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Ahí estaba yo, una noche más, mirando por la ventana de mi habitación mientras mi mano subía y bajaba alrededor de mi miembro.

Esa chica un poco más baja que yo, de cabello largo, ojos grises y una mirada angelical volvía a hacer que mi respiración se agitará y mi cuerpo se calentara.

MinJee, una chica de tercer año que había llegado nueva al vecindario y a mi escuela. Su madre era la profesora de biología, quien hacia a todos los chicos babear, su hija no quedaba atrás. Claro que su hija era aún muy inocente, a pesar de su edad.

Siempre tierna, amable, sumisa, risueña, de pocos amigos, callada, todos esas características hacían que me excitará cada vez que pasaba a mi lado.

Mi madre, como buena mujer de casa un poco chismosa y metida, me hizo vestirme bien e ir a visitar a los nuevos vecinos.

Bajé la escalera con unos jeans y una camisa de rayas horizontales azul. Mi madre vestía un vestido tallado a su figura con unos tacones.

-Te vas a comportar, Jeon ¿me oíste?-con una ceja alzada me miró de reojo mientras ponía en orden el borde de su vestido.

-Ajá-hubiera preferido quedarme la noche a oscuras en mi habitación mirando mi página de incógnito favorita. Claro que a mí madre no le importa y ella quiere ir a chismear con la nueva propietaria de la casa de al lado.

Mama hizo resonar sus tacones mientras salía de la casa con su paso firme. Salí detrás de ella cerrando la puerta.

Llegamos a la puerta de la vecina y mamá tocó el timbre, que resonó por toda la casa. Me quedo mirando el cielo estrellado mientras miraba mi flequillo causándome un poco de dolor de cabeza.

-Buenas noches, señora Moon-mi madre con tono animado saludo con una sonrisa.

-Oh ¡JungKook!-fruncí el ceño al oír mi nombre en los labios de la vecina.

Mi mirada se posó en los rosados labios de la profesora de biología. Después mis orbes bajaron hasta sus pechos un poco descubiertos por la blusa de botones que andaba.

-¿Se conocen?-preguntó mi madre un poco confundida por la situación.

-Soy su profesora de biología-sonrió haciéndose a un lado de la puerta-Pasen, hace frío afuera.

Pasamos a su casa deshaciéndonos de nuestros zapatos. Su casa era muy parecida a la nuestra, solo que la suya tenía diferentes pinturas abstractas y los calores cálidos gobernaban en las paredes.

-¡Cariño!-la profesora Moon gritó escaleras arriba-Mi hija se está preparando, denle un momento...

Nos sentamos en la mesa y unos segundos después, su hija bajo trotando las escaleras.

-Buenas noches-la chica hizo una reverencia haciendo que su largo cabello le cayera sobre la cara.

Se acercó a la silla al lado de su madre y se apoyó en una de sus piernas haciendo que todas su curvas se marcarán aún más y a su paso hacer que mi miembro palpitara de bajo de mis pantalones.

-Seguro ya se conocen ¿no?

-Si mami, Jeon está en mi clase-me sonrió.

Oh nena, preferiría que me llamaras Daddy en un gemido...

-Si-asentí hacia mi profesora.

-¿Cuál es tu nombre?-preguntó mi madre hacia la chica que ya se había sentado en su silla.

-MinJee, señora Jeon-su sonrisa angelical hizo una línea curva en sus labios.

Relamí mis labios pensando en la dulzura a la que deben saber los suyos.

El sonido agudo de un temporizador de cocina sonó. La señora Moon se volvió hacia la cocina con entusiasmo.

-La comida está lista, hija ¿me ayudas?

-JungKook puede ayudarte si quieres

-Mamá...-dije entre dientes, mamá me pellizco el beso bajo la mesa y en un acto reflejo me levante de la mesa-Está bien.

MinJee y yo nos dirigimos a la cocina. Olía a gloria ese lugar.

-¿Podrías sacar el pastel del horno? Me da un poco de miedo...-su voz sonó un poco tímida mientras me extendía unos trapos para no quemarme las manos.

Mi mente sucia comenzó a trabajar, imaginando setecientas cosas que podría hacer para corromper esa linda mente tan sana como una lechuga.

-Claro-abrí el horno y saque el molde con la comida.

Lo llevamos a la mesa junto a otras cosas y cenamos mientras nuestras madres conversaban.

-Cariño, por qué no van arriba a la sala de televisión. Seguro nuestros temas de mujeres les aburren-sonrió mientras paraba la conversación tan típica que tenía con mi madre.

-Claro, mami. Vamos Jeon-me levante de la mesa y seguí a MinJee escaleras arriba.

Su trasero se movía a sincronía de sus pasos suaves debajo del vestido corto con corte ovalado.

-¿Que quieres hacer?

¡Ja! No tienes una idea...

-No lo sé-respondí mientras me sentaba en un sillón negro en una sala con un televisor de sesenta pulgadas, un DVD, una consola y un equipo de audio-¿Quieres ver televisión?

-Claro-me extendió el control de la TV-Pon lo que quieras...-se sentó junto a mí subiendo los pies al sillón.

Después de un rato de ver un aburrido documental de como se hacía la Coca-cola, volví la mirada para ver a la chica a mi lado.

Se había quedado profundamente dormida. Su boca estaba un poco abierta y su cabeza estaba hacia atrás recostada en el respaldar del asiento.

La piel de su cuello era tersa y blanca como la porcelana. Sus clavículas estaban marcadas y un ligero escote dejaba ver un poco de sus gloriosos pechos.

Me acerqué a su cuello. Las ansias crecieron dentro de mi mandando pulsaciones a todo mi cuerpo, mis labios estaban a centímetro de su piel, de probar aquella suave piel de azúcar.

-¡JungKook!-la voz de mi madre hizo que me alejara de repente y que MinJee despertara.

-Maldición...-rodé los ojos mientras me paraba del sillón.

-¿Ya te vas?-preguntó MinJee un poco adormilada mientras humedecía sus labios.

-Si

-Buenas noches-se dejó caer en el sillón cerrando los ojos y abrazando la almohada que había debajo suyo.

Baje las escaleras rápidamente para ver a mi mama lista para marcharse.

-Muchas gracias por la comida, SeoRin-mamá hizo una reverencia.

-Fue un gusto, tú y JungKook pueden venir las veces que sean. Mi hija estará encantada...

Daddy; +J.jk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora