Capítulo 11

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A tan solo tres semanas para volver a Hogwarts, el verano se había pasado realmente lento para algunos como Bella, pero ella no era la misma. Desde la noticia de su madre se pasó todo el tiempo encerrada en su habitación, muchos de sus amigos querían ir a visitarla, y cuando llegaban a la mansión Snape tenían que volver atrás porqué ella no quería recibir visitas. Estaba sumida en una tristeza profunda, nada bueno para una niña de tan solo doce años. Nadie podía entrar en su santuario, menos una persona, Draco Malfoy. El niño Malfoy había sido capaz de que su prima se alimentase, se duchara y se visitiera cada día de la mejor manera, porqué ante todo era una Black, por parte de su madre.

-Nena, ¿puedes salir un momento?. Es urgente-. Severus Snape se acercó a la puerta de su hija y tocó dos veces la puerta de madera con sus nudillos, esperó unos segundos y se decidió a hablar. Pero al ver que no recibía respuesta por parte de su hija, decidió entrar dentro de la habitación, y cuando abrió la puerta se encontró a su pequeña niña hecha un ovillo en el suelo llorando, se acercó y sin pensarlo dos veces la abrazó.

-Hija, se que estás pasando por un mal momento, yo también, comprende que antes de tu madre, ha sido siempre mi mujer, y la quiero con mi vida, igual que te quiero a ti Bella. Estoy triste porque me han arrebatado a la mujer que amo de mi lado para llevársela a esa cárcel de mala muerte , y estoy enfurecido y malhumorado porque te han quitado a tu madre, y la han privado de verte crecer como a todos nos gustaría-. Snape atrajo mas fuerte su hija a su cuerpo y empezó a llorar lo que no había sacado en días intentando ser fuerte delante de las personas, pero en realidad, estaba devastado por dentro, igual que su pequeña Bella.

-Papá..-. Bella se atrevió a hablar por primera vez, ante las palabras de su padre no pudo evitar pensar que estaba siendo egoísta por su parte al creer que solo ella estaba sufriendo por su madre, pero se dio cuenta que su padre también sufría igual que ella, incluso que puede que aún más, y entonces se separó de los brazos de su padre. -Te quiero.

Severus la miró, por primera vez pensó en Lily, la madre biológica de Bella, ahí se dio cuenta en lo mucho que se parecía realmente Bella a ella, aunque tenía totalmente los gestos de Bellatrix por criarse con ella, y la característica arrogancia de los Malfoy, de él solo tenia el amor por las artes oscuras, y de James Potter, tenía el sentido de humor característico que tanto odiaba. No se dio cuenta en que momento se sumió en sus sentimientos hasta que su hija le tocó la cara, consiguiendo así que se despertara del trance que se había metido. -Yo también te quiero princesa, mas que a mi propia vida-. Logró decir finalmente a lo que hacía unos momentos su hija le había confesado. Enseguida recordó porqué estaba ahí y se preparó para decirle a Bella la noticia.

-Bella cariño, antes de que tu tengas que volver a clase, tendrás que acabar de pasar las vacaciones en la mansión Malfoy, yo necesito hacer unos recados estas ultimas semanas para el nuevo curso-. A Bella eso no le desagradó pues se acordó de Draco y de sus tíos, a los cuales no veía desde el día que volvieron de vacaciones, y la mansión Malfoy siempre le ha parecido un sitio algo tétrico, y a la vez acogedor, era uno de sus sitios favoritos.

-Está bien papá, te echaré de menos.

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Harry Potter se paseaba por la casa de sus tios, los Dursley. Hacía semanas que no recibía ni una sola carta de ninguno de sus amigos de Hogwarts, y eso le molestó un poco.

Durante todo el verano Harry se quedaba pensando todas las noches, ya que eran sus ratos libres, sobre el tema con el que habían hablado con Dumbledore, sobre su hermana. Bella parecía tener todas las características suyas, se la imaginaba en su cabeza una y otra vez parandose para verla detalladamente, y se fijó en su mirada, esa mirada ya la había visto alguna vez, y se sentía como en casa cada vez que le miraba los ojos. Resignado de haberse quedado pensando en ella otra vez, recordó que llegaban las visitas de sus tíos y se dirigió a su habitación para quedarse ahí encerrado durante todo el transcurso de la cena como le había pedido su tío Vernon. Cuando entró se encontró un ser que de orejas puntiagudas que vestía un andrajoso vestido, como si fuera una bolsa de patatas, y sus manos estaban recubiertas por vendas y tiritas.

-¿Hola?¿Te puedo ayudar en algo?-. Harry se acercó a ese ser y le miró de arriba abajo misteriosamente.

-Harry Potter, soy Dobby, un elfo domestico, y vengo a advertirle, señor, que no puede volver a Hogwarts-. Harry invitó a sentarse al suso dicho, a Dobby, y el se volvió loco golpeándose contra todo lo que veía por ahí, mayoritariamente contra su pequeño armario.

-Para, para por favor-. Repetía Harry una y otra vez intentando que Dobby se quedara quieto en un sitio sin hacer mucho escándalo.

Al final de todo, Dobby consiguió romper muchas de las cosas que Harry tenía en sus estanterías, y que su tío Vernon lo encerrara en su habitación evitando que así saliera, quitando le también su varita y sus cosas de Hogwarts. Dobby le dijo indirectamente que el había sido el causante de que no le llegaran cartas de sus amigos, y que por nada del mundo, debía volver al castillo, cosas malas iban a pasar.

Mientras Harry recogía todo el alboroto de su habitación, vio que se hacía de noche y se acercó a la ventana al escuchar unos sonidos extraños fuera, en la calle. Allí apareció un coche volador, se fijó y dentro estaba Ron y sus hermanos gemelos, Fred y George Weasley. Ellos le ayudaron a recoger todo, y cuando estaba apunto de subir al coche vio el destello de algo brillante en el suelo, se acercó, era el retrato de sus padres juntos, vivos, y entonces se fijó en su madre, esos ojos se le hacían parecidos. Bella.

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Hola! Soy yo, la autora. Por primera vez escribo una nota en esta novela, prometo que no se me hará costumbre, pero es para agradeceros todos los leídos, y para avisar que me saltaré algunas cosas de los libros, solo podré lo mas interesante, claro, que escrito a mi manera, ya que me quiero centrar más a partir de la Orden del Fénix, cuando ellos son ya mas grandes.

Gracias por leer.!

Entre la espada y la pared.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora