- ¡Seguidme!
- Rebecca ¿Estás segura de que no nos van a pillar?
- Creo que tu hermano está asustado
- ¿Yo, asustado? Que va...
- Lucas admítelo
- Solo un poco...
Mike empieza a reírse y Lucas lo mira con enfado
- Está bien, me callo
- Mejor
Rebecca se sienta en un banco al lado de la puerta mientras Lucas y Mike esperan tras un arbusto. Al poco rato sale un médico y Rebecca imita que está llorando.
- ¿Qué haces aquí? – Pregunta el medico confuso
Rebecca levanta la mirada con los ojos llorosos y la voz medio cogida
- Es que estaba dando una vuelta por el hospital, salí un segundo y se me cerró la puerta. Y ahora no puedo abrirla.
- No, te preocupes yo te abro. Pero no vuelvas a venir por aquí anda...
- No, no se preocupe
Rebecca entra y al cabo de un tiempo entra el doctor. Rebecca se esconde tras una puerta. Pasa por delante suya y cuando se ha asegurado de que ya no la puede ver, sale de su escondite y abre la puerta
- Ya esta
- Eres buena, casi me creo que te habías quedado fuera.
- ¿De verdad estabas llorando?
- ¿Qué dices, como iba yo a ponerme a llorar? Anda entrar antes de que cambie de opinión y os deje fuera.
Ambos entran y a partir de ahí siguen a Mike que va directo a una habitación completamente desordenada.
- Aquí no entra nadie, podemos buscar tranquilos- Explica Mike
- ¿Y qué es lo que estamos buscando? – pregunta Lucas
- Cualquier cosa en la que este escrito nuestro apellido o ¨Smith¨
- ¿Smith?
- Es el nombre del doctor que trató a Nai.
Estuvieron más de una hora buscando entre esa masa de papeles cuando Lucas anunció el descubrimiento
- ¡Lo tengo!
- ¡Aleluya! Pensé que ya no lo encontrábamos
- ¿Qué tienes?
- Son los análisis de Nai
- ¿Supuestamente no habían llegado?
- Pues por lo visto si
- Bueno vámonos antes de que nos pillen
Los tres salen de la habitación y se escucha una voz al final del pasillo.
- Eh vosotros. No deberíais estar ahí.
- ¡Corred!
Salen corriendo. Lucas en cabeza cogiendo a Rebecca de la mano y Mike el último
- Suéltame la mano, puedo correr sola.
Lucas le suelta el brazo e instintivamente acelera el paso. Rebecca intenta alcanzarle, pero se tropieza. Mike la ayuda a levantarse, pero en el acto le coge el guardia que les perseguía.
- ¡Corre Rebecca!
- Pero
- ¡CORRE!
Rebecca duda, pero sale corriendo intentando, nuevamente, alcanzar a su hermano mayor. Salen por la puerta por la que habían entrado.
- Y decías que no necesitabas que te cogiera de la mano...
- Si bueno... Es que aceleraste el paso
- Ya ya...
- ¡Lucas, céntrate! Mike todavía está dentro le ha pillado el guardia
- ¿Qué?
- Sí, me tropecé y al ayudarme le alcanzo
- No no no. Esto pinta mal, muy mal.
- ¿Qué hacemos?
···
Mientras Mike forcejea con el guardia intentando liberarse...
- ¡Suélteme!
- ¡Cállate! Esto te pasa por hacer tonterías con tus amigos.
Al guardia le cuesta mucho mantener a Mike sin que se le escape. Cuando llegan a un pasillo un poco más transitado Mike divisa a su padre a lo lejos.
- Oiga señor si me deja explicarme
- Explicar el que ¿cómo estabais robando documentos?
- No señor, mi padre trabaja aquí. Solo estábamos dando una vuelta.
- ¿Y entonces por qué corríais listillo?
- Reacción humana
- Eso díselo al juez
- Le estoy hablando en serio... Mire ¿Ve al hombre rubio de ahí?
- ¿El doctor Langdom?
- Si, ese es mi padre ¡Papa! Grita Mike a todo pulmón.
El padre de Mike al verlo desde lejos se escusa ante sus pacientes y se acerca a donde está su hijo.
- Buenos días agente
- Buenos días doctor, este joven afirma ser su hijo.
- Efectivamente, todo está controlado, puede soltarlo.
El guardia suelta a Mike, se disculpa ante el doctor y vuelve a su puesto. El padre de Mike hace el amago de regañar a su hijo, pero este, tras darle las gracias sale corriendo.
···
Mike entra en el coche en el que se encuentran Rebecca y Lucas
- Ya estoy chicos, arrancar
Rebecca se enfada y empieza a golpear a Mike
- ¿Dónde estabas? No tienes derecho a asustarme de esa manera, estaba muy preocupada, el guardia te había cogido y...
- ¿Tan preocupada estabas? – La interrumpe Lucas
- ¿Yo? No...
Mike esboza una sonrisa burlona y de satisfacción.
- ¿Bueno vamos ya o no?
- Sí, claro
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Solo necesito una verdad
Teen FictionÉramos una familia unida y feliz hasta aquel día, eso fue nuestra sentencia. Todo cambió, nadie volvió a ser como era antes. Dejé de ir al colegio y de quedar con amigas, no quería hacer nada. Las discusiones con mis padres eran frecuentes. Si no h...