Cap. 26

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―Toma esto ―mencionó Jungkook, mientras me lanzaba su casaca―. Hace frío, úsala.

―¿Qué haces? -me molesté por la forma en como apareció.

―Aún sigues siendo la misma niña tonta de siempre ―me miró Jungkook. Estaba muy cerca de mi. Demasiado.

―Vaya, nunca me había dado cuenta de cuán brillantes son tus ojos― sonreí. Me empecé a acercar hacia él-. ¡Ay no, que estoy haciendo!― reaccioné.

―Es que soy guapo, y sigues enamorada de mi.

Agudicé la voz -¿Qué? Yo nunca estuve enamorada de ti.

―Sé cuando mientes.

―Pues no me gustas y ya estoy con alguien -creo que no debí decir eso último, sonó algo cruel.

―No sé como se conocieron, pero haré que te enamores de mí otra vez.

―¿Sabes qué? ¡Vete! Llegaste muy tarde.

―Nunca es tarde. Un día de estos iremos a un chifa a comer como antes.

―Já sigue soñando.

El día acabo y yo solo quería comer. Fui por algo en la nevera y esta estaba vacía. Así que fui a comprar en la tienda de la esquina. Quedé muy sorprendida al ver a la persona que menos me imaginaría ahí.

―¿Jin? -volteó y sonrió―. ¿Qué haces aquí?

―Estoy en la casa de Tae jugando- respondió él. Llevaba consigo un montón de bolsas de frituras que estaba apunto de pagarlas.

―¿Tú?

-¿Por qué te sorprendes? -me miró extraño.

―No lo sé, solo que jamás pensé encontrarte aquí por este vecindario. Por cierto, gracias por lo de la otra vez. Sin ti, Peyton y yo estaríamos aún en la cocina de la escuela.

―No hay de que. Eres la novia de mi amigo. Además, no sé porque lo hice. Yo ya estaba molesto con ustedes.

-¿Molesto? ¿Por qué? -sacó de su bolsillo una bolsa de toallas desmaquillantes con su cara en el, uno de los productos que vendíamos en intenet para mi trabajo de la escuela― Ah, eso. Peyton no tiene nada que ver. Bueno, fue su idea. Pero...ay no sé que decir lo siento― me ruboricé.

―Tranquila, supongo que fue por una buena causa. ¿Quieres ir con nosotros?- preguntó.

― ¿Yo? No sé- decía mientras llevaba mi mano a mi cuello.

―Vamos -me arrastró hasta la casa de Taehyung.

Cuando llegamos a la puerta, Jungkook y Jimin salieron.

-Nos vamos -dijo Jungkook.

― ¿Por qué? -preguntó Jin.

―El niño se quedó sin luz -respondió Jimin, quien al verme me abrazó. Jungkook solo optó ver de lejos.

―Ahora sí, vayámonos -salió Taehyung colocándose su campera. Al parecer se dirigían a casa de Jimin.

―Esperen -reaccioné―. Yo no creo que pueda acompañarlos.

Jungkook y Jimin estaban a punto de decir algo cuando Jin actuó rápido.

-Vamos, tranquila ―rodeó su brazo entre mis hombros y fuimos caminando hasta la casa de Jimin así.

Jimin y Jungkook nos miraban desde atrás con una mirada fulminante.

Cuando estábamos a punto de entrar a la casa de Jimin, vimos que un perro venía corriendo y se lanzó sobre Jin.

―¡Quítenlo! -le estaba lamiendo el rostro. Yo lo reconocí.

―¡Chester! -dejó a Jin a un lado y vino a abrazarme. A lo lejos Peyton venía corriendo.

―Ah, gracias por atraparlo. Se soltó de su correa, corrí casi 6 cuadras y...¿Emily? ¿Qué haces aquí? Tan tarde - me observó algo preocupada, pues sabía que yo no salía de mi casa después de las 5 de la tarde. Y ya eran casi las 8 de la noche.

―Preparándome para mi muerte cuando mi mamá se entere que no estoy en casa y me asesine -respondí asustada.

―No se enterará -dijo muy tranquilo Jin-. Estás conmigo ―puso su hombro encima mío y se dirigió a Peyton ―¿Ves? está conmigo. Ahora adiós.

―Como si me importara tu presencia ―respondió ella-. Que bueno que te encuentro Jungkook.

―¿Por qué? -preguntó él.

―Nos falta un integrante para jugar fútbol, por favor inscríbete -se dirigió Peyton hasta él tomándolo de la mano para suplicar.

―Pero, creí que el equipo ya estaba.

―Harry se lastimó la pierna y no va a poder participar en el primer partido.

―Tarado~ ―cantó Jin.

―Tuve que cuidarlo toda la tarde en mi casa.

―¡Qué! ¡Por qué! ¡Él no es nada tuyo! ¡Por qué deberías estar cuidándolo!- gritó Jin. Todos lo miramos raro-. Bueno, no lo es.

―Solo inscríbete ¿si? Te ayudé una vez, aún me lo debes. Además el entrenador no tiene ningún problema con tenerte en el equipo oficial.

―No te preocupes, lo haré -aceptó Jungkook.

―Oye, por si no sabías, yo también soy bueno en los deportes -insistió Jin.

―Bueno, me voy. Adiós -ignoró a Jin y empezó a irse.

―No creen que le puede pasar algo si se va sola -dijo Taehyung queriendo molestar a Jin.

―Pues si, está muy oscuro -mencionó Jungkook, quién sí se notaba preocupado.

―Tal vez deba acompañarla ―continuó Jimin. Hasta que Jin lo detuvo.

―No yo iré, tú cuida a tu novia -Jin se fue.

Cuando entramos quedé pasmada. Era muy hermosa y muy bien arreglada. Esta era la primera vez que entraba a casa de Jimin. Pero lo que más me llamó la atención fue la pintura colgada en la sala. Una pintura que la había visto antes en el museo de la ciudad.

―Bien, yo instalaré el juego, quién va a comenzar ―dijo Taehyung.

―Yo

―Yo

Mencionaron Jungkook y Jimin que estaban sentados a mi lado izquierdo y derecho. El primer partido lo ganó Jungkook. Al segundo partido, Jimin pedía revancha. Estuvieron tres horas jugando lo mismo. Yo me desmayaba del sueño y Taehyung ya estaba en media noche recostado en el sillón grande. Mis ojos se cerraron. Felizmente aún no recibía llamadas de mi mamá preguntando sobre mi paradero.

Pov. Jimin

-Creo que debemos terminar de jugar ya ―mencioné bostezando.

-Sí, creo que ya no puedo más ―soltamos el mando al mismo tiempo. Cuando nos fijamos ya era la una de la mañana. Vimos que Emily y Taehyung estaban dormidos.

Jungkook se levantó y tomó a Emily en sus brazos.

-Espera, ¿que haces? -dije entre susurros algo asombrado por lo que Jungkook hacía.

-Me la llevo a su casa -susurró.

Se la quité de sus brazos ―ella es mí novia, yo debo llevarla -susurré.

Me la volvió a quitar ―Yo sé donde vive.

-Ah. Basta, yo lo haré -despertó Taehyung y la pusimos en su espalda.

Taehyung y Jungkook se la llevaron a casa. Curiosamente, no tenía idea de cómo la meterían sin que se entere su terrorífica madre.

Thinking Bout YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora