Adrien.

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Estaba acostada en la cama mientras visualizaba el techo, haciéndome tantas preguntas. Sentía escalofríos, me sentía cohibida por fortuna hoy era domingo. Pero algo no me dejaba tranquila hoy saldría con Adrien, ¿para qué? Ni idea según él era para compensar el tiempo perdido aún seguía molesta, sentía el impulso de querer golpear su cara contra la pared. Me apresure a bañarme y me decidí por ponerme algo cómodo, opté por unos vaqueros, una blusa de tirantes blanca y un suéter de cachemira de color rosa pastel. Y unos tenis converse algo viejos. Me volví hacía el tocador y cepille mi cabello sujetandolo en una coleta alta, dejando de fuera mi fleco. Unos minutos antes de las siete, un claxon sonó...un auto. Corrí hasta la pequeña ventana de mi habitación y entonces lo vi era de color negro, como el cielo bajo una noche sin estrellas. Un Jeep Commander. Bajó del auto y se paro frente al Jeep. Sacó su móvil de su chaqueta y lo pego a su oreja, mi smartphone comenzó a sonar y corrí hasta el.

¿Bueno?

—Por favor, dime que sigues viviendo donde vivías cuando eramos niños.

Eh, no. Hace años dejé de vivir ahí. Por cierto, ¿cómo conseguiste mi número?

Demonios.—lo escuché mascullar entre dientesTengo mis contactos.

—Es broma, sigo viviendo aquí. Ahora bajó.

Colgué el móvil y bajé por las escaleras, pase por la sala hasta llegar a la puerta giré, el pomo y Adrien se encontraba parado enfrente de ella.

—Me asustaste horrible.

—Lo siento.—se disculpó, se veía bien llevaba una chaqueta de cuero, arriba de una camisa de cuadros azules, blancos y un azul un poco más claro—¿Has subido a un Jepp?

—No.—respondí mientras salía de la casa, y me giraba para cerrar con llave.

El camino detrás de mi y se paró frente a la puerta del copiloto, abrió la puerta y me hizo un ademán para darme a entender que entrara, cerró la puerta al lado de mi y corrió hasta la puerta del conductor, se deslizó por el asiento e insertó la llave en la ranura y la giró. El Jepp soltó un rugido feroz y yo di un saltó hacía atrás, me miró mordiéndose el labio inferior para evitar una sonrisa pero no le funcionó, comenzando a reír.

—¿Lista para un paseo largo? —dijo entre risitas, mientras ponía a andar el Jepp.

Yo sólo asenti, jamás me había subido a un Jepp Commander era increíble, me sentía demasiado afortunada en saber distinguir algunos autos, una de las grandes bendiciones de escuchar a papá hablar de ello con mamá cuando era pequeña, deslice mis manos en el asiento, eran suaves, el aroma en el interior era a chicle me hacía sentir un poco relajada, me debati entre las dos vistas que tenía una era ver a Adrien manejar y la otra era mirar mi ventana, y sinceramente mirar a Adrien no era una de mis mejores opciones, así que opté por mirar por mi ventana, y ver como todo París pasaba ante mis ojos, grandes paredes de ladrillo color: marrones, blancas, amarillas, entre otras. Estaba deseando querer salir de aquí, lanzándome fuera del auto sería la mejor opción para mi. Hasta que Adrien interrumpió mis pensamientos.

—Bien.—dijo—¿A dónde quieres ir?—preguntó mientras tenía su mirada fija al frente, era extraño ver a Adrien de este modo, jamás lo había visto, era algo increíble ver que aquel niño con el cual yo solía jugar, él cual siempre estaba rasguñado de la cara, o con cardenales en las rodillas se haya convertido en un joven tan apuesto, e increíblemente sexy—¿Hola? Estoy esperando una respuesta Nette.

Juego de niños [AU- Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora