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—Pasa—MinJee abrió la puerta de su casa para que yo pudiera pasar. Hice lo que ella me dijo, cuando cerró la puerta agarre su mano tirando su maletín al suelo junto al mío.
—Baby Girl, Daddy quiere saber...—los dos sonreíamos, yo acariciaba su mejilla—¿Te gusto lo de ayer?
Sus mejillas se tiñeron de rojo, di un corto beso en sus labios rosados.
—Todo lo qué haces me gusta, Daddy...—dijo un poco avergonzada, yo sonreí satisfecho.
—Justo lo que quería escuchar—la volví a besar, está vez con más intensidad. Mordí su labio abriéndome paso entre estos para introducir mi lengua en su cavidad bucal.
Su poca fuerza de voluntad se quebró, un gemido salió de sus labios y sus rodillas se pusieron débiles. Tuve que sostenerla fuerte por la cintura, ella puso sus manos en mi cuello y corto los pocos milímetros que habían entre nosotros.
—Pequeña ¿por qué tan ansiosa?—sonreí separándome un poco de ella aún con los ojos cerrados y una sonrisa.
—Lo que Daddy me hace sentir...lo necesito—bajo la mirada—¿Me lo darías, Daddy?
—Cuantas veces quieras, princesa—mis manos viajaron de su cintura hasta sus muslos. La levante y ella enrollo sus piernas en mi cintura.
Subí las escaleras procurando no caerme y arruinar todo. Entre en la habitación de MinJee y la puse sobre el escritorio. Me apoyé en el escritorio con ambas manos y comencé a dejar besos por su cuello y clavícula. La chica arqueo la espalda y echo su cabeza hacia atrás dejando aún más parte de su pecho descubierto.
—Da-Daddy..~
Que gimiera mi apodo hizo que el bulto en mis pantalones se hiciera más grande y duro. Ella lo noto al frotarse con su rodilla, está la apartó un poco asustada.
—¿Por que es tan duro, Daddy? ¿Que es eso?—me miró a los ojos con un poco de confusión en sus tiernos ojos.
—Se llama erección, cariño y tú la causas con facilidad en mi—volví a besar sus suaves labios.
—Puedo—dijo entre el beso pero la volví a besar—¿Tocarte?
—Vamos, Baby Doll, tócame. Sin miedo, preciosa—su mano se adentró en mi camisa, acariciando mi abdomen, después siguió bajando hasta los botones de mi pantalón.
Sin ningún escrúpulo los abrió y comenzó a acariciar mi pene duro sobre los bóxers.
Yo bese su cuello de arriba a abajo, junto a pequeñas mordidas que dejé en su nuca y en el comienzo de sus pechos. Mordí un poco más fuerte su nuca cuando me sobresalté un poco por sentir su mano dentro de mis bóxers tocando mi miembro con sus dedos.
Quite una de mis manos del escritorio y esta se fue hasta el borde la enagua del uniforme de MinJee. Levante su prenda y metí mi mano hasta llegar a tocar la segunda prenda abajo.
—Estás muy mojada, nena...
—¿Mojada? ¿A-a que te refieres, Daddy?—algunos gemidos interrumpían sus inocentes preguntas que con gusto corrompería.
—Eso pasa cuando te excitas sexualmente, pequeña. A Daddy le gusta que estés excitada—pase mi lengua por su cuello hasta llegar a sus labios otra vez y besarlos.
—Siempre que estoy contigo, me excito, Daddy...—mi excitación subió a otro nivel solo con ese comentario. No pude aguantar soltar un gruñido, está chica me va a matar un día.
Sentí como MinJee comenzaba a masturbar mi miembro en un movimiento lento, más... necesito aún más de esta chica.
—Más rápido—ordene a MinJee, ella acató la orden y comenzó con un ritmo aún más rápido.
Rápidamente y con un poco de desesperación desabroche los botones del chaleco del uniforme. Rompí algunos botones de la camisa de abajo y me acerqué a sus pechos. Lamí los dos por la parte que no estaba cubierta por el brasier.
Mi mano, recorrió su abdomen hasta llegar a su espalda y al final al broche de su sostén. Lo desabroche y justo cuando sus pechos iban a quedar para mi disposición...
—¡MINJEE!~ ¡Ya llegue!—los dos dejamos de besarnos. La mano de MinJee paró en mi miembro, los dos nos miramos.
Ella sacó la mano de mis bóxers un poco sonrojada. Adoro como se ve así.
—No te preocupes, Pequeña. Daddy terminara esto después—bese sus nariz sabiendo que ella sonreía.
MinJee cambio su ropa, yo acomodé mi uniforme y los dos rápidamente bajamos donde la profesora Moon esperaba mirando su celular.
—Hola, cariño—se volvió hacia su hija con una sonrisa—JungKook que bueno que estés aquí desde ahora...
Asentí con una sonrisa fingida. No me agrada para nada que haya interrumpido lo que había entre su hija y yo.
—Iré a preparar la comida, sigan en lo que estaban—tomó su bolso y se dirigió a la cocina.
—Daddy...—la más pequeña se volvió hacia mí—¿Podemos seguir?
—Lo siento preciosa—tome su mano y la besé—Será en otro momento...
—Está bien, Daddy—volvió a sonreír con alegría—¿Quieres ver una película o algo?
—Claro, bebe—los dos subimos las escaleras hacia la sala de televisión donde la chica puso una película cualquiera.
(...)
—¡NIÑOS!—la madre de MinJee gritó sacándonos a los dos de nuestra concentración en la película—¡La comida está lista!
—¡Ya vamos, mami!—respondió MinJee mientras ponía pausa a la película.
Los dos bajamos y nos sentamos en la mesa. Todo olía delicioso al igual que la vez anterior. La profesora nos sirvió a cada uno en nuestros platos.
Todo estaba delicioso, está profesora no sólo es buena profesora, cocina bien y sabe crear arte dentro de su vientre. ¡Maldita sea, no puedo tener una Baby Girl más linda que MinJee!
—¿Te gusta JungKook?
—Si, esta delicioso, profesora Moon...
—No me digas profesora fuera de la escuela, JungKook—sonrió un poco nerviosa—Siena extraño, dime SeoRin...
—Está bien...—volví a concentrarme en mi comida, era un poco incómodo estar en la misma mesa que ella.
Después de un rato en silencio, SeoRin volvió a romperlo con una pregunta.
—Y..díganme ¿que son ustedes?—mi sangre se heló y pare de masticar la comida.
—¿No-nosotros?—pregunte mirando a la señora frente a mi.
—Si, desde hace un día los veo muy junto, hasta viniste a casa desde temprano...
Excusas, excusas, excusas... ¡Maldita sea Jeon! ¡¿Cuando no las necesitas si están ahí pero ahora no?!
—Nosotros...—MinJee me miró también con un poco de ilusión en sus ojos—Somos amigos, señora...
