Documentando Nuestro Amor ...~Ectofeature~... [Yaoi Hard] ♥

Capítulo 10

Al día siguiente Billy y Spencer salieron de verdad muy temprano al estudio de grabación. Spencer llevaba su equipo de video completo para documentar a Billy Joe Cobra al natural en una sesión. Billy estaba bastante emocionado, porque jamás había tenido la oportunidad de hacer un video auténtico de sí mismo. Y después de grabar los arreglos con la guitarra tuvo que grabar más armonías para otra canción que aparentemente no se escuchaba tan bien como las demás, aunque en su interior él mismo sabía que la canción jamás sería como él la quería.
Mientras Billy estuvo dentro de la cabina, Spencer se quedó callado y atento, grabando cada movimiento que hacía su primo y haciendo muchísimas notas. De repente, cuando Billy alcanzaba a absorberse en lo que hacía, las pupilas de Spencer se dilataban. El chico jamás se hubiese atrevido a suspirar para no interrumpir esos momentos sagrados en los que el espíritu de su primo se engrandecía y envolvía con su brillo a todos los que lo oían hacer música. No era extraño que Spencer idolatrara tanto a Billy, después de todo se consideraba su fan número uno. Para Spencer, Billy Joe Cobra era el artista más genuino y casi perfecto de toda la historia, y era superado nada más por Michael Jackson que era el ídolo y la inspiración de Billy.

Al salir del estudio volvieron a la mansión muy aliviados; Spencer se moría por revisar completo ese material de primera, y BJ estaba tan cansado que solo quería llegar a casa y tenderse a placer sobre la cama.
Encontraron a Marcy en el comedor revisando cosas en su teléfono y registrándolas en la libreta; y junto de ella estaba un tazón repleto de ensalada de frutas y una jarra de fresca limonada con hierbabuena.

—¿Cómo les fue? —preguntó ella, alzando la mirada.

—¡Excelente! —respondió Spencer contento—. Todo salió perfecto. La luz, la acústica, la entrevista. Me darán permiso de usar parte de las canciones en el documental.

—¡Sí! Fue una mañana productiva, pero estoy agotado —jadeó Billy sacando un frasco de mantequilla de maní de la alacena.

—Pues felicidades a los dos por su trabajo. Estoy muy contenta por ustedes. Pero, Billy —agregó Marcy—, ¿no vas a comer fruta?

—¡Gahg! No. Ahora solo quiero terminar de comer mi frasquito de cielo y dormir un rato. El estrés de ayer me dejó molido.

—Allá tú —suspiró Marcy. Su teléfono sonó y ella salió corriendo—. Es mi papá. Debo volar. Los veo en un rato.

Spencer y Billy se quedaron totalmente solos en la mansión. No había personal, porque este iba nada más por las mañanas y se retiraba. El castaño corrió a su cuarto a editar el video, y Billy se tiró a ver dibujos animados un rato hasta que se quedó dormido, justo como él quería.
Despertó agitado y confundido, porque no estaba habituado a las siestas y porque había tenido otro sueño bastante perturbador con Spencer.

En el sueño Billy iba caminando por un bosque, y parecía que Spencer lo guiaba. El castaño jamás hablaba, solo sonreía y se comunicaba con gestos, risas y suspiros. De repente, al llegar a la orilla de un río, Spencer le pidió a Billy que se sentara en la hierba, para después desvestirse lentamente y por completo. Su piel resplandecía bajo el sol dorado y donde este le alcanzaba a calentar, le dejaba marcas rosas que Billy deseaba morder. El chico se metía al agua azul y brillante como los ojos de Billy, y jugueteaba en ella y con un gesto muy provocativo invitaba a Billy a acompañarle. Billy se negó un par de veces, pero finalmente accedió y también se quitó la ropa. Spencer parecía anhelar el atlético cuerpo de Billy, pues cada que lo miraba o lo tocaba sus ojos llameaban y se mordía los labios. Billy también tocaba a Spencer, delineaba sus clavículas con los dedos y bordeaba su cintura de forma erótica. Cuando bajó un poco más sus manos intentando acariciarle las piernas, se dio cuenta de que éstas parecían estar cubiertas de escamas plateadas; se había transformado en un tritón. Spencer siguió acariciándolo hasta que Billy fue incapaz de mover su cuerpo, y después lo arrastró a lo más hondo del agua, para besarlo mientras lo ahogaba. En su desesperación por llegar a la superficie, Billy comenzó a patalear y ese movimiento lo despertó.