Capítulo 4

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-Nos volvemos a ver, mocoso- rió entre dientes de manera desafiante, haciendo que se irguiera para verlo a los ojos. –No creíste que podrías deshacerte tan fácil de mí, ¿o sí?- preguntó llevándose exageradamente una mano al pecho.

Seunghyun no contestó.

-Youngbae, por favor retírate y trae lo que te pedí- ordenó a su amigo antes de verlo cerrar la puerta a su espalda. –Esperaba despertar para tener esta conversación contigo, ven, toma asiento-. Le hizo una seña donde había tres sillones enfrentados entre sí, decorados con telas de colores y una gran pipa al medio.

Seunghyun se sentó en el más pequeño, mientras Jiyong se acomodó en que estaba frente a él y encendió el narguile. –Es de frutilla, disfrútalo- hizo un gesto con la mano a la manguera que estaba frente a él, agarrando otra para dar una gran pitada y dejar salir el humo del fondo de sus pulmones. El muchacho lo imitó, ahogándose y comenzó a toser. El mayor rompió en risas y le alcanzó un vaso de ron.

-No creo que-que esto me ayude mucho- repuso luego de oler el vaso y volver a carraspear.

-Te traería agua pero sinceramente me duele la cintura- dijo calmado. –Detrás de ti, en esa mesa hay un cuenco con agua, sírvete tranquilo.

El muchacho vaciló un momento pero se puso de pie y llenó una gran copa de agua para tomarla de manera desesperada, casi ahogándose con la misma. Una vez se calmó, volvió a ocupar su lugar en el sillón.

-¿Estás mejor?- quiso saber el capitán a lo que recibió un asentimiento con la cabeza. -Me alegro, ahora sí podremos hablar-. Dejó la manguera a un lado y se enderezó cruzando las piernas. -Dime Seunghyun, ¿has disfrutado de las comodidades de mi bello navío estos días?- lo observó arqueando una ceja, esperando ver alguna respuesta retadora en sus facciones.

El muchacho clavó sus ojos en los del mayor sin producir mueca alguna.

-Ya veo, eres un chico rudo- Jiyong dejó escapar una sonrisa amarga y se llevó la copa de ron a los labios antes de recostarse cuidadosamente en el sillón. –Es increíble cómo en solo tres días te has arruinado tanto- chasqueó la lengua. –Tengo la sensación de que si quisiera poseerte en este momento, tendría que tener cuidado de no romperte un hueso.

-Disculpe capitán por no estar en condiciones como para que me pueda violar ahora mismo- puso los ojos en blanco al mismo tiempo que se cruzaba de brazos.

G-Dragon frunció el ceño pero un brillo especial asomó por una de sus pupilas. –Tienes que saber que yo no violo a nadie, la gente muere porque la haga mía hasta el punto de quedar exhaustos y me pidan por favor que termine de una vez- se mordió el labio, orgulloso de sí mismo.

Seunghyun bufó. –Preferiría que me tiraran a los tiburones.

-Ten cuidado con lo que deseas- balbuceó el mayor amenazadoramente.

-Ya- se removió frustrado. -¿Me puedes decir qué hago aquí? Ya estoy cansado de que me traten bien para que luego me quieran matar, esto es todo una-

Un golpe en la puerta lo interrumpió.

El capitán sonrió y miró en dirección a la entrada. –Adelante- dijo apenas elevando el tono de voz.

El menor se giró en su asiento y vio ingresar a Youngbae cargando una gran fuente con un cerdo asado en ella, por detrás de él, otros seis hombres hacían su entrada, dando una leve reverencia al mayor y dejaban lo que cargaban entre las manos cuidadosamente acomodado sobre la mesa, para luego retirarse uno por uno, repitiendo el mismo gesto, pero sin mirar al capitán a los ojos.

De frente al mar ~ [Nyongtory]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora