Capítulo 10: La guerra más feroz ha comenzado.

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Thomas se levantó más temprano de lo usual; estaba seguro de que estaba demasiado nervioso, a diferencia de otros días, esta vez se encontraba tenso y para nada seguro. Probablemente luego de ver que tantas cosas pasaron mientras él estaba ausente, se sintió culpable. Pero eso en parte era lo bueno debido a que estaba buscando una batalla y la oportunidad había llegado.

Luego del despertar de Thomas Selena también se levantó, seguida de Zoe y Crystal, y en menos de unos 30 minutos todos los que estaban en la casa estaban parados en el vestíbulo con sus uniformes; la conmoción era obvia y lo único que podía hacer Thomas era darle ánimos a todos, pero nadie le daba ánimo a él.

-Me pregunto qué ocurrirá hoy. –le señaló Emma.

-No te preocupes, Onee-chan, estoy seguro de que no ocurrirá nada malo. –Thomas seguía nervioso.

-Oh, ¿estás seguro de eso, Tommy-chan? –Emma también se veía nerviosa.

-¡P-Por supuesto! –Thomas se agachó un poco y le dio un agradable beso a Emma en la mejilla – pase lo que pase, estoy contigo, Emma.

Emma se sonrojó un montón y miró al piso apenada.

Salieron en conjunto con muchos estudiantes, era obvio que hasta los de primer año deberían luchar. Era una batalla por todo lo que existía, incluida principalmente sus vidas.

La plaza central estaba tan llena como siempre, la diferencia era que ahora todos se dividían por equipos. Thomas vio a muchos chicos de primer, segundo, tercer y cuarto años en grupos y mirando con repudio a los otros estudiantes. Los de su año también estaban separados (obviamente), Denise y sus amigas por un lado junto a Luther, Eric y Edward; Las Chicas Intelectuales en la otra esquina; Robbie, Franklin, Chuck y Ronald con su apariencia de creerse más que los demás; por último estaban Eddie, Chad y Mike mirando a todos con cierto pánico y temor.

Absolutamente todos vieron con impresión cuando Thomas arribó a la plaza central acompañado de sus diez compañeros; debido a que él había sido el culpable de la guerra y el que estaba en el ojo de la tormenta, era natural que mucha gente lo admirara a la vez muchas personas también lo odiaran. A Thomas no le importaba nada de esto, el sólo quería liberar a los estudiantes... ese era su único propósito allí metido. Y lo iba a cumplir.

-¿Ese es Thomas Black? –le preguntó un chico de tercer año a su compañero.

-Sí... fue él quien entró en la ciudad prohibida.

-¡Wow! Debe ser todo un héroe. No sé por qué, pero confió en él.

-Yo también; apoyémoslo con todo.

Hubieron muchos gritos y también muchos abucheos; Thomas era el héroe de la profecía pero también una de las personas más odiadas (el más odiado diría) de toda la historia. Muchos ni siquiera estaban seguros de si él realmente haría algo grande, otros confiaban en que era la clave. Incluso la directora White hizo una mueca de desagrado cuando Thomas y sus amigos tomaron su lugar. Thomas la miró con seriedad.

-¡ESCÚCHENME TODOS, IMBÉCILES MOCOSOS! –Gritó la directora White-¡Ha llegado quien quería, así que hora de que hable!

La directora se veía insatisfecha y preparada para decir lo que probablemente sería el discurso más aterrador y decisivo de su vida. Se aclaró la garganta y tomó el micrófono y empezó a caminar de un lado a otro por la plataforma principal.

-Sí, es cierto; un cierto chico llamado Thomas Black rompió la ley más importante de St. Mark: se armó de valor y cruzó la línea para entrar en La Ciudad Prohibida. No sólo fue él, también le acompañaba la señorita Crystal Blue. Como rompió una regla tan importante y respetada, el castigo más severo que se me pudiera ocurrir debería recibirlo... pero no puedo castigarlo sin antes hacerlo pasar por el líquido de la verdad. Si lo hago de todas maneras no ocurrirá nada, porque ir a La Ciudad Prohibida no es ningún castigo. YO inventé esa regla.

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