Documentando Nuestro Amor ...~Ectofeature~... [Yaoi Hard] ♥

Capítulo 2

Aunque a Billy le gustaba considerarse el dueño de su destino a veces, cuando sentía angustia o se enfrentaba a situaciones que lo rebasaban, optaba por pensar que había cosas más grandes que él, que existían fuerzas o seres a los que podía apelar por piedad. Y ahora que estaba decidido a obtener respuestas era momento de creer en lo sobrenatural y buscar consejo en Eleonora Aldebaran. Eleonora era una mujer madura a quien se le atribuían habilidades parapsicológicas. Billy creía firmemente en que si no poseía poderes místicos, al menos era sensible a energías en un plano de existencia paralelo al nuestro.
Por esa razón se había convertido en su mejor cliente desde hacía cinco años, cuando vaticinó con una temible precisión un accidente vehicular en el que estaría involucrado, y del cual se libró por que se demoró más de la cuenta escogiendo su ropa.

-¿Peligro? Pero, ¿en peligro de qué? -preguntó el joven consternado observando que todas las predicciones llegaban a la misma resolución.

-Podría ser cualquier cosa, pero usualmente peligros tan grandes como los que anuncian tus cartas suelen avisar antes de llegarse. Se manifiestan en presentimientos o sensaciones, incluso en déjà-vu. ¿Has experimentado algo así?

Billy se quedó callado unos segundos. Comenzaba a armar vagamente un rompecabezas no del todo claro. Un poco avergonzado por tener que compartir esa extraña visión y atemorizado de recibir una mala noticia relató el sueño con lujo de detalles, describiendo cada sensación y reviviendo cada escalofrío como si estuviera soñando todo nuevamente, como si hubiera sucedido en verdad y él hubiese sido testigo de todo.

-...Entonces tiro del gatillo y escucho un estruendo horrible. Siento que de verdad me estoy muriendo, siento que mi corazón se detiene por un tiempo breve, apenas unos segundos. Cuando me empiezo a quedar sin aire despierto exaltado, en un grito. Todo es demasiado claro y real. Todo es detallado y punzante. Vibra y palpita. He soñado eso desde hace casi cuatro o cinco meses, pero en las últimas seis semanas el sueño ha sido más frecuente y más real. Al principio me costaba recordar si quiera de qué se trataba y ahora... Ahora quisiera olvidarlo.

-Más te vale no olvidarlo -dijo Eleonora buscando en un cajón-, ese sueño te está poniendo sobre aviso. Tienes un don: la premonición. Eso te dará un porcentaje de ventaja sobre tu futuro al menos en todo el año que estés con tu primo. Deberás entrenarlo y aprender a controlar esa sensibilidad. La meditación es buena para eso. Mientras aprendes a hacerlo puedes valerte de esto -le dijo, mostrando un atrapa sueños-. Si me das dos minutos puedo hacer que te ayude a canalizar tus premoniciones.

Y así, Billy salió del despacho de la adivina con un amuleto que sería su única herramienta en los próximos doce meses. Se subió a su hermoso Lamborghini rojo y regresó a su mansión. Entró hacia el vestíbulo y recorrió el primer piso buscando a su asistente, y al no encontrarla recordó que le había encomendado remodelar la recámara que sería de su primo. Entonces tomó el elevador y fue a buscarla en el tercer piso, donde la encontró supervisando personalmente toda la operación.

-¡Billy! Llegaste antes de lo que yo esperaba. ¿Cómo te fue? ¿Qué te dijeron? -preguntó Marcy saliendo de la habitación impidiéndole a Billy ver el interior.

-Emm... Me fue... Bien, supongo. Pero justo de eso quería hablar contigo en privado -explicó el cantante casi en susurros.

-Bien, hablaremos de eso en un minuto. Antes quiero que veas el cuarto -propuso ella enérgica, abriendo la puerta, dándole paso a Cobra al interior-. No está terminada aún. Le falta aquí una silla y por allá vamos a poner un mueble que...

Billy entró a la pieza y contempló todo con una sensación de felicidad opacada por un miedo intenso. El espacio era perfecto. Armonioso y bien iluminado, con los espacios optimizados... Exactamente como en su sueño. Bien lo había dicho Marcy, no estaba terminado. Faltaba la silla, la lámpara, unas repisas de cristal en la pared, un póster de Green Day enmarcado, la ropa en el armario, una pantalla plana frente a la cama, una consola, un equipo de sonido de alta tecnología, cosas que se pondrían al final y algunas otras que seguro traería Spencer. Al principio se asustó, pero después su corazón dio un vuelco de felicidad al ver que si Marcy había cumplido con esa tarea seguramente le ayudaría a sacar adelante su extraña situación.