Siege 《YoonSeok》

Dos

La primera vez que su madre notó que ellos existían, pensó que su hijo tenía amigos imaginarios, pero Yoongi ya estaba lo suficientemente grande para que tuviese amigos imaginarios sin embargo, dejó pasar de largo las veces en la que su hijo le decía que un lobo lo perseguía por las noches porque se lo quería comer. Gracioso, pensó.

Cuando su madre lo encontró en la casa abandonada a las afueras de Daegu, pensó que la historia del lobo ya no era graciosa. Ese día entendió que el lobo se trataba de un pedófilo y que su hijo había sido una de sus víctimas. Los niños dentro de la casa gritaba asustados al ver como Yoongi de diez años, sostenía un cuchillo de cocina y apuntaba directo al hombre en el suelo. Nadie volvió a hablar del incidente y decidieron mudarse a Gwanju, tenía fama de ser una ciudad tranquila.

Yoongi volvió a su misma rutina en Gwanju, ahora debía visitar un psicólogo que al parecer no estaba muy contento con la idea que fuese amigo de ellos. 

-¿Quiénes son ellos?

-No lo sé, a veces no puedo verlos

-¿Qué te dicen? 

-No debería decirle.

-¿Ellos no te lo permiten?

-No quiero hacerle daño.

Al seguir con las visitas en el psicólogo, Yoongi fue trasladado a la unidad de psiquiatría, con tan solo 12 años, su madre decidió que lo mejor sería que su hijo fuese tratado en Gonjiam. Yoongi no la ha vuelto a ver desde entonces.

Al llegar a Gonjiam, fue trasladado al área C, donde se encontraban los peores casos, a pesar de no ser peligroso muchas de las personas que sabían su caso temían de encontrarse con Yoongi, sabían que al verlo con la mirada fija en algún punto fijo el chico podría ver o imaginar cualquier cosa que ellos no. Al ser comparados con un lobo temían que el chico reviviera lo que había sucedido hace algunos años. Con el pasar de los meses Yoongi pareció mejorar y tener mejor comportamiento. Fue trasladado al área B, compartiendo con niños de su edad.

En su segundo año de estar en Gonjiam, cuando tenía catorce años, Yoongi conoció a Jimin y posteriormente a Taehyung quienes se convirtieron en sus amigos dentro del lugar. Jimin había tratado de suicidarse dos veces mientras que Taehyung había hecho lo mismo para poder estar junto a Jimin.

Yoongi no supo que fue lo que les atrajo más de Jimin, si su rostro inocente o lo rota que estaba su alma por dentro, pero ellos lo deseaban y Yoongi también.

Debe ser nuestro.

Debes de convertirte en un lobo.

Pobre oveja.

No dejes que se entere sobre nosotros.

Fue así como Yoongi comenzó a seguir a Jimin hasta conseguir su atención por completo y colarse en su habitación para compartir uno que otro beso alarmados de no ser encontrados por algún enfermero o por Taehyung.

-¿Qué sientes por mi?- preguntó Jimin sentado en la cama.

No le digas que lo deseas.

Dile que lo amas.

-Creo que te amo- sonrió Yoongi.

Jimin se acercó a él y lo besó nuevamente, el beso se volvió más intenso y esa noche, el lobo devoró a la oveja. Jimin era suyo y no podía escapar. 

Poco a poco, Jimin comenzó a sumergirse en un mar de depresión, a veces los cambios de Yoongi lo confundían y otras solo lo buscaba para satisfacer su deseo meramente carnal. Se sentía usado por la persona que le dijo que lo amaba. 

Taehyung logró salir del hospital antes que Jimin, lo visitaba constantemente haciendo enojar a Yoongi. Un día, sin darse cuenta Jimin empacó sus cosas y se fue, dejándolo nuevamente solo con ellos.

Dejó de escucharlos por un tiempo, su vida dentro de Gonjiam estaba mejorando, pensó que estaba mejorando hasta que Hoseok llegó, ahora ellos lo querían pero Yoongi no quería lastimarlo de la misma manera que había hecho con Jimin.

-Entonces, ¿hace mucho que estás acá?- preguntó Hoseok mientras tomaba la cuchara que estaba en su plato.

Era la hora de la cena, Namjoon había permitido a Yoongi comer con Hoseok con la condición que le mostrara el lugar y conversaran.

-Sí- sonrió Yoongi- hace cinco años, desde que tengo doce.

-Woah- dijo mientras terminaba de tragar su comida- Eso es mucho tiempo.

Yoongi asintió mientras rascaba la parte de atrás de su cuello -Supongo -sonrió -¿Por cuándo tiempo te quedarás acá? 

-No lo sé- respondió el castaño mientras bajaba su mirada y jugaba con su comida- Mi doctor dice que hasta recibir el tratamiento necesario.

-¿Por qué estás acá?- pregunto nuevamente Yoongi. 

-Tomé un frasco de pastillas para dormir y terminé en el hospital.

-Esas son muchas pastillas- dijo Yoongi sonriendo.

-Lo hice dos veces- Hoseok levantó el rostro y sonrió -Supongo que necesitaba dormir mucho.

Yoongi sonrió para luego meter un poco de comida en su boca, era una especie de puré de papas con verduras al vapor, asqueroso, pero ya se había acostumbrado a la mala comida del lugar.

-¿Por qué estás acá?- preguntó Hoseok mientras terminaba de comer.

Yoongi lo miró y se tensó un poco, no quería decirle sobre ellos, temía que saldría corriendo al igual que Jimin.

No le digas sobre nosotros.

Dile lo mismo que te dijo Jimin.

-Traté de suicidarme dos veces -dijo mientras jugaba con un pedazo de zanahoria- Ahogándome en una bañera, mamá me encontró las dos veces.

Hoseok sonrió y asintió -Creo que no soy el único que ha tratado de matarse, eso es algo bueno, supongo, significa que mi cabeza no está tan mal.

-Créeme, la cabeza de algunos de acá están peor que la tuya- contestó Yoongi y terminó de comer.

Al terminar de cenar, los chicos caminaron por los pasillos de su área, mostrando a Hoseok los caminos y los lugares a los que no debía de entrar. Yoongi sintió la necesidad de protegerlo de ellos. Por algunos minutos trató de ignorarlos para enfocarse en lo que el castaño le decía. Al llegar la hora de dormir, Namjoon acompañó a Hoseok a su habitación, la habitación que antes era de Jimin, justo frente a la de Yoongi.

Otra alma rota.

Que el juego comience.