27. Llegó la hora de la VENGANZA

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PRIMERA PARTE

Pasó un mes y ya le daron el alta a Diego y se podía ir a casa.

Por una parte estoy contenta pero por otra estoy enfada con mi padre y con Diego. El por qué simple...mi padre no me dijo nada del compromiso y me tuve que enterar por la plastica de Bibeca. Y la otra porque no se que coño le pasa que no me habla. Pues si no quiere saber nada de mí pues yo tampoco quiero saber nada de él.

Hoy era Viernes por la mañana. Yo ya tenía el uniforme puesto. Me cogí la mochila y me fuí de la habitación.

Caminé por el pasillo hasta llegar a las escaleras. Las bajé normalmente hasta llegar a la sala principal.

-Hija tengo que hablar contigo-dijo mi padre apareciendo por la puerta de al lado.

-No quiero hablar y menos contigo-dije sin mirarle.

Llevaba desde que me daron el alta sin hablarnos solo por la razón de que no me dijera nada del compromiso.

-Siento mucho no haberte dicho antes sobre el compromiso-dijo mi padre apenado.

-Pues habermelo dicho antes. Y ahora disculpame pero me voy a la insti-dije abriendo la puerta y cerrandola de golpe.

Allí me esperaba Marcus el chófer de la familia. Desde que salí del hospital, ahora él es el que me lleva al insti.

-Monta señorita Ciria-dijo Marcus abriendome la puerta.

-Gracias-le dije con una sonrisa.

Arrancó la limusina y rodeó la fuente con forma de estrella y condució todo recto hasta llegar a las verjas que se abrieron lentamente.

La limusina salió de la mansión.

Miré por la ventana y le ví a él después de un mes sin vernos, le ví montado en la moto con la plastica montada detrás.

-Marcus por favor acelera-dije seria.

-Pero señorita...-dijo dudando.

-Es una orden-dije elevando más la voz.

-Como desee-dijo acelrando.

Se puso delante de la moto sin dejarles paso.

Hasta que llegamos al instituto. Abrí la puerta de mala manera y luego la cerré.

-La recogeré a las cinco-dijo montandose.

-De acuerdo-dije asintiendo.

Ví como aceleraba y se iba por la calle. Yo giré y si doy un paso ya me había pillado la moto de Diego.

Yo le miré y le maldecí. Bibeca me miró con una sonrisa de victoria.

Yo les hice caso omiso y seguí por mi camino. Hasta que ví a mis amigos Sam, Lola, Laura y a mi prima Mirta.

-Hola chicos hoy es el día-dije con una sonrisa malvada.

-Sí todo esta preparado-dijo Lola.

Bien os preguntareis de que estamos hablando. Pues mira os esplico, como sabreis Bibeca se ha estado burlandose de mí, pegandome...en otras palabras haciendome la vida imposible más a sus perritas falderas. Pues llegó la hora de la venganza.

-Bien entremos a clase-dije y entramos al instituto.

Laura y yo entramos a clase. Cuando entré, todos me empezaron a mirar mal como si yo hubiese hecho algo.

Oí cuchicheos y miradas asesinas. Incluian las miradas de las perras seguidoras y a Diego.

Miré a Bibeca que estaba con una sonrisa malvada que nadie notaba.

¿Puedo besarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora