35- Alexander

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4 años más tarde, si 4 años han pasado y la vida de las chicas ha cambiado mucho, pero todo para bien. Seguían viviendo en el mismo lugar, pero ya no estaban solo ellas dos y el pequeño Sogno, que ya no era tan pequeño…no, ahora eran 4, un diminuto terremoto correteaba por todo el salón completamente desnudo.

-Ven aquí monstruito! – Correteaba Lauren tras el pequeño

-Mami! Mami!

-Te voy a atrapar, ya verás!

-No! Mami! Socolo…socolo…

Camila aparecía sonriente desde la cocina, atrapando al pequeño y alzándolo en sus brazos.

-Hey! ¿Que haces desnudo? Realmente empiezas a recordarme a tu padre cada día más! – Decía sonriente comiéndole las mejillas a besos.

Lauren llegaba hasta ellos.

-Esté niño no hay quién lo pare!

-No te quejes, es tu hijo! – Espetaba divertida

-No quielo baño! – Funcia los ceños

-Pero te tienes que bañar, hoy vamos a ver al tito Ryan!

Al niño se le ilumino el rostro, adoraba estar con Ryan, siempre le consentía todo. Camila dejo al pequeño en el suelo para que se marchara con la morena, pero el niño no estaba por la labor de cooperar y salió de nuevo corriendo.

-Alex! – Suspiro mirando a Camila – Esté niño me va a sacar canas verdes!

Camila dejo escapar una pequeña risilla y abrazo a Lauren por la cintura.

-No mientas, estás loca por él… - Sonrió besándola con dulzura

-Umm…eso no quita que sea un verdadero terremoto!

-Si…un terremoto que te dejo embobada desde el primer día que supiste que estabas embarazada.

(Flashback)

3 años atrás, Camila y Lauren se encontraban en el ginecólogo, la morena había tenido su primera falta y la prueba casera había dado positivo, pero querían asegurarse.

Cuando la pareja se decidió a tener un hijo y fueron al banco de esperma dónde el semen de David seguía en crio preservación, el médico les aviso que no tenían que hacerse ilusiones, no siempre funcionaba y más después de cierto tiempo. Pero Camila estaba muy confiada, sabía que funcionaria.

Habían decidido entre las dos que Lauren sería la madre biológica, en un principio la morena no estaba muy convencida porque aunque lo deseara desde siempre, ella sabía lo importante que David fue para su chica y no entendía porque no era ella quién fuese inseminada.

Pero la morocha le lanzo un discurso hermoso, un discurso dónde le explicaba que para ella, tener un hijo que fuera una parte de su mejor amigo y del amor de su vida era lo más especial que jamás iba a tener en la vida. Y así fue como todo comenzó, estuvieron semanas entre pruebas y médicos, hasta que Lauren tuvo su primera falta y allí estaban, nerviosas, en la consulta del ginecólogo.

-¿Y si no estoy embarazada? A lo mejor es una falsa alarma…

-Amor…tranquila…estoy segura que aquí adentro – Toco la barriga de su chica – Está creciendo un pequeño pervertido – Dijo divertida

-No tiene gracia! – Se quejo

-Lo ves…tienes hasta los síntomas…cambios de humor! – Bromeo

La morena estaba a punto de contestar cuando una mujer entro por la puerta.

-Buenos días señoritas! – Dijo con una enorme sonrisa y una carpeta en sus manos

DestinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora