Capítulo 5: La valentía cambiará al mundo.

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El domingo amaneció nublado; no estaba lloviendo, pero hacía tanto frío que Thomas no tuvo más remedio que levantarse a las cinco de la mañana, ir al baño para calentarse y hacer una taza de café para mantenerse despierto. Thomas se había olvidado de preguntarle a Selena qué se hacía en los domingos. Supuso de buenas a primeras que de seguro eran parecidos a los sábados, pero Thomas no se imaginaba lo horrible que eran los domingos no sólo para Selena y Emma, si no para todos los estudiantes.

Selena y Emma despertaron como robots y levantaron también a David; esto le sorprendió a Thomas porque apenas faltaban diez minutos para las seis de la mañana y de seguro no habría nada que hacer. Pero Emma se colocó su uniforme al mismo tiempo que Selena, sus caras estaban pálidas y les dijeron a David y a Thomas que se vistieran con los uniformes y fueran con ellas. Estaban confundidos pero asintieron y se vistieron rápidamente.

Ellas lo guiaron por un camino que nunca habían tomado, es más, ni siquiera recordaban haberlo visto. Luego de que salieran del dormitorio, todas las demás chicas empezaron a salir también. Poco a poco, y de todas partes, todos los estudiantes fueron saliendo hacia la misma dirección. Thomas se estaba inquietando demasiado y vio además que Selena y Emma tenían caras de miedo, de terror... de pánico. Thomas vio a lo lejos una figura alta; era una mujer vestida como un general del ejército, parecía tener poco menos de cincuenta años y se notaba bastante corpulenta. Hasta la misma Denise se percibía insignificante en frente de ella. Era la directora Rusia White.

Ella estaba acompañada de muchas personas (hombres y mujeres) que vestían de su misma forma. Dirigía a los alumnos a un punto y todos parecían saber en dónde se tenían que colocar. Parecía una especie de entrenamiento militar. La directora tomó un micrófono, aclaró la garganta y empezó a hablar.

-Buenos días, inútiles –dijo con mucha arrogancia – como ya saben, hoy es domingo; eso significa que habrá revisión. Ustedes están al tanto de cómo funciona esto... si alguien es pillado haciendo algo incorrecto durante la semana, hoy es el día para pagarlo. Ese es nuestro protocolo.

Thomas se sintió profundamente vacio. La directora sonreía con malicia y su corto cabello grisáceo no era nada agradable.

-Para los chicos nuevos –prosiguió – les aviso que esta es la realidad de St. Mark, y si no pueden resistirla, son libres de acabar con sus vidas. Total, solo son unos insectos. Bueno, sin más preámbulo, comencemos con la revisión.

Thomas no se imaginaba que podría ser "la revisión" pero pronto deseó nunca haberlo sabido. Resulta que algunos de los hombres que iban con ella les rociaban una especie de líquido a los estudiantes, se habían hecho algo contra las reglas, su piel se volvería rápidamente roja, luego volvería a su color normal.

Pasaron a muchos y al parecer ningún estudiante había cometido falta alguna; pero cuando llegaron a Taylor su piel se tornó roja.

-¡Ajá! ¿Qué tenemos aquí? – Gritó la directora excitada – Ah... si es la pequeña, mugrienta y miserable Blackberry. Tú eres la pequeña que siempre está triste, aun así me pregunto qué habrás hecho. No importa, ya sabes cuál es el castigo.

Dos de los hombres que iban con la directora tomaron el rubio y largo cabello de Taylor por la fuerza; su piel, que había regresado a su tez caucásica original, de pronto parecía más blanca de lo normal, y de sus ojos verdes brotaba un mar de lágrimas. Estaba totalmente resignada.

-Para los que no saben – continuó la directora – los castigos aquí son impuestos por mí. Podría ser cualquiera, ninguno será suficiente para hacerlos cambiar, pero los disfruto. Bueno, Taylor, he notado que tienes un cuerpo muy lindo... me imagino que a los caballeros aquí presentes les encantaría verte desnuda.

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