La Hermana de Harry Potter (LHHP) : Alexis

3. "Así empezó todo el lío"

Narrador PoV

—¡Oh! Le estaba esperando Harry Potter, todavía recuerdo el día en el que tus padres me compraron su primera varita... ¿Qué tal esta? —El extraño hombre empezó a revolver los cajones y al final le dio una varita— ¡Vamos ¡Agítala!

Después de probar con dos varitas más, probó con la de pluma de Phoenix, el señor le contó que el portador de la otra varita de pluma de Phoenix era el que le hizo la cicatriz, lo cual incomodó bastante al chico...

—Bueno y ahora usted señorita...—Alexis se presentó con el apellido de la madre, como Hagrid le había pedido que hiciera—. Muy bien ¿Por qué no prueba con alguna de las que he sacado?

Alexis realmente estaba siendo un problema. Había roto la lámpara, partido por la mitad algunas estanterías, volado algunas cajas... hasta que, de una de esas estanterías, salió disparada una caja con una varita que golpeó al vendedor.

—¡Lo siento! Sigo diciendo que no debería de hacer esto, es imposible que yo sea maga —La joven estaba roja del apuro en el que estaba metiendo al hombre. Odiaba causarle problemas a la gente.

—Ya veo... curioso señorita, pero si no lo fuera, las varitas no reaccionarían. Pruebe con esta —le dio la que le había golpeado.

Cuando la cogió, algo muy raro sucedió; una luz azul salía de la varita y Alex se quedó como hipnotizada por un momento. La varita le había escogido y era una varita muy curiosa, el núcleo era de un ave casi extinguido. Según cuenta la leyenda, estaba solo y a punto de morir cuando salvó a un unicornio. Este, en signo de agradecimiento, le dejó beber un poco de su sangre para que sobreviviera. No se sabe si encontró a alguno de los suyos, pero muchísimos años después, se vio a uno igual salvando a un Phoenix. En algunos lugares por lo visto, hasta se les rinde alabanzas. De hecho, es el mismo tipo de varita que tuvo Dumbledore en su juventud.

—Señorita Evans, no sé porque no puede usar la magia, pero eso hace esto aún más extraño pues esa varita es perfecta para transformaciones y encantamientos, ¿Por qué la elegiría una varita tan poderosa entonces?

La chica iba a contestar que eso mismo le gustaría saber a ella pero, en ese momento, llegó Hagrid. Pagaron y salieron curiosos al ver que este llevaba dos jaulas. En una había una lechuza blanca hermosa, y en otra llevaba un pájaro muy raro, era un poco más grande que la lechuza y era negra, tenía una cola dividida como en tres partes y al igual que el pico y el plumaje de la parte del cuello, era azul.

—Hola, os traje un regalo de cumpleaños a cada uno. La lechuza blanca es para ti Harry, deberías ponerle un nombre. Alexis, para ti es este, alguien me dijo que lo pasara a buscar, así que no me pidas detalles.

Harry le puso a su lechuza Hedwig y Alexis le puso a su extraña criatura Arktos. Después de eso, Hagrid decidió que necesitaban un "cambio de look"  ya que no podían ir tan desarreglados a Hogwarts,  en verdad iban muy mal... A ver, no es como si fuera culpa de ellos, los tíos no le daban dinero, ni le compraban ropa nueva, ni les llevaba a la peluquería...no podían hacer nada para cuidar su aspecto, todo iba para el malcriado de Dudley. Hagrid les llevó a la peluquería y a comprar algo de ropa antes de dejarles en la puerta de la estación con unos billetes. Por desgracia, había un problemita...

—¿Andén 9 y ¾ ? Eso no existe ¿No, Harry?

—¡Claro que no! Aunque...ven, será mejor que preguntemos.

—¡¡Abarrotado de muggles!! Vamos chicos, tenemos que llegar al andén 9 y ¾ rápido, o perderéis vuestro tren —Se giraron rápidamente y vieron a una mujer con muchos chicos, todos pelirrojos. Les siguieron esperando que resolvieran su duda— ¿También es vuestro primer año? No os preocupéis, solo id muy decididos a ese muro, si estáis nerviosos coged carrerilla...vamos hija, tu primero —La señora les dijo sonriéndoles, adivinando su preocupación.