La Hermana de Harry Potter (LHHP) : Alexis

2. "Un detallito obvio: Somos magos"

Narrador PoV

—Harry somos nosotros... ¿Quién se iba a molestar en enviar DOS VECES una carta para NOSOTROS?

—Hazme caso, presiento que no va a ser la única vez que nos la envíen.

Al cabo de unos días, el tío había tapado el buzón, ya que no paraban de llegar cartas tal y como se había predicho. Por desgracia, siempre las cogían antes y las quemaban, o las rompían, así que ni Harry ni ella podíain leerlas...Un domingo...

—Adoro los domingos... ¿Sabes por qué Dudley? No hay correo, ni una sola carta.

De repente, una carta salió de la chimenea y se escuchó un ruido. Al principio estaba asustada así que se escondió detrás de Harry.  Pero luego, cuando vio todas las cartas salir, tanto Harry como Alex empezaron a reír y saltar mientras intentaban coger algunas de las cartas, cada uno cogió una de las suyas pero el tío las cogió, intentando hacer que se la diera, no quería y empezó a chillar. Harry se enfadó y empezó a jalar del tío para que la soltara. Él la soltó y empezó a coger a Harry. Al final decidió que se irían a otro sitio donde nadie los encontrara.

En una casa muy lejos, por la noche, todos estaban dormidos menos los dos cumpeañeros. Harry dibujaba una tarta en el suelo, y al soplar entre los dos, pidieron un deseo y la puerta se cayó. Se levantaron del suelo mientras que alguien muy, muy alto, entró por la puerta y los tíos y Dudley se despertaron.

—¿Qué haces aquí? —Tío Vernon bajó con una escopeta y con su mujer detrás.

—Ya, cállate, necio testarudo —El gigante le dobló la escopeta y disparó sin querer—. ¡Vaya Harry! No te veía desde que eras un bebé, has crecido mucho... sobre todo a lo ancho —le dijo a Dudley equivocadamente.

— Yo...yo no...No soy Harry —Harry tosió, indicando que él era el chico que estaba buscando.

—Pues claro que eres tú... ¿Quién si no? ¿Y tu hermana?

—No está —Mintió para proteger a su hermana. No sabía que quería aquel desconocido de ellos.

—Venga, no le voy a hacer nada, soy de los buenos —vio que salió y se puso al lado de su hermano—. Os he traído una cosa —sacó una tarta y se la dio a Harry, luego de que le dieran las gracias se sentó—. Soy el guardián de Hogwarts, llamadme Hagrid...bueno supongo que ya sabréis todo de Hogwarts.

—Hogwarts... ¿Qué es eso? —Harry no había escuchado eso nunca.

—¿Cómo? Entonces... ¿No sabéis donde estudiaron vuestros padres? —Al ver sus caras de desconcierto y confusión, lo explicó— Chicos, vuestros padres eran magos y estudiaron en la escuela de magia y hechicería Hogwarts, ahora os toca a vosotros.

—¿Magos? Eso no puede ser, es imposible —Harry no sabía que creer después de todo lo que había pasado.

—¿Nunca has hecho algo que no puedas explicar cuando estabas enfadado o asustado?

—Harry.... puede, pero te equivocas conmigo, yo no puedo ser maga.

—Tengo dos cartas —Entrega una a cada uno y las leen— Eso se sabe chicos, estáis matriculados desde hace mucho, creedme.

—¡Pues no irán! Acordamos cuando les adoptamos que acabaríamos con esta tontería —el tío Vernon buscó otra cosa para defenderse.

—¿Lo sabíais? Nunca dijisteis nada —Harry se veía muy confuso y molesto.

—¿Cómo no lo vais a ser siendo tu madre tan perfecta? Mis padres estaban alegres cuando llego la carta "¡Tenemos una maga en la familia!" Solo yo la veía como era en verdad...UN MONSTRUO...tss. Luego ella conoció a Potter y os tuvieron, murieron en esa explosión y tuvimos que quedarnos con vosotros...lo que nos faltaba.

Los dos empezaron a discutir sobre la escuela cuando Hagrid se enfadó y dijo que ningún muggle (según él: gente no mágica) le impediría llevar a los Potter a Hogwarts.

—Alexis y Harry Potter están inscritos desde que nacieron, van a estudiar en la mejor escuela de magia del mundo y estarán con el más exquisito director que Hogwarts ha visto jamás

—Dumbledore... —dijo Alexis casi sin prestar atención.

—¿Cómo lo has sabido? —En ese momento Vernon insultó a Dumbledore y Hagrid, enfadado, le puso una cola de cerdo a Dudley por tomarse la tarta— Nunca insulte a Dumbledore en mi presencia —Al ver que los niños se reían, se dio cuenta— No comentéis esto en Hogwarts por favor... se hace tarde, vámonos, al menos que... ¿Preferís quedaros aquí?

Se cogieron de la mano y se fueron con Hagrid. Hagrid dijo que les acompañaría a comprar las cosas de la lista de materiales pero acabaron en una taberna ¿Sería Hagrid un borracho?

—¡HARRY POTTER! —Todo el mundo empezó a mirar a Harry y uno se le acercó a darle la mano— Vaya, es él...

—Ha-harry Poo-tter es un placer conocerle.

—¡Ah! Profesor Quirrell, no le había visto...oh, este es el profesor Quirrell, os enseñará Defensa Contra las Artes Oscuras.

—Es un placer  —dijieron ambos a la vez.

—Encantado... ¿Y tú? ¿Quién e-eres?

—Ah ella es Alexis Evans —Hagrid intervino un poco nervioso.

No tenían ni idea de lo que pasaba pero le siguieron el rollo el suficiente tiempo como para que Hagrid lograra librarse de la gente y llegar a un muro de ladrillos.

—Eres famoso Harry, en el mundillo de la magia todo el mundo sabe quién eres.

—Espera ¿De qué conocen a mi hermano? ¿Por qué dijiste que me apellidaba Evans?

—Bueno... no soy el más adecuado para contaros eso -abrió el paso de los ladrillos—. Os presento el Callejón Diagon.

—¿Quién nos lo contará entonces, Hagrid? ¿El tal Dumbledore? ¿Y cómo vamos a pagar todas esas cosas de la lista?

—Esto...preguntas demasiado niña, respecto a lo de pagar... pues con dinero, esa pregunta si que puedo responderla. Tenéis todo el dinero ahí...el segundo lugar más seguro después de Hogwarts, Gringotts.

Entraron en el banco y Hagrid les explicó un poco del dinero que les dejaron los padres (que era bastante) y,después de sacar lo suficiente para las compras, se dirigieron a la cámara 713, donde Hagrid recogió un pedido de Dumbledore, según él era secreto así que no preguntaron nada más y salieron del banco.

—Todavía nos quedan las varitas Hagrid... —Su hermana estaba cansada de tantas compras, no estaba acostumbrada y había demasiada gente en las calles.

—Entonces Ollivanders, está por allí, iros adelantándoos. Yo tengo un asunto que atender.

Una vez que llegaron a la tienda, un señor mayor que estaba en la trastienda salió emocionado.