Capítulo 1

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La noche había caído y Severus Snape ondeaba su capa de un lado al otro de la casa con nerviosismo, no sabía que estaría pasando en ese mismo instante. Sabía que su señor llevaría a cabo su misión, matar al pequeño de los Potter, a Harry. Temía que su señor pudiera hacerle algo a su amada, Lily, por qué tenía claro que ella se interpondría entre su hijo y el mismísimo Voldemort.

Al instante entró un Patronus en forma de Fénix, sabía perfectamente de quien era, lo que no sabía era si traería buenas noticias.

'' Los Potter han caído, James y Lily han muerto, Voldemort los ha matado. Requiero a toda la orden en el Valle de Godric ahora mismo''

Severus cayó de bruces al suelo, no se podía creer que su amada, su Lily ya no estuviera, su peor temor se había hecho realidad, su muerte. Se secó las lágrimas que habían caído a causa de la tristeza y los recuerdos que se hallaban en su cabeza, se levantó de suelo con las pocas fuerzas que tenía, temiendo lo que se encontraría al llegar allí, y emprendió el camino hacía el Valle de Godric.

Al llegar, Severus se encontró la casa de los Potter destrozada, se fijó que era el primero en llegar, todavía no habían llegado Sirius, ni Lupin, ni mucho menos Albus. Se hizo de tripas corazón, y decidió entrar. En cuanto empezó a llegar a la entrada de la casa vio el destrozo que se había causado y empezó a entrar. Primero se encontró al grandioso James Potter, el hombre que peor se lo había hecho pasar en sus años de estudiante, muerto. Por un momento una sonrisa se le formó en el rostro y dijo : te lo tienes merecido, cornamenta – Esto último lo dijo con burla-. Pero esa sonrisa se le borró al momento que recordó que en la habitación de arriba estaba su amada. Corrió escaleras arriba provocando que toda la casa temblara, y al llegar a la puerta soltó un gran suspiro. No se atrevía a entrar, pero con el corazón en la mano lo hizo. En la habitación se encontró a Lily tirada en el suelo aún con los ojos abiertos. Rápidamente corrió hacía ella y la cogió entre sus fuertes brazos sin dejar de llorar, se sentía fatal, no podía creer que fuera verdad, no podía ser ella. Se estuvo un tiempo admirándola, parecía que estuviera dormida, y no se creía que esa era la última vez que la vería. Cuando se estaba a punto de retirar escuchó un sollozo, levantó su vista y se encontró con el pequeño Harry llorando, sintió lástima y se acercó. Pero al acercarse se fijó que a su lado había una pequeña niña, blanca como el mismo cielo nevado, con unos ojos verdes que le miraban confusos y una cicatriz en forma de rayo en su frente que vio que la compartía con Harry, en ese mismo momento se dio cuenta que esa niña era completamente igual que Lily, la que supuso que sería su madre. Cogió en brazos a los dos, y al instante, el dejó de llorar.

En ese momento llegaron los demás miembros de la orden, un Sirius completamente destrozado, y un Lupin intentando ser fuerte, pero no lo conseguía. Albus se acercó a Severus y le vio con los dos niños en brazos. Se quedó expectante al ver a dos niños y no a Harry solo.

-Llévatela Severus, antes que ellos la vean-. Fue lo último que escuchó decir a Albus antes de salir corriendo con la niña en brazos, no sabía que pasaría con Harry, pero ahora la pequeña era su responsabilidad, la cuidaría con su vida, a partir de ahora ella sería su hija.  

Entre la espada y la pared.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora