Documentando Nuestro Amor ...~Ectofeature~... [Yaoi Hard] ♥

Capítulo 6

Después de un día emocionante —sobre todo por la encarnizada pelea con la hamburguesa monstruo— Billy pensó que no había mejor forma de terminar que con un baño de agua tibia. Se tomó su tiempo para prepararse y buscar alguna canción en el teléfono que le ayudara. Decidió reproducir en modo aleatorio la lista "Soundtracks". No se tardó mucho bajo el agua, porque ya se había bañado por la mañana. Al salir se envolvió en una bata y se acercó al armario. Buscó algo cómodo para ponerse: un short de color gris y una playera de manga corta en color vino. Se detuvo un momento, con las manos en el aire ya sosteniendo las prendas. ¿Acaso era ésa la misma pijama que llevaba en la fantasía que tuvo apenas la noche anterior? ¡Pues claro que lo era! Entonces probablemente su pervertido sueño estaba a punto de realizarse.

Llevó la ropa consigo y se sentó en la cama. Que fuera exactamente la misma ropa no indicaba nada, ¡él la usaba demasiado! Tal vez su sueño nunca se realizaría, o quizá ese sueño ni siquiera había sido premonitorio: pudo haber sido que su subconsciente pensaba en Spencer mientras su cuerpo reaccionaba al estrés y el sueño le dio una connotación sexual. Se vistió rápido y se secó el cabello. Pensó que la mejor forma de averiguar si su sueño había sido también un aviso y dejarse de mortificaciones, era ir al cuarto de su primo.

Y así lo hizo. Vaciló antes de llamar a la puerta.

—Adelante —escuchó desde el interior la voz de Spencer y alcanzó a oír que una canción se pausaba.

—Quise venir a verte —respondió el mayor asomando la cabeza hacia adentro —, ¿te estás acomodando bien?

—Seguro —dijo Spencer emocionado acomodando las últimas camisetas en el armario—. Es la habitación más genial que hubiera imaginado en mi vida.

—Me alegra que te guste —sonrió Billy sentándose en la orilla de la cama a dar un respiro.

Ese breve diálogo lo golpeaba en la cabeza una y otra vez como un enorme garrote. Echó un vistazo a su alrededor. El escritorio estaba completamente vacío; lo que indicaba que la laptop seguía guardada en la mochila de Spencer¹. No había cajas o maletas sobre la cama, y las repisas no tenían ninguna figura de vinil. La escena no era exactamente igual a su sueño, lo que le daba una ligera sensación de alivio.

Spencer tomó su celular y se sentó junto a su primo.

—Oye, gracias otra vez..., por recibirme acá. No estaba seguro de si querrías ayudarme, pero...

—Hey, ¿qué dices? Tener a mi mejor amigo de regreso es lo más grandioso que me ha pasado en un largo tiempo —respondió Billy emocionado, frotando el cabello de Spencer con su puño.

—¡Ha! Oye, casi se me olvida. Se supone que yo debo añadirme a tu rutina, así que debo preguntar, ¿qué haremos mañana?

—Uh... Bueno, yo salgo a correr por las mañanas, como a las seis y media. Y después de eso voy a ir al estudio a las once. Si quieres puedo despertarte cuando regrese de correr y entonces podríamos desayunar juntos.

—¡Oh, no! Yo quiero ir a correr contigo. ¡Punto! —exclamó el castaño alzando las manos.

Billy accedió. Conversaron un poco más, organizando el día siguiente y pensando en tantas cosas maravillosas que podrían hacer juntos en los próximos días.

Finalmente Billy invitó a Spencer a ver una película en su habitación y el pequeño no pudo negarse.

Estando ya en el cuarto ambos se dejaron caer sobre la cama y se acomodaron. Spencer se concentró muchísimo en el filme, pero en algún punto se dio vuelta para hacerle una pregunta a Billy, y entonces notó que éste ya dormía profundamente abrazado a una almohada. Spencer tomó el control remoto y apagó todo. Jaló el edredón azul por debajo del cuerpo de su primo y lo arropó hasta la cintura. Cuando se estaba acomodando hacia el lado contrario alcanzó a oír que Billy hablaba y se acercó para entenderle.