Fearless.
Capítulo uno.
Divagando me encontraba en aquel lugar, uno más uno menos. Esta vez fue uno más. Después de una buena torturada, la sangre chispeó. La moneda del negocio había caído, había volado el casquillo. Y fue de mi arma. Qué bien se siente acabar con gente doble cara.
Guardé el arma en mi espalda y me dirigí hasta mi auto. 2 de la mañana, no mucha gente anda en este lugar a estas horas. Iba caminando tranquilamente cuando un sollozo me llamó la atención a unos pocos metro de ahí había una chica. No soy de esas típicas personas que se preocupa, me da exactamente lo mismo lo demás mientras no se metan conmigo. Pero era tarde y sabía que en ese lugar cualquiera se la podría llevar.
-¿Qué pasa? - Le pregunte sentándome a su lado a la orilla de la calle.
-No te acerques - replicó ella - ¿Quién eres?
-Solo viene a preguntar qué te pasa tranquila.
-Todo en mi vida está mal eso pasa.
-¿Muy mal?
-Demasiado mal. -Dijo ella mientras yo sonreía para mis adentros.
Necesitaba chicas, necesitaba sexo, necesitaba dinero y esta era una oportunidad única.
- ¿Me acompañas? - Le pregunte.
-¿Contigo? Ni muerta.
-¿Te dejo sola en medio de un callejón a las 2 de la madrugada? donde cualquier cosa podría... podría pasarte. -Sonreí para mis adentros nuevamente yo era lo que le estaba pasando. Y entonces ella alzo la mirada y clavo esos ojos expectantes en mi. De inmediato quise tenerla desnuda en mi cama.
-¿Quién eres? -Volvió a preguntar ella.
¿Debía yo decirle mi nombre? No.
-Justin. -Dije muy bajito.
-¿Justin qué? -Pregunto no muy segura.
-Solo Justin. ¿Te vas o te quedas? no esperare por ti. -Me puse de pie di un paso y ella me siguió, entonces me gire a verla y no pude evitar sonreír.
¿Qué hace tan bella damisela a esas horas en la calle?
¿Que hace este lobo feroz cazando esa caperucita indefensa?
-¿De qué te ríes? ¿Qué es tan gracioso? -Pregunto ella con mal tono.
-No me estoy riendo, te estoy sonriendo. – dije sonriendo aún.
-¿Y sé puede saber porqué?- frunció el ceño mientras me miraba.
-No –murmuré en seco mientras le abría la puerta de mi Range Rover negra, ella se detuvo.
-Empezamos mal.. –dijo con molesta.
-Supongo que terminaremos bien.. –sonreí de lado.
-¿De qué hablas? –me miró con miedo, si.. pensándolo bien si doy miedo.
-Tengo una gran y jugosa propuesta qué no podrás rechazar..
-¿Es para mí beneficio? –levantó la ceja derecha.
-Súbete y te platico.. -abrí más la puerta de la camioneta, y otra de mis presas ha caído en las garras del lobo.
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