Juegos malabares.

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El sábado había llegado, nadie me haría recordar los días  anteriores. El día de hoy estaba iluminado por los rayos del sol, las mariposas revoloteaban entre los árboles, subí los escalones para subir a la azotea, me recargue en los barandales y disfruté de los rayos del sol y del refrescante aire mientras atravesaba mi cabello levantándolo el aire rozaba mi rostro con finas caricias, mis pómulos disfrutaban de la sensación tan deliciosa. Regresé adentró y pude escuchar mi celular sonar en la pantalla tenía el nombre de Alya así que no dudé en contestar.

¡Hey! ¿Vendrás a la fiesta?

—No lo . No creó después de todo Adrien no debe de recordarme.

—¡Ay Nette! Por favor. Por mi...animate.

—No Alya. Entiende.

—Bueno, si vienes, mejor dicho si te animas a venir te mandó la dirección por mensaje más tarde. Adiós.

Adiós.

Colgué y lancé el smartphone al sofá pequeño y me senté, me mordi el labio inferior y me dejé caer mientras miraba el techo pensando tantas cosas, de pronto escuché el maullido de un gato y salté de un respingo, el sonido provenía de la azote. Subí nuevamente y lo vi sentado lamiéndose la pata izquierda, me miró sus ojos eran verdes como los de Adrien, sentí un nudo en el estómago y un escalofrío recorría mi espina dorsal. Me acerqué con sigilo al pequeño gatito y comencé a acariciarlo debajo de su barbilla, el comenzó a ronronear y de pronto por una señal del cielo una catarina se postró en la nariz del minino el cual reaccionó sereno ante ello. Bajé nuevamente a la habitación y me deje caer boca abajo en la pequeña cama que se encontraba ahí me giré y me senté, golpeé el colchón con las palmas de las manos. Di un suspiró y me paré dirigiendome hacía el pequeño sofá, cogí el smartphone y vi que tenía un mensaje... Alya.

Por si te animas a venir, a la fiesta está es la dirección donde se realizará Av. de Suffren 8:15pm

Posdata: Si llegas a venir, ponte algo bonito.
Posdata 2: Te estaré esperando afuera.

¿Acaso ella creía que iría? Detestaba cuando Alya creía leer mi mente, digo no es que fuera a ir...sólo que...¿Por que iría? Si después de todo Adrien ya no me recordaba, y el rencor volvió a aparecer once años en los que notablemente salí de la vida de Adrien, once años de ignorar mis cartas, e-mail y muchas cosas más y ahora parecía rematarla con ser pareja Chloé. ¿Qué rayos pasaba por la cabeza de Adrien? Si entiendo que eran amigos, desde antes de yo lo conociera pero el siempre había preferido estar conmigo. Y ahora de la nada son pareja, estoy consciente de que tuvo contacto con ella, y hablarán durante todos estos años pero...¿que había hecho yo para que me evitara e ignorará? Me dolía a pesar de todo este tiempo, quizás después de todos estos años él había descubierto un lado amable en ella, después de todo Chloé era hermosa y había cambiado muchísimo en los últimos años, su larga cabellera rubia ya no estaba amarrada en una coleta alta, ahora parecía una cascada de oro larga y sedosa, y su estilo de look era su mayor prioridad (aún que eso ya era de ella desde pequeña), su cuerpo era perfecto como el de una diosa griega. Como Adrien no iba a enamorarse de ella, aspire una bocanada de aire y llegué a la conclusión de que no iría así de fácil y sencillo. Me quité los zapatos y dejé que se refrescaran mis pies, la sensación era placentera, cuando por fin mis pies estaban frescos; caminé hasta el baño y comencé a desvestirme, entré a la regadera y relaje mi cuerpo. El agua era fresca, las gotas de agua recorrían mi piel, tomé la esponja y el jabón y comencé a frotarlos cuando obtuve la espuma suficiente, frote la esponja en mi piel cada rincón de ella, cogí el rastrillo y lo pasé una y otra vez por mis piernas para remover los vellos de ellas. Cogí el shampoo y eché un poco en mi mano derecha y comencé a untarlo en mi cabello, dando masajes suaves haciendo espuma cuando quedé completamente libre de jabón exprimí mi cabello, tome una toalla pequeña y comencé a secar mi cabello aún más, lo envolví y lo coloqué en mi cabeza. Tome otra toalla y me envolví en ella, salí del baño y me dirigí a una de las cajoneras y cogí un conjuntó de ropa interior de encaje de color blanco y me los puse, caminé hasta el guardarropa y tome unos short de tela color rosa pastel y una blusa de algodón de mangas largas color gris cenizo. Cuando ya estaba completamente vestida, frote la toalla sobre mi cabeza para secarlo un poco más, me acerqué al tocador y cogí el cepillo de caoba y comencé a cepillar mi cabello, mientras me miraba choque con fiereza el cepillo contra el tocador me sentía molesta e irritada. Preferí controlarme así que conté uno, dos, tres, cuatro...hasta quedarme totalmente tranquila. Salí de mi habitación y bajé por un boté de helado, bajé las escaleras deprisa y corrí hasta la cocina, abrí la puerta del refrigerador...a partir de hoy estaría sola por dos semanas, ya que mis padres habían ido a ver a mi abuela a Shanghái eso me evitaría cuestionarios por mi humor. Hubiera deseado ir pero los estudios no me lo permitían, sin más preámbulo cogí el boté de helado de chocolate y una cuchara, salí de la cocina y subí corriendo las escaleras, ya en mi habitación encendí el televisor y me senté en la cama pequeña a ver el fantasma de la ópera, destape el boté de helado y sumergi la cuchara en el y me llevé un poco de helado a la boca. Intentaría relajarme de lo más posible, justó cuando estaba empezando a relajarme mi smartphone comenzó a sonar, no me fijé quien era, pensé que serían mis padres así que contesté.

—¡Abreme estoy afuera!

—¡¿Qué?! ¿Alya qué éstas haciendo afuera?

Vine por ti. ¡Dejame pasar!

—¿De qué hablas? Ok bajó enseguida.

Colgué y bajé corriendo las escaleras, llegué a la puerta de madera, giré la perilla de color bronce y tiré hacía mi, Alya estaba de pie frente a la puerta, con una sonrisa en su rostro, lucia un hermosa falta de tablones color naranja y una blusa estraple de color blanco juntó con un collar de cola de zorro y unos zapatos de meter fácil del color de la falda, y su largo cabello suelto.

—¿Me vas a dejar pasar?—dijo con una sonrisa traviesa mientras analizaba el interior de la casa.

—¡Ah, si claro! Pasa, adelante. —musite mientras me apartaba de la entrada de la puerta.

—¡Eww!—exclamó con cara de total desagradó —¿que haces vestida así?

—Ah será por que estoy en mi casa. —fruncí el ceño—¿Cómo se supone que debería de estar vestida?

—¡Vamos a tu habitación, iremos a la fiesta!

—¿Qué?—dije confundida— Pero yo no quiero ir. Tomé esa decisión hoy.—aseguré mientras cruzaba mis brazos.

—Oh, no. No dejaré que te quedes aquí.—tiro de mi mano y me llevó a arrastras por las escaleras, una vez en mi habitación comenzó a buscar en mi guardarropa, hasta encontrar algo.

Juego de niños [AU- Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora