Cap. 55

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Pov. Emily

Ha pasado dos días desde que Jimin me envió una foto. ¡Solo una foto! Ni siquiera un mensaje. Solo una imagen. Ni una llamada. Nada. Estoy muy preocupada. Desde hace días me decía que su madre estaba mal. Ojalá no sea algo malo. No quiero Jimin esté triste.

- Espera, ¿solo eso? Y si no te llegan sus mensajes porque tu internet esta lento.- hablaba Peyton. En su habitación estábamos las dos con Jin. Estas últimas semanas hemos ido a todos lados juntos. Jin y yo nos hemos hecho más cercanos. Ser amiga de Jin sin duda es otra cosa. Nunca había tenido un amigo así. A cada lugar que vamos siempre se le quedan mirando las otras chicas.

- Claro, ¿desde hace dos días?- respondía Jin irónicamente.- A mí tampoco me ha dicho nada.

-Tengo el presentimiento de que algo malo ha sucedido.

- ¿Por qué a mí no me manda nada?- comentaba dulcemente Peyton.

- ¡Concéntrate! Si a Emily no le ha dicho nada y a mi menos, entonces algo en realidad está mal.- decía Jin.

Ya era febrero y no sabía nada de Jimin. Ni siquiera Jin sabía algo. Al principio pensé que me engañaba, pero en realidad no sabía nada.

- No sé qué hacer. No tengo a nadie.- se quejaba Jin mientras estaba recostado en una silla tomando el sol en la playa.

- ¿Tienes sed? ¿Tiene hambre? Puedo traer cualquier cosa.- le decía Taehyung.

- No hermano. Mi vida no tiene sentido.

Yo estaba a su lado en la misma situación.

- ¡Ay vamos! ¡Ya levántense!- estaba Peyton en frente de nosotros.- Es verano, tenemos al océano frente a nosotros y ¿ustedes quieren estar ahí quejándose?

- Si.-dijimos Jin y yo al unísono.

- Es que no entiendes. Imagínate que yo o Jin no estemos. ¿Qué harías?- trataba de explicarle.

- Ya sé que lo extrañan. Pero aquí estamos nosotros y no nos gusta verlos así.- Peyton dirigió su mirada hacia Taehyung quién estaba distraído con un gran coco en las manos sacudiéndolo y tratando de escuchar lo que había adentro.- ¡Concéntrate!- le dio un golpe leve.

- ¿Eh? Si, eso- respondió él.

No tenía otra opción estaba resignada a que volviera. Ya no estaba triste. Ahora estaba furiosa. ¿Cómo pudo abandonarme así de la nada? Si estaba aburrido de mí, lo hubiera entendido si me lo dijera. ¿Y si planeaba quedarse allá?

El verano aún estaba en Gatewood. La playa seguía estando concurrida. Después de asistir a mis clases de inglés, que volví a retomar, decidí ir al escondite secreto que Jimin me había enseñado el año anterior. Al principio tenía miedo de estar sola, sin embargo, con los días ese miedo se iba. Más que un lugar solitario y desolado, ahora lo veía como un lugar tranquilo y relajado.

Tranquilo y relajado. Yoongi se había ido. Tal vez lo vea de nuevo algún día. Me dejo su guitarra. Dijo que tenía más en su otra casa. El dinero que gané cuidando a los Johnson decidí guardarlo para cuando sea necesario.

Con los compañeros de la escuela ya no hablaba. Cada uno empezaba su camino.

Taehyung decidió estudiar veterinaria. Le gustan mucho los animales, y él quería hacer algo más por ellos.

Jin y Peyton estaban enamorados. No lo demostraban tanto ante los demás, pero por lo que me contaba Peyton, Jin era más cariñoso cuando no había alguien cerca. Jin se puso más serio con respecto a su futuro. Él era de esos chicos que cualquier cosa que hiciera, lo hacía bien. Así que se adentró al mundo de los negocios. Algún día será el "Gerente General más hermoso que alguna compañía podrá tener".

Jungkook.

Cómo explicarlo...

- Tienes que ser fuerte amigo.- decía Jungkook a un Taehyung triste por su amigo quién se iba al extranjero.

- Han sido tantos años llenos de webeo intenso.- trataba de controlar las lágrimas.

-¡Vamos! ¡Sé un hombre!- lo golpeaba.

Jungkook se iba. Y esta vez no regresaría.

- China. No. Emily. Te extrañaré.- dirigió su mirada Jungkook hacia mi.

- Ya no me importa que me llames así. - respondí.

- Debiste permitirme decirlo cuando pudiste.

Lo abracé muy fuerte. Mi vida era tranquila hasta que llegó él. Y ahora que se iba, tal vez mi vida vuelva a ser aburrida.

- Te voy a extrañar mucho. Y si Jimin te lastima, volveré. Y lo golpearé.-sonreí.

Los recuerdos de aquella despedida hacían que mi corazón se estremeciera. Trataba de asimilar el hecho de que las personas, por las que en algún momento sentí algo, se iban. Tengo mala suerte.

- ¡Ni si quiera debería estar aquí, sola en esta playa!- pensé en voz alta.

-¿Sola?

Una voz masculina se escuchaba a lo lejos.

-¿Quién está ahí?- pregunté algo asustada.

- ¡No deberías estar aquí!- respondió con un tono de voz diferente.

- ¡Quién es! ¡Será mejor que salga ahora!

No respondía.

Me levanté lentamente, y empecé a guardar mis libros, mi cámara, mi celular y mi billetera, que estaban regados sobre la arena, en mi mochila. Ya de pie, empecé a caminar lentamente. Sin embargo, algo me detuvo.

- ¿Me extrañaste?

Jimin estaba ahí. Con unos shorts negros, un polo holgado y unas sandalias. Lo que pude notar es que se le veía bien el cabello negro, y además, se había hecho un tatuaje en el brazo, no era tan grande.

- ¡Y que esperas! ¿Que vaya corriendo a abrazarte?- grité ya que estábamos aún distanciados. Él empezó a acercarse con su semblante serio.- ¡No te acerques!- me ignoró por completo ya que continuó caminando hacia mi, mis lágrimas empezaban a caer,- ¡Te dije que no te acerques!

Sus labios tocaron los míos. Me tomó por la cintura y sus besos se tornaban cada vez más bruscos. Como si estuviera sediento. No pude controlarme y correspondí a su agarre. Me aferré más a él. Nuestros labios se tocaban una y otra vez. Nos separamos debido a la falta de aire. Tomó mi rostro y trató de limpiar mis lágrimas. En tan solo unos instantes, nuestros labios se volvieron a unir. Está vez era un beso lento y suave. No pude evitar rodear su cuello con mis brazos. Estaba tan molesta conmigo. Empecé a tomar conciencia de lo que estaba haciendo. Lo empujé bruscamente.

-Estás molesta.

-¿Se nota?

- No cuando correspondiste a mi besos.

- Debería aplicar mi clases de muay thai contigo ahora mismo.

- Lo siento. No te dije nada. Porque no sabía cuando iba a regresar. Si te decía te haría ilusiones falsas. Y seguro te hartarías de mi.

Di un fuerte suspiro- Hemos pasado por tanto en un año y ahora ¿dices que pensaste que no te esperaría?

- Solo lo pensé.

- Jamás lo haría. Te amo.

- ¿De verdad?

- Pues, ahora ya no lo sé.

- Sabe que, no me importa. Hice que te enamoraras de mí dos veces. ¿Que te hace pensar de que no podré hacerlo una tercera vez?

- Ahora si te costará trabajo.

El sonido de las fuertes olas nos acompañaban durante el atardecer. No nos habíamos visto en un mes y estábamos recuperando el tiempo perdido. Me contó todo su viaje y las cosas que había hecho como ese tatuaje. Recostados en la arena, con mi mano sobre su musculoso pecho, mirándonos fijamente; Jimin y yo sabíamos que debíamos disfrutar ese momento como si fuera el último.

Thinking Bout YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora