Y vivieron felices para siempre.

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“El amor es algo que uno no puede sacarse del corazón”.

-Ghostgirl.





El Miércoles había llegado y yo era más que un manojo de nervios. Alya, mamá y Kelsey me habían ayudado a guardar mi ropa de invierno, la cual usaría en Amsterdam. El invierno había llegado a París, y no dudaba que no lo hubiera hecho en Amsterdam.

Cuando terminamos de arreglar todo, llevamos las maletas a bajo. Alya me llevaría al aeropuerto, y Kelsey regresaría a Arizona para encontrarse con su hermano.

No había tenido tiempo de revisar mi smartphone desde anoche, revisé algunas cosas y encontré una respuesta:

Te amo, ya falta muy poco para vernos y estar juntos. No sabes cuanto rogué por esto, gracias. Nos vemos en el aeropuerto.

Soporté la necesidad de querer besar la pantalla de mi móvil, estaba enamorada, y el sentimiento incluso era más maravilloso de lo que jamás podría haber imaginado.

—Te voy a extrañar pequeña, la casa no será la misma sin ti.—papá me abrazó, lo suficiente para alejar mis pies del suelo.

—Yo también los voy a extrañar muchísimo. —confesé, mi voz sonaba ahoga, me dolía dejarlos atrás.

—No te desveles, come frutas y verduras.—mi madre me abrazó, y comenzó a sollozar. Quería abrazarla y jamás soltarla.


—Lo haré.—obedecí—Te amo mamá.

Me despedí de ella, mientras mi papá terminaba de subir las maletas al Mercedes de Alya. Kelsey había querido acompañarnos pero debido a compromisos con la madre de Scott no le fue posible.

—Te voy a extrañar, Nette. Esperó un día de estos puedas ir a visitarme.

—Claro, pero avisaré unos días antes.—respondí.

—Las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti.—me dio un abrazo y camino hasta quedar juntó a mis padres.

Alya tocó el claxon y gritó: —¡Vamos, Nette! No quiero llorar y llegas tardé.

Hice caso y salí corriendo en dirección al Mercedes, rodé y abrí la puerta del copiloto, levante la vista para ver por ultima vez a mis padres, y a Kelsey. Ellos sonrieron y se despidieron de mí.

Subí al Mercedes, y Alya arrancó. El auto soltó un suave rugido, miré por última mi hogar, extrañaría la belleza de París, las maneras en las que siempre encontraba inspiración para hacer mis diseños. Mis aventuras con mis amigos, la secundaria, todo absolutamente todo.

Pero sabía que algún día regresaría, feliz y con alguien especial para mí.

—Va hacer duró no tenerte aquí. —comentó Alya—No tienes idea de cuanto te voy a extrañar.

Juego de niños [AU- Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora