Palabras: las suficientes como para dejar de ser drabble y considerarse como la mitad de un oneshot(?).—JaeHun, no grites. A tu tío le duele la cabeza.
—¡No! ¡Tío tonto!
Y ahí estaba SeHun, rodando sus ojos por décima segunda vez en menos de diez minutos, con su inquieto sobrino sentado en su regazo mientras esperaban su turno para ser atendidos por el pediatra.
Aquel día, tanto su hermano mayor como su cuñada tenían una reunión agendada en la empresa que ambos dirigían, motivo por el cual no podían llevar a JaeHun a su control semestral con el doctor. Y como SeHun gozaba de días libres, le pidieron el favor a él.
Obviamente, no consideraron nunca que, al estar de vacaciones, SeHun había bebido más de lo debido la noche anterior, por lo que no les importó irrumpir en el departamento del menor de los Oh a las siete de la mañana para dejar encargado a su primogénito con el carnet de sus controles, en donde el doctor anotaría la fecha para la próxima revisión y las observaciones que haría en la cita de ese día.
Por eso es que a SeHun le dolía la cabeza. Había bebido demasiado, le despertaron temprano y tenía como sobrino a un niñito que consideraba seriamente renombrar como Mogli, porque actuaba como un infante salvaje que no sabía hacer otra cosa más que gritar y corretear de un lado a otro como si eso fuera lo más civilizado que supiera hacer. ¿Por qué no podía ser un poquito más callado, así como él?
Rió internamente por engañarse a sí mismo.
Para su suerte, no pasó mucho más tiempo para que la enfermera que indicaba el orden de atención anunciara que ya era su turno. Así que, con toda la alegría que su rostro podía denotar —que no era mucha, cabe mencionar—, apegó a JaeHun a su torso mientras se ponía de pie y entró a la sala del pediatra con el que su sobrino se atendía.
Mentiría si dijera que no le gustó lo que vio.
El doctor de Hunnie menor era un tipo bastante guapo. Caliente, si usaba una palabra más certera. Con su cabello negro peinado hacia un lado, dejando ver su frente; sus rasgos varoniles, pero que aun así dejaban ver la chispa de un tipo juguetón. Y, maldita sea, era demasiado alto, más que él, y de manos grandes. O así las percibió cuando el pediatra se acercó a él para saludar a su sobrino, despeinando el cabello del pequeño con sus largos dedos.
Oh sí, la bata. La bata le sentaba demasiado bien para ser verdad.
—¡Qué grande que estás, JaeHunnie! ¿Has comido toda la comida que prepara mamá?
Fue la efusiva charla que el especialista inició con el niño, ganándose un adorable "tí" acompañado por un efusivo asentimiento como respuesta. Tras eso fue que finalmente posó su mirada en SeHun, observándolo más del tiempo que cualquiera consideraría necesario.
—Veo que hoy tenemos rostro nuevo por aquí. Un gusto, soy el doctor Park —saludó cordial y extendió su diestra para presentarse.
—¿Park...?
—Park ChanYeol.
SeHun sonrió de manera fugaz y se las ingenió para extender su mano también mientras sujetaba al menor.
—El gusto es mío. Soy Oh SeHun, tío de esta criatura.
Rodó sus ojos al comentar aquello y eso provocó que ChanYeol riera por lo bajo, deleitando los oídos del otro con su ronca risa.
A continuación, el pediatra procedió a tomar a JaeHun en sus brazos y proceder con el chequeo médico. Mientras tanto, SeHun tomó lugar a un costado de él mientras le ayudaba a descubrir el torso del pequeño y comprobar si algún mal pectoral le afectaba o algo así.
—¿Se porta muy mal este pequeño? —preguntó ChanYeol, cortando el silencio para nada incómodo que se había formado.
—Si supieras —respondió él, con amargura en la voz—. Es peor cuando tienes una jaqueca del porte de un tanque y este niño no deja de meter ruido.
El médico rió y le miró por un segundo, muy fugaz.
—Piensa en que algún día tendrás el tuyo propio —agregó, moviendo el estetoscopio desde el pecho hasta la espalda de JaeHun.
SeHun rió ante tal comentario y se apresuró a responder, aunque no sabía en qué demonios estaba pensando cuando llegó y soltó semejante información.
—No me gustan las mujeres. Dudo tener uno naturalmente —fue lo que dijo, y enseguida mordió su lengua.
Para ese entonces, los ojos de ChanYeol se habían fijado en él, y asustado por lo que le fuera a decir, prefirió desviar su vista hacia otro lado y fingir demencia. Sin embargo, el tipo rió un poco y optó por seguir con su labor, soltando un quedo "entiendo" que no le disgustó en absoluto.
No sabía por qué, pero se sentía a gusto con ChanYeol y eso que apenas llevaban compartiendo poco más de cinco minutos.
La rutina siguió su curso normal, y no bastó mucho para que palabras que no fueran las oraciones sueltas que repetía JaeHun, se dejaran escuchar.
—Bien —comenzó ChanYeol, moviéndose hasta su escritorio mientras se sentaba allí y SeHun ocupaba lugar enfrente suyo, con el menor entre sus brazos—. JaeHun es un niño de dos años y ocho meses bastante sano. Tanto su capacidad sicomotora como intelectual están acordes a su edad. Eso sí, tendrás que comprarle el jarabe que está anotado en la receta para evitar que contraiga un resfriado durante esta época.
Con una letra difícilmente legible escribió lo que correspondía en la receta, tendiéndole luego el papel a un atento SeHun, procediendo a ponerse de pie para caminar hasta la puerta, cosa que el otro imitó, dejando a JaeHun libre para que caminara por su cuenta, y dieron pie a la despedida.
No obstante, fue una despedida bastante peculiar, porque el médico le retuvo antes de que saliera de la sala médica, sosteniendo uno de sus brazos sin demasiada fuerza.
—Dijiste que te dolía la cabeza, ¿no? —preguntó pese a saber ya la respuesta. Él asintió y el otro continuó—. Entonces ten. Me especializo en otras áreas también y me gustaría ayudar.
Sin creérselo, SeHun barrió con su vista lo que estaba anotado en ese pedazo de hoja que recibió y rió por lo bajo cuando alzó su rostro para encontrarse con la coqueta expresión que ChanYeol le dedicaba. Y como estaban en esa sintonía, no dudó en tomar la solapa de la bata del doctor y jalarle lo suficiente como para que sus labios depositaran un beso poco casto sobre la comisura del tipo, arrancándole un suspiro.
—Nos vemos entonces, Doctor Park —se despidió, casi ronroneando el nombre del tipo, saliendo al fin de aquella sala acompañado de un inquieto JaeHun.
Después de todo, no fue tan mala idea él no oponerse a la tarea que le habían encargado su hermano y su cuñada. Consiguió el número telefónico personal del guapo pediatra y no se cerraba a la idea de concretar una salida con él.
Fin.
Estoy pensando en la idea de escribir un oneshot del drabble que más votos tenga. Claro, esto será cuando tenga a lo menos cinco escritos.
Saludineees.
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Drabbles ChanHun.
Hayran KurguCompilación de escenas ChanHun. Nada muy extenso. •Esto no tendrá límite. Sólo serán escritos que salgan de la nada.