Capítulo 1: ¿Me estás provocando?

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ADVERTENCIA: No soy una escritora profesional así que no esperes mucho de mí. No espero ganar ningún premio nobel ni nada que se le parezca. Escribo porque me gusta, por diversión, entretenimiento. Hago lo mejor que puedo y si eso no es suficiente para ti, pues lo lamento. Aquí no encontraras perfección sino una historia en constante revisión. Puedes hacer tus críticas siempre y cuando sea constructiva.  

Bienvenidos a la primera parte de la bilogía ME PERTENECES (Uke Acosador), una novela narrada desde el punto de vista de Leandro, un profesor un poco excéntrico que acabará descubriendo más verdades de las que desea conocer. Los personajes así como la trama son originales. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Esta historia no pretende  normalizar las actitudes de los personajes. Además, contiene temas sensibles para algunos lectores, se recomienda discreción.

Queda prohibida cualquier forma de adaptación, reproducción o distribución de esta novela sin contar con el consentimiento expreso de la autora original. La infracción de este derecho se considera violación y plagio. 


ME PERTENECES (PARTE I):

U K E     A C O S A D O R

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Capítulo 1: ¿Me estás provocando?

Cuando me avisaron que ya no trabajaría más como suplente en el colegio de primaria porque finalmente me habían dado un puesto como profesor en el liceo de bachilleres, me sentí muy feliz, pero también un poco triste. No era maestro fijo con los niños, solo iba cuando algún profesor enfermaba, aun así logré encariñarme con algunos alumnos y ellos veían en mí a un gran profesor. Por eso me sentía triste de ya no verlos, además les agradecía en silencio porque ellos me dieron la experiencia necesaria para lidiar con grupos grandes de estudiantes, así que ya estaba listo para enfrentarme al siguiente paso: los alumnos malcriados de secundaria.

Mi nombre es Leandro Torrealba, tengo veintitrés años de edad, estoy soltero y sin compromiso. Ah, y una cosa más... tengo una laguna en mi memoria. Pero eso ya es harina de otro costal.

Me gradué hace poco y decidí ejercer en seguida. De ese modo no perdía tanto tiempo. Necesitaba cumplir mi sueño; ser profesor universitario. Tenía mi ojo puesto en la universidad central de la ciudad. Pero para llegar allí debía pasar por otros procesos... por eso es que aceptaba cualquier cargo como educador para adquirir la experiencia necesaria y eso incluía suplencias. Siempre fui amante de la educación. Cuando era pequeño deseaba con fervor ser profesor y guiar a las futuras generaciones; deseaba enseñar valores, principios y guiar a hombres/mujeres de bien hacia el mañana. Era un sueño bello sin lugar a dudas y día a día trabajaba duro. Mi lema era: La educación no tiene límite. Y creía que cualquier ser humano podría ser educado.

Y bueno, los críos de secundaria también podrían ser domesticados, ¿no? perdón, quise decir e-du-ca-dos. Y ese día en especial, luego de levantarme temprano y checar que todo fuese como la seda con mi discurso, me dispuse ir al instituto "Ángel de la Guarda" -y por dentro rezaba: dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día- Y no es cosa de juegos, realmente lo hacía como una oración en mi furor interno.

¿Qué si estaba nervioso? ¿Ansioso? ¿Alterado? No, que va... Yo no estaba nervioso, ni ansioso, ni alterado. Lo que estaba era ¡aterrado! (Repito: ¡Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día!)

Uke Acosador. ME PERTENECES (PARTE I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora