Antes.

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—¡Vamos, Adrien!— gritaba mientras corría por aquel campo de flores y el sol nos cubría con su luz, sentía como el aire rozaba por mi rostro, manos, hombros y rodillas. Las cuales se encontraban adornadas por pequeños cardenales, cuando por fin llegué a mi destino, un gran árbol de hojas verde olivo era alto y muy frondoso tenía un fruto de manzanas rojas.

—Por fin te alcancé. —dijo Adrien con voz sofocada mientras comenzaba a trotar hacia donde me encontraba, sus mejillas parecían dos pequeños tomates rojos mientras gotas de sudor recorrían el contorno de su rostro hasta llegar a su barbilla.

—Eres demasiado lento Adrien.—dije en tono burlón mientas arqueaba una de mis cejas y dejaba escapar una risita—algún día me tomarás el ritmo, no te preocupes.

—Marinette hemos sido amigos desde hace cinco años y aún no puedo tomarte el ritmo. Eres muy flexible y ágil. —halago mientras su voz aún sonaba sofocada—además, siempre te doy ventaja.

Era cierto él y yo eramos amigos desdé hace cinco años, aún no podía creer que no se pudiera acoplar a mi paso. Era increíble cinco años de una gran amistad, de apoyó, de sueños e historias. Tenía una mejor amiga Alya aún que claro el tipo de amistad que tenía con ella es muy diferente a la que tengo con Adrien. <<Adrien>> pronunciar su nombre me hacia sentir segura y en paz era una palabra dulce y alegré.

—¿Marinette?—pronunció haciéndome salir de mi lago de pensamientos, volviéndome a la realidad su mirada era viva y fugaz. Verde como dos pequeñas esmeraldas.

—¿Eh que?—musite se acercaba a mi y comenzó a sacarse la pequeña camisa de cuadros naranjas y comenzaba a rasgarla—¿Qué haces?

—Te digo que la espinilla derecha te está sangrando.—dijo mientas tomaba gruesas tiras de su camisa y comenzaba a limpiar la sangre de ella.

—¡Ay, no!—me quejé mientras hacia un puchero con mis labios y el hacía su típica sonrisa torcida —Adrien tu camisa favorita.

—¡No te preocupes!—aseguro mientras me vendaba la espinilla y el pequeño sangrado parecía detenerse <<Mañana dolería, era lo más seguro>> pensé—además ya iba a tirarla confesó haciéndolo más creíble con un guiñó.

—Bueno...¿pero seguiremos con el plan de subir al árbol? —pregunte mientras dejaba espacar un alarido de dolor ante el tacto de sus dedos. Sus ojos seguían fijos en la pequeña herida, su cabello rubio solía brillar muchísimo ante el sol un mechón rubio le cubría un poco de la frente cuando se ponía en cuclillas era chistoso.

—Nada te detiene Dupain ¿verdad? —cuestionó mientras su rostro parecía sereno hasta que alzó su vista fijándola en mi y su rostro se torno a uno de pocos amigos—¡Se cancela el plan!

—¡¿Qué?!—dije sorprendida— Adrien hemos planeado esto todo el verano, ¿porque?—dije en tono de reproche, no podía creer que me estuviera cancelando el plan.

—Por que éstas lastimada. —recordó —no voy a esperar a que te subas al árbol y te caegas para romperte el brazo.—dijo mientras se levantaba y me tendía la mano.

—¡Ay Adrien, por favor! —me quejé su piel vainilla relucía perfectamente ante el sol y sus ojos tenían ese brillo que te hacía suspirar. Su playera sport blanca estaba empapada de sudor y suciedad, pero aún así seguía luciendo perfecto. Y el viento jugueteaba con su cabello dorado era feliz.—¡Vamos!

—¡No!—exclamó mientras me sujetaba de la mano y me acercaba a él —se acabó el juego Nette. ¡Vamos a casa!

Asentí y me aferre a su mano, su mano siempre ha sido suave desde que lo conozco. Él siempre ha sido gentil conmigo, sobre todo en los casos que incluyeran a Chloé Burgeouis él siempre se presentaba para defenderme. Recuerdo con tanta claridad el día que lo conocí estábamos jugando en el parque el día era gris, tenía la certeza de que llovería recuerdo que jugaba con Alya, Rose, Juleka y Nino en los columpios los tubos de metal eran de color azul turquesa brillante, hasta que una niña rubia apareció sus ojos era azules como la profundidad del océano, su piel era blanca, brillante y perfecta. Su melena era dorada como el sol, usaba un vestido amarillo con rayas negras y una pequeña corona de plástico parecía una abeja reina, pensé que era buena. Bajé del columpio y me acerqué a saludarla, me miraba raro.

Juego de niños [AU- Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora