Capítulo 13: Todo explotó.

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El lunes llegó mucho más rápido de lo que cualquiera de ellos se pudiera haber imaginado; pero era raro para todos, el lunes no era para reuniones, pero recordando el estado de anarquía en que se encontraba la secundaria y la lucha del domingo, cualquier cosa era completamente posible.

Thomas hizo todo el desayuno él solo; en sus ojos se podían notar las increíbles orejeras que acumuló durante horas. Estaba demasiado preocupado por todo lo que estaba ocurriendo, al parecer la primera batalla y todas sus secuelas lo habían dejado profundamente consternado. Cuando todos despertaron y fueron a la cocina, precisamente Ayase (que estaba encargada de hacer el desayuno), se encontraron con un Thomas pálido y cansado.

-¡Thomas! ¡¿Qué te ha ocurrido?! –Preguntó Selena muy preocupada.

-¡No es nada! Coman, coman. Ya debemos irnos de todas maneras. –Thomas no paraba de temblar.

Todos comieron con mucha rapidez y Thomas no tardo ni un minuto para terminar de arreglarse y salir junto a todos hacia la plaza principal. Muchos chicos estaban cerca de ellos, pero los catorce estaban muy unidos y no se separaban ni un segundo del centro.

Cuando llegaron a la plaza central vieron que estaba arreglada exactamente como cuando lo hicieron para la promulgación de la guerra. La directora pegó un brinco cuando vio a Thomas y tomó el micrófono de una vez. Ella no esperaba a nadie más que a él para comenzar sus discursos.

-¡Bien! Ya ha llegado quien quería. Debo darles el pésame a los pobres chicos que han perdido a sus amigos en la guerra de ayer. Oh, dios mío, fue terrible... bastante. Pero, ¿qué se le hace? La muerte es la muerte; es la cosa más simple del mundo.

La directora dejó su sarcasmo de lado para mostrar su verdadera y pútrida naturaleza.

-Bien, no estoy obligada para nada a hacer esto, pero algo me inquieta, así que lo haré. En primer año tenemos 32 estudiantes, de los cuales 15 han muerto, dejando sólo 17 estudiantes vivos. En segundo hay 28 estudiantes, 10 murieron, quedan 8. Los de tercer año son 30 y resulta que ellos han perdido a la mayor cantidad de compañeros, sólo quedan 9, queriendo decir que 21 han muerto. Los de cuarto son 29, murieron 12, quedan 17. Y para quinto año, el cual es el año que más odio, teníamos a 30 estudiantes y hemos perdido a 5, quedando en 25. Tienen suerte, esperaba que murieran muchos más; pero eso está por verse.

Thomas apretó sus puños y prefirió suspirar.

-Bueno, eso significa que teníamos 148 estudiantes, de los cuales murieron 63 chicos... así que hasta ahora quedamos únicamente 85 alumnos. Eso sí que es una gran lástima. ¿Por qué no todos se mueren y ya? Pero algunas cosas cambiarán. Oh, sí, yo los controlaba bajo reglas estúpidas y eso, pero vivir en anarquía es lo mejor que hay. Me pregunto qué harán ustedes ahora... jejeje, de seguro ya están sintiendo el pánico y el terror en silencio; así es, sufran, gusanos.

Hubo un silencio bastante incómodo; que solamente fue roto por el cantar de un canario al que la directora disparó.

-Ahora, les contaré todo lo que ha cambiado en cuanto a la guerra y lo que ocurrirá el próximo domingo. Primero que todo, la batalla comienza a las 5:00 AM, por lo que si se quedan dormidos y alguien les explota la guarida no se quejen. La segunda batalla terminará a las 9:45 PM, así que tendrán TODO el santo día para matarse como los animales que son. Lo del premio continúa así que no se preocupen, les recomiendo que mejor se preocupen por sus vidas; aunque me vale un comino si mueren o siguen viviendo.

La directora miró profundamente a Thomas; como era costumbre en ella a Thomas no le incomodó ni le molestó para nada. Su molestia era otra, y era mucho más importante que ver a la cara a Rusia White.

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