Fearless
Capítulo Treinta y Nueve.
Colgué. No me di cuenta de lo rápido que pasaron las horas, mientras me fundí en mis pensamientos, ____ Me interrumpió cuando entro a la oficina. Traía cara de dormida, Despeinada, y con esa camisa mía.
Se veía tan sexy y hermosa.
- ¿A qué hora te has levantado? -dijo con flojera.
- No he dormido. -Ella me miro sin entender- No he podido dormir, _____.
- ¿Por qué? -Dijo entrando y cerrando la puerta tras ella.
- Me preocupa que te pase algo, yo... No quiero que te pase nada.
- No me pasara nada, Justin. Que para eso estas tu tonto. -Me sonrió hermosamente.
Entonces el coraje desapareció, y todos los problemas de desvanecieron alrededor de nosotros.
- Ven acá - le dije indicando que se sentara en mi regazo. Se sentó y se apoyó en mi pecho. - ¿Cómo te sientes?
- uhm... Bien - dijo en un susurro.
- No me mientas.
- No te quiero preocupar más.
- No lo harás. Solo quiero saber cómo estás.
- ugh.. Tengo miedo, pero estoy bien. Se me pasará.
- El quiere que le tengas miedo _____ pero no dejes que se meta en tu cabeza y lo logre. Tú eres más fuerte.
- No lo s...
- Si lo eres - la interrumpí. - si te convences a ti misma convences al resto.
- ¿Es tu técnica Bieber?
- Por supuesto Winston, tengo mis trucos...
- Bueno, me los tendrás que enseñar.
- Cuando quieras nena. Ahora anda a vestirte. Terminaré de hacer algunas cosas mientras Carmen prepara el desayuno.
- Bueno...
_____ se paró y se fue hasta la habitación. Agarré la computadora y seguí viendo todos los delitos que Marco había hecho y me di cuenta que era peor de lo que pensaba.
El sonido de mi celular me sacó de mi lectura.
- Señor.. – dijeron al otro lado.
- Brad. ¿Qué pasa?
- Le tengo noticias..
- ¿Cuáles?
- Tony está en la ciudad.
- ¿Tony? -fruncí el ceño al escuchar a Brad.
¡¿Qué mierda hace Tony en Las Vegas?! Carajo.
- ¿Tony Collins? -pregunté asombrado.
- Ese mismo señor. -afirmó.
- Mierda.. -susurré al mismo tiempo que pasaba mi mano izquierda por mi cara hasta terminar en mi barbilla. - ¿Cuando llegó? -me levanté del sofá. Caminé hacia el mini-bar de la oficia. Tomé una copa de cristal y puse pequeños hielos en ella. Tomé la botella de Jhonnie Walker y serví una gran cantidad de Whisky en mi copa. Estoy preparado para escuchar a Brad. Tomé.
- ¿Hace cuanto llegó? -pregunté caminando hacia el gran ventanal de mi oficina, escuchando tintinear los hielos en mi copa.
- Hace.. -hace una pausa. Creo que miró su reloj. - Hace treinta y dos minutos señor.. -suspiré exasperado.
- Investígame que es lo que viene a hacer ese imbécil, te llamo en dos horas. -colgué. Exhalé, no me había dado cuenta que estaba aguantando la respiración.
- ¿Porqué no me lo preguntas directamente, socio?
¡SANTA MIERDA!
