Epílogo

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"Es media noche y estás leyendo esto." Pensé.

- No puedo estar tranquilo. Me preocupa. No lo aguanto más. Tengo que ir para allá.

Jimin se levantó de su cama, así como estaba, en pijama; salió de su casa, se puso el casco de protección y en su motocicleta llego a la clínica donde se mamá daría a luz a su nuevo hermanito o hermanita.

- ¿Qué haces aquí? Te dije que esperaras y que iría por ti en la mañana.

- Papá, ya no soy un niño.

- Que hombre usa pijama de Bon Esponja.

- ¡Ya no me molestes!

Pov. Emily

- ¿Y? ¿Qué es? -pregunté.

- Es un niño.- decía Jimin desde el baño en el que se estaba cambiando La pijama vergonzosa con la que había venido a la clínica.- Listo.- salió.

Tomados de la mano caminamos por los pasillos.

-Mi abuela está cuidando a mi madre. Podemos ir a cualquier sitio. ¿Tienes hambre? Yo invito.- decía él.

- Quiero hacer algo. Algo, muy loco.

- ¿Cómo qué?

Con algo de arrepentimiento por lo que iba a hacer, me subí detrás de Jimin en su motocicleta. Antes de que arrancara lo agarré del cuello para estar más segura.

-¡Ah! ¡Me vas a ahorcar!- se quejó. -Tienes que abrazarme.

- Está bien, lo haré.- respondí algo incómoda.

Con lentitud bajé mis brazos hacia su abdomen duro. El aire hacia que mis cabellos flotaran. Se podía sentir la adrenalina en todo su esplendor. Y este solo era el primer paso para lo que estábamos a punto de hacer. Por la carretera, el sonido de la motocicleta avanzando se hacía más fuerte cada que aceleraba.

Llegamos a nuestro destino. Mi casa. Desde afuera, por la ventana, pude visualizar a mi madre sentada en el sofá mirando la televisión. Voltee mi mirada en dirección a Jimin y él estaba decidido a entrar.

Con mi mano temblorosa abrí la puerta de mi casa. Ambos entramos. Aclaré mi garganta para tener la atención de mi madre.

- Hola, mamá. Ya estoy en casa.- dije con algo de temor.

- Si. Ya lo noté.- nos miró fijamente.-¿Quién es él?

- Él...es mi compañero.

-¿Compañero?- interrumpió.

- Así es. Es...mi compañero de la escuela. Y me trajo a casa.

- Es un placer conocerla señora.- Jimin estrechó su mano muy educado. Mi madre lo aceptó.

- ¿Y por qué es un placer?- continuó mi madre.

- Es que...estoy enamorado de su hija, señora.

Mi madre estaba perpleja. En mi mente estaba pensando sobre algún posible terremoto o que se abra la tierra y me trague.

- Bien. Supongo, que debo dejarlos solos. Siéntete como en tu casa. Hay helado de fresa en el refrigerador.- sonrió.

Jimin y yo nos miramos desconcertados mientras mi madre se retiraba y se iba por las escaleras.

- Espera ¿qué?- pensé en voz alta.

- Bien, no explotó.- susurró Jimin mientras se recostaba en el sofá sonrientemente.

No pude evitar el comportamiento extraño de mi madre, así que decidí seguirla.

- ¿Mamá? ¿Qué fue eso?

- ¿Que fue que?

- Te acabo de presentar a mi novio.

- Error. Él se presentó solo.

- Pero no pasó nada. La vida humana aún sigue, pensé que explotarías y desatarías la tercera guerra mundial.

- ¡Ah!- suspiró- ya sé que me veo como la madre mala de la historia, pero no soy tan mala. Yo entiendo que ya estás grande y tienes sentimientos y atracciones. Yo también fui joven. Además, me has demostrado ser muy responsable todo este tiempo.

- Pensé que no querías que saliera con nadie.

- Bueno, con los otros no. Este si se ve simpático.

-¡Mamá! ¡Tú lo dijiste!

- Solo no hagas cosas indebidas.

Bajé a revisar en que andaba Jimin. Me recosté junto a él y lo miré fijamente. Estaba comiendo helado de fresa. Antes de que se llevara una cucharada a su boca lo detuve.

-¿Que sucede?- preguntó.

- No explotó. Creo que le agradas.

- Los adultos me aman.-presumió.

- Es que...pasé los últimos 5 años ignorando a todos los chicos de la escuela creyendo que mi mamá los asesinaría.

- Bueno, ya está ¿no? Te sientes mejor.

- Pensé que te tiraría por un barranco.

- No se ve mala.

- ¿En serio? No la has visto temprano en la mañana.

- Se ve agradable.

- Bien. Tal vez deberías salir con ella.

- Bueno. Ya tenemos su aprobación. ¿Vamos?

- Vamos.

Andar en motocicleta abrazando a Jimin era lo que cualquier chica podría soñar. Pensando en él. Teniéndolo cerca. Los recuerdos de este último par de años está en mi memoria. No hay manera de las olvide. Él hace que pierda la respiración. No quiero a nadie más. Estoy pensando en él.

Thinking Bout YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora