Versus.

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La semana se había ido demasiado rápido, dentro una semana más me iría a Amsterdam a seguir con mis estudios sobre diseño.

No es algo que me alegrará mucho verdad, pero no tenía otra opción, aún que debía de admitir que me dolería tanto dejar a mis padres, inclusive extrañaría muchísimo a Alya y Nino.

Y no había dejado de repasarme una y otra vez lo que mamá me había dicho al día siguiente después de la noche que había logrado escapar con Scott del zoológico: «Hija, quédate con el hombre que te ame a ti, no con el que tú amas; por que él que tu amas buscará a todas, mientras que el que te ama, sólo te buscará a ti». Vaya eso había sido algo muy hermoso viniendo de ella.

Y aquí era donde empezaba la decisión más difícil de mi vida- o algo así- elegir entre Adrien y Scott no era algo tan...fácil. Yo no quería lastimar a Scott pero tampoco quería lastimar a Adrien, pero aquí la pregunta del millón: ¿A Adrien le habría importado lastimarme? Me había mentido una y otra vez con dejar a Chloé días después de reencontrarnos y lo peor de todo es que me lo había prometido.

Pero no había cumplido la promesa, ¿alguba vez se había puesto a pensar en mi dolor? Esas eran mis preguntas, pero era tan lógico pensar en las respuestas que jamás  tendría a menos que se las preguntará, pero esa idea era tan ridícula que me daba dolor de cabeza, Adrien era un completo grano en el trasero.

Ya tenía un poco claros mis sentimientos, quería a Scott y a pesar de que nuestra relación no inició muy bien, se había ganado mi cariño, incluso más. Y Adrien...Adrien desde que apareció en mi vida la primera vez fue como una buena suerte, que al pasar los años se convirtió en mala suerte.

Pero a pesar de todo eso, yo lo quería más que cualquier cosa. Y deseaba tanto estar con Adrien. A veces ni yo misma me entendía. Todos mis pensamientos estaban revoloteando en mi cabeza y habrían seguido así de no ser por un suave toque en la puerta.

Sacudí la cabeza, y comencé a caminar en dirección a la puerta, esperando y deseando tanto que fuera Alya. Pero no, todo se fue al demonio en cuanto vi la figura alta parada frente a la puerta.

Adrien.

¿Qué haces aquí? —pregunté confundida, creó que ya había tenido suficiente de Adrien en el último mes, literalmente.

—¿Vas a dejarme entrar?—preguntó, mientras movía su cabeza en dirección hacía adentro.

Yo trague saliva. —Realmente no. Así que si eso es todo, adiós.

El opuso resistencia evitando que yo logrará cerrar la puerta.—Si sabes que no me voy a ir, sin hablar contigo, ¿verdad?

Yo puse los ojos en blanco y dije:—Esta bien, pero rápido.

Él entro a la sala, llevaba unos jeans de mezclilla y una playera de manga larga negra, lucia increíble, camino hasta el sofá y se sentó, y con la palma de su mano golpeó el pequeño espacio que quedaba en el  sofá de cuero negro.

—Sabes que no muerdo, ¿verdad?—dijo con un intenso brillo en los ojos, y una sonrisa pícara se le dibujo en el rostro—A menos que tú lo desees claro.

—Ni en tus sueños Agreste.—masculle entre dientes, a veces era tan difícil soportar a Adrien con ese narcisismo.

—Bueno, al menos lo intenté. —sonrió—En fin, he venido para decirte que hay una fiesta está noche, y quería saber. ¿Si quisieras ir conmigo?

Ay, Dios mío.—En realidad...no. Sabes creó que deberías llevar a Chloé, digo después de todo sigues con ella, ¿no?

Juego de niños [AU- Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora