Capítulo 3: Sorpresas, Parte 2.

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Se encontraba comiendo, si es que se le podía decir así, las delicias preparadas por el Dios de la cómoda hecho hombre, mejor conocido como KyungSoo, el novio de su hermano mayor JongIn.

La historia de como se conocieron era bastante graciosa, claro, un chico bajito de piel extremadamente pálida persiguiendo a otro de estatura envidiable con piel color canela y una mancha de chocolate en la boca, con una cuchara de madera en la mano mientras le gritaba maldiciones por haber comido su paste en medio de la universidad no se veía todo los días.

Su hyung aun le daba un golpe cada vez que recordaba que por su culpa casi había reprobado su examen final, de no ser porque tenía un pastel de repuesto, el precavido vale por dos, no habría podido graduarse.

El no podía avergonzarse de su forma de comer ya que su hermano no estaba mejor que el en este caso y al hermano de este le encantaba su forma de demostrar que su comida era deliciosa, más aún sus galletas.

—Baekkie, cariño, mas despacio no quiero que te ahogues—hablo con ese aire maternal que desprendía a su alrededor mientras le limpiaba con un pañuelo el bigote que le había dejado la leche chocolatada.

—¡Oye!, deberías cuidar de mí, yo soy tu novio, no él.—Alegó en un puchero al mayor de los tres, si, KyungSoo era mayor que su hermano, por un año y dos días exactamente.

El chico de labios acorazonados blanqueó su ojo al oír el reclamo de su pareja, sin importar que edad tuviera JongIn siempre se comportaría como un niño.

—Pero BaekHyun es mi bebé— dejó un beso sobre la frente del mencionado. JongIn abrió la boca indignado se levantó dejando de lado las galletas levantándose rápidamente para salir del lugar escaleras arriba, no sin antes decir un:

— Me siento engañado.

BaekHyun y KyungSoo quedaron en silencio viéndose entre sí y luego en la dirección en que se fue JongIn, segundos después estallaron en carcajadas mientras se retorcían en sus lugares. Después de varias lágrimas se detuvieron, Baek llevó los platos sucios a la cocina y se disponía a lavar estos hasta que una mano lo detuvo.

— Déjalo, lo haré luego. Por supuesto que primero tengo que hacer que deje de estar "indignado" —haciendo comillas con sus dedos en la última palabra — ¿cómo vas con lo del recital de invierno?, ¿sabes ya que canción cantarás?

—No, aún no. No puedo encontrar la indicada, no lo sé. —Cada final de curso, su instituto daba un recital en el que participaban los estudiantes de la clase de música y también la de danza, aunque cualquiera que quisiera participar podía hacerlo, incluso cada año se presentaban personajes reconocidos.

 Este año el profesor de música lo había escogido para que hiciera el acto de abertura, su voz era como el cantar de los ángeles según él, buscó por horas la canción, pero no encontró ninguna que quisiera interpretar. No quería solo cantar una canción que le pareciera bonita, no, quería una que tuviera sentimiento y que pudiera transmitirlos hasta hacerlos llegar a cada fibra de las personas, para él eso era la música, poder transmitir emociones en cada melodía, acorde o nota.

—Toma— KyungSoo le tendió una bolsa de regalo con una sonrisa acorazonada dibujada en sus labios. La tomó viendo instintivamente el interior de ella, después de comprobar su interior se lanzó rápidamente a los brazos de su hyung repitiendo muchas veces «gracias».

—Le encantarán, muchas gracias.

— Después tienes que contarme absolutamente todo, con puntos y señales ¿entiendes?— Asintió.

— Hyung, ya es un poco tarde y creo que es hora de irme, además creo que alguien está esperando una reconciliación— movió las cejas graciosamente de arriba a abaja, el mayor guiñó un ojo siguiéndole el juego, aunque ambos sabían que no era mentira.

Flashlight | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora