de su interior que le hacía sentir vivo, complacido y satisfecho físicamente, pero el calor dulce y protector de sus brazos le daba una paz y felicidad que lo hacía sentir tan pleno. Necesitaba tanto volver a sentir eso... llevaba días y noches sin saber porque se sentía vacío e irritable y no fue hasta esa mañana que había encontrado la cura con tan solo un beso... un beso inesperado, no planeado; tan solo por el instinto y la ansiedad de volverse a sentir... ¿amado?

Todos los años que tenían de conocerse ¿Por qué apenas notaba todas esas cosas acerca de él?, ¿así era?... o acaso ¿desde que lo vio por primera vez supo que el chico frente a él tenía algo que no podía explicar tan fácilmente?... ¿Cómo alguien podía ser tierno, sensible, amable con todos sin importar la situación, tolerante y a la vez tan divertido, amigable, encantador y tan irresistiblemente sexy?... tanto que no era posible quitarle los ojos de encima. Quien fuera, siempre terminaba mirándole por una razón u otra y cuando sonreía era inevitable no corresponderle... era todo eso, y a la vez aún mantenía un cierto aire casi irreal.

Let Me NowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora