Cap. 29

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Pov. Jimin

―¡Jin! -grité.

―¿Qué?

―¡Qué has hecho!

―No lo sé...ser guapo cada día ¿que pasa?

―¡No! ¡Esto! -mi cuarto estaba hecho un desastre.

―Ah, estaba buscando algo.

―¿Que cosa?

―Perdí mi anuario de primaria y mi mamá quiere mi foto de cuando tenía 7. Estaba buscando el tuyo.

―¿Y lo encontraste?

―Nop -seguía revisando su celular.

Me dirigí al baúl que estaba frente a mi cama y lo saqué.

―Toma. Gracias por el desorden.

Con cada página que veía empezaba una risotada más fuerte que la anterior.

―Recuerdo que antes estabas bien feo. No sé como pude ser tu amigo.

―Ya sí, deja de burlarte.

Jin metió el anuario en su mochila― mañana te lo llevo.

Al día siguiente vi que Emily estaba entrando a la escuela. El chofer de Jin se iba a estacionar, y cuando bajara del auto pensaba asustarla. Por la ventana del auto pude visualizar a Jungkook. Nos miramos y él me envió una sonrisa malvada. Fue corriendo hacia Emily. Mi instinto hizo que saltará del auto y fuera corriendo también. Ella estaba más lejos. Logré alcanzar a Jungkook y fuimos corriendo empujando a todo aquel que se cruzaba en nuestro camino.

― ¡Hola!

― ¡Hola!

Dijimos los dos al mismo tiempo.

-Oigan, era gracioso que hablen al mismo tiempo pero ya me está empezando a asustar -respondió ella.

Enrolle a Emily con mis brazos― bueno, tu lindo novio ya está aquí.― ella solo correspondió con un abrazo muy fuerte y rápido ya que estaban prohibidas las relaciones en el colegio.― Oye, lo traes puesto.

―Sí, me encanta -sonrió.

Ayer le había regalado un collar de corazón de oro con su nombre grabado en él.

―Esta no es su sección Señor Park, retírese -gritó una profesora.

―Disculpe, profesora -solo pude sonreír a Emily y comencé a caminar rumbo al otro lado en la sección de chicos.

Pov. Emily

Llegó el día de las olimpiadas en el colegio Saint Rose. A Peyton le había gustado ser por esta semana porrista. De hecho, no era mala. Incluso le ofrecieron unirse al equipo oficialmente. Y yo, tengo mucha salud.

―Ahí viene Harry, no seas grosera con él -me susurró al oído.

―Así que te veré en todos los partidos ―dijo él.

―Claro que sí ―respondió ella con una gran sonrisa.

―¿Que te pasó en la pierna?― pregunté porque estaba enyesada.

―Sí ¿que te paso? -Jin apareció de la nada.

―Sufrí un accidente en mi moto. No podré jugar ahora.

―Tsk, tarado― "susurró" muuy fuerte.

―Jungkook lo va a reemplazar ―mencionó Peyton y luego se dirigió a Harry― deberías incluirlo en el equipo oficial.

―Eso mismo estaba pensando.

―Al fin alguien está de acuerdo con lo que pienso ―Peyton dirigió su mirada a Jin.

―Oh, miren; la señorita que busca atención ―gritó él.

―Mejor iré a sentarme por ahí ―dijo Harry.

―Si, mejor ―gritó Jin.

El primer juego era fútbol. Estuve todo el partido haciendo ánimos a Jungkook prácticamente. Jimin no estaba, él estaba ensayando con los de la coreografía. Al final ganaron. Yo estaba cansada así que fui a sentarme, igual nadie notaba mi presencia. Todos estaban sorprendidos por el desenvolvimiento de Peyton.

―No sabía que era porrista ―dijo Jin quien estaba a mi lado.

―Bueno, no lo era. Pero se convertirá en una, lo que queda del año.

―Es buena -él no dejaba de mirarla.

―Creo que me iré para que puedas babear.

Él me dio un golpe suave― Yo soy mucho para ella.

―Pues la belleza puede desaparecer.

―Yo siempre fui hermoso.

―Eso no te lo creo ―reí.

Él empezó a rebuscar algo en su mochila y sacó un anuario del ahora inexistente colegio Belmont- mira, este soy yo -señaló al niño más lindo que alguna vez vi.

―Vaya, si era cierto. Y ahora sigues teniendo la piel de un bebé -empecé a mirarlo más de cerca.

―Si, este es Jimin -señaló al niño más pequeño de la foto.

―¿Él es Jimin? Era muy chiquito ―sonreí.

―Y feo, la pubertad le fue bien. Ahora es más alto que Suzy.

―Deja de burlarte ―lo empecé a golpear con su anuario.

―Hey, no es mío es de Jimin. Dáselo. Tengo que hacer algo luego, y como estoy vetado de todo no tengo nada que hacer aquí. No creo que lo vea.

―Está bien.

Después de todo un día lleno de deportes busqué a Jimin por todas partes y no estaba. Le pregunté a Ariana si lo había visto y me dijo que se había ido antes. Así que opté por irme a mi casa. En el camino Jungkook me detuvo.

―Te veías bien en tu uniforme de porrista.

―Deja de molestarme.

―Tranquila, no te haré nada -me tomó del brazo y me empezó a jalar.

―¿A donde me llevas?

―Ya verás.

Entramos a un restaurante chino. Fuimos a una mesa y empezó a ordenar comida.

―¿Es en serio? -mencioné.

―Te dije que te traería a comer chifa algún día ¿no? -mientras comíamos él hacía muchas bromas hasta que empezó a ponerse serio― Quiero decirte algo.

Mi piel se erizó como cuando Jimin se me declaró.

-Me gustas.

Yo escupí la bebida y empecé a toser. Él empezó a darme palmadas en la espalda.

―Que exagerada. Si ya lo sabías.

―¿Que? no es que... ay no sé. Jungkook, seré sincera. Espera ― agarré el servilletero de la mesa y tape su cara para poder hablar sin trabarme― Me gustabas y creo que aún siento algo por ti. Pero ahora yo tengo a Jimin. No quiero lastimarlo.

-Lo sé, fui un tonto por no decirte lo que sentía antes. Pero aún siento que no es tarde.

-No sé que decirte.

―Solo sigue permaneciendo a mi lado.

Al terminar el empezó a pagar por la comida― Espera, no quiero que pagues lo mío. Yo lo haré.

―Olvídalo. Yo lo haré -me detuvo.

―Pero...

―Shhh

Al salir paró un taxi.

―Entra.

―Yo creo que mejor me voy cami...

Antes de que pudiera terminar la oración yo ya estaba dentro del auto.

Al llegar a casa me recosté en mi cama.

-Que día.

Thinking Bout YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora