La pesadilla

516 33 8
                                    

La puerta del penthouse se abrió de un sólo golpe.

-¡No!- el grito de dolor del joven brotó de su pecho como si le hubiesen arrancado el corazón estando aún vivo -¡Maldita sea! ¡No es cierto!

Se tiró de rodillas al suelo derrapando desde el marco de la puerta hasta el costado de la cama donde yacía el cuerpo moribundo de un castaño apenas menor que él.
El azabache miraba horrorizado al muchacho inconsciente tendido frente a él. Le tomó el rostro con ambas manos y con la poca luz que le filtraba por el ventanal vio que sus mejillas estaban pálidas. Esa deliciosa tonalidad rosada en sus labios se había desvanecido y podía jurar que ya no respiraba.

-Spencer... ¡Spencer! ¡Spencer, Dios mío! ¡Háblame!- sollozó el muchacho frenético, y en un arranque de desesperación abrazó con fuerza al castaño, apretando sus cuerpos. Sintió algo húmedo y tibio extendiéndose sobre su abdomen y se apartó lo suficiente para poder ver que era sangre. -Spencer... Amor mío, ¿qué te hiciste?

Asustado, usó el móvil para llamar a emergencias y pedir una ambulancia. Poco le importó dejar notorias marcas de la sangre de su pareja en la pantalla del teléfono. Lo que le interesaba realmente era no perder al amor de su vida.
Le levantó ligeramente la camisa para observar de dónde provenía la hemorragia tan severa; encontró múltiples cortes, hechos con una navaja seguramente. Las heridas llevaban presión e incluso parecía haber puñaladas en donde éstas empezaban. También encontró laceraciones en las muñecas, demasiadas, todas ellas con un profundo coraje externado.
Billy le sujetó la cara una vez más. Entendió lo que había hecho, había sido un cobarde y su novio tendría que pagar los platos rotos... Como siempre. Apretó los ojos y besó con ansias al menor. Lo besó como nunca lo había hecho hasta entonces.

-No me abandones... Te lo suplico, no me dejes.

Para cuando arribó el cuerpo de emergencias el azabache ya era un mar de lágrimas. Deshecho totalmente en el suelo, abrazando la cabeza de su castaño, arrodillado sobre el charco rojo que drenaba velozmente del menor. Como pudieron separaron a Spencer de Billy y lo subieron a una camilla. Billy se dedicó a llorar amargamente apoyando la cabeza en la orilla de la cama. Esa cama, ese edredón que olía a una mezcla de la piel de Spencer con un fuerte aroma a hierro.

====≠====≠====∞====≠====≠====

Billy aún lloraba. Ya había pasado una semana desde que sepultaron a Spencer. Su bello cuerpo, su hermosa figura, su rostro magnífico... Esa personalidad tan contrastante, chispeante y tímida a la vez... Esa voz tan dulce que lograba calmarlo en cualquier momento... Ya no lo tenía. Ya no estaba. Supo lo que tuvo en el instante, no lo dio por sentado ni lo menospreció. Billy amaba a Spencer con locura, y deseaba protegerlo de cualquier cosa, incluso de sus padres si se oponían a la relación sentimental que sostenían. Cuando lo perdió sólo confirmó lo que ya sospechaba; no podía vivir sin él. Y sin Spencer ya no había motivos para salir de la cama por las mañanas.

Ese día en particular era horrible. No sólo por el tiempo que se cumplía de la ausencia de su novio, sino porque el cielo también lloraba. El aire soplaba gélido en el rostro húmedo y atormentado del azabache. Tenía los ojos y la nariz enrojecidos de tanto llorar. Se agachó a depositar el precioso arreglo de flores blancas frente a la lápida de su amado y con la mano le extendió un beso a la misma.
No escuchó cuando sus tíos llegaron.

-Eres un hipócrita... Un maldito hipócrita.- sentenció la pelirroja a su espalda.

Billy no dijo una sola palabra. Acarició la lápida que él mismo mandó a diseñar, como si ésta pudiese transmitirle sensación alguna al cadáver del joven bajo la tierra. Luego se puso de pie.

-Mírame a la cara cuando te hable, infeliz.- Billy trató de sostenerle la mirada pero no pudo -Eres un miserable... No vales nada.

-Jane, ya basta...- suspiró su marido sujetándola por los hombros.

Documentando Nuestro Amor ...~Ectofeature~... [Yaoi Hard] ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora