Documentando Nuestro Amor ...~Ectofeature~... [Yaoi Hard] ♥

Capítulo 13♥

—¿Me podrías alcanzar otra toalla del gabinete, bromigo? —pidió Billy enrollándose en la bata.

Spencer, que estaba totalmente desnudo y empapado, estiró su mano para alcanzarle a su primo lo que pedido, después se puso una toalla alrededor de la cintura y se apoyó de la pared. Ambos estaban parados sobre el tapete del baño, limpios y frescos, listos para vestirse, aunque particularmente no tenían nada más que hacer. Billy, con toda la calma del mundo, se quitó el exceso de agua en el pelo con la toalla; mechón por mechón se iba sacudiendo, y en cuanto terminó abrió uno de los cajones del mueble de baño y saco dos botellas y una ampolleta. Se aplicó los tratamientos con mucha paciencia, disfrutando la consistencia de la crema entre sus dedos. Le gustaba mucho asearse y acicalarse, la hora del baño era su favorita porque le permitía recordarse lo hermoso que era y lo mucho que se quería, y por egoísta que pareciera él estaba convencido de que todos necesitan una dosis de amor propio cada tanto. Mientras se absorbía su tratamiento se aplicó tonificante en el rostro con una bolita de algodón, se aplicó un humectante con aroma a eucalipto y buscó su secadora. Cuando volvió a verse en el espejo recordó que Spencer también estaba ahí, y se sintió bastante tonto por haber realizado toda su rutina con él mirándolo. Se giró sobre los talones para verlo a los ojos y sonreír.

—Lo siento, bro —dijo Billy tomando la mano de Spencer entre las suyas—. Mejor vamos a vestirnos.

—Pero quiero verte —Spencer acercó las manos de Billy a su rostro y respiró su frescura—. Me relaja ver como te arreglas. Además, aún te falta usar el secador, ¿no es cierto?

Billy se mordió el labio y soltó una risa suave. Pasados unos minutos ambos chicos salieron al vestidor del cuarto. Billy convenció a Spencer de quedarse en una de sus pijamas el resto del día, si no iban a salir, ¿por qué no ponerse cómodos?
Acordaron ver televisión un rato. Spencer se acostó sobre su estómago, apoyando el rostro en sus manos, y Billy estaba boca arriba con una rodilla doblada, las manos bajo la nuca y el rostro justo abajo de la carita Spencer. Ambos chicos estaban carcajeándose con el final de su segunda comedia, y poco a poco fueron bajando el escándalo de sus risas hasta silenciarlo. Recostado aún, Billy volteó a ver a Spencer y este le sonrió algo consternado.

—¿Sucede algo, Spendexter? —preguntó Billy.

—Hace rato chequé el teléfono para ver la hora, y en las notificaciones vi mensajes de... De mi mamá. No los he abierto aún, pero pude leer que, bueno, pregunta cómo estamos y cómo voy con el proyecto, y te envió saludos, y... —Spencer se interrumpió, tragó grueso y siguió con dificultad— Yo..., me siento mal.

—Hummn, ya veo por dónde va esto —razonó Billy.

—Billy, ¿cómo puedo deshacer lo que pasó?

—¿Para qué quieres deshacerlo? —preguntó el mayor no entendiendo bien la lógica de Spencer.

Spen, que estaba empezando a experimentar una fuerte resaca moral, se talló el rostro con las manos, y liberó un sollozo tan lastimero que Billy pudo sentir como si le destrozasen los pulmones con un picahielo. Fue ahí que comprendió lo que pasaba, y como el noble y sensible caballero que se consideraba, decidió consolar a su chico consentido.

—Bro, no te atrevas a querer borrar lo que pasó —dijo Billy, acomodándose mejor debajo de Spencer, y tomándolo suavemente por la nuca para encontrarse con sus ojos—. En primer lugar, no puedes, porque no hay forma en que puedas regresar el tiempo y evitarlo. En segundo lugar, no debes, porque si empiezas a sentir remordimientos cada que el recuerdo viene a ti vas a unirlo con esa horrible sensación, y lo único que va a pasar es que aprenderás a suprimir tus memorias, pero vivirás sintiéndote responsable por ello toda la vida.