Wolf Knight [Ji Chang Wook]

q u i n c e

No se sorprendió al recibir un mensaje de su padre al día siguiente de haber sido llevada a la estación de policías para el interrogatorio. Al parecer, Dong Hyun la había dejado tomar un descanso el mismo día en que sucedió ya que no mandó a buscarla ni hizo ningún comentario acerca de lo ocurrido, tal vez porque sabía que ella no estaba de humor para recibir reprimendas. Sin embargo, sin falta en la mañana siguiente, Ji Nah despertó con el sonido de su teléfono repiquetear en su mesa de luz. En el texto, su padre le pedía que se acercase a la oficina apenas llegase a la empresa en unas horas para poder tener una conversación sobre los eventos recientes. Pero se sorprendió al leer que Gyong Si estaría allí con ellos. ¿Intentaría usar la influencia de una persona que apreciaba para hacerla retroceder en sus planes? Estaba segura de que Gyong Si estaría al tanto de lo ocurrido por parte de Byeoung Keun, y también podía jurar que él no le contaría a su padre acerca de la caja con las investigaciones de Ok Rim. Entonces, ¿por qué hacer que el director de operaciones estuviese en su reunión? ¿Jugaría con su mente? ¿Con sus sentimientos? En verdad no estaba de humor para soportar regaños, en especial de ese hombre.

Desde su conversación con Young Jae, no tenía la fuerza física ni mental para soportar más decepciones. Su guardaespaldas, el que casi había considerado su amigo, la había abandonado a merced de la policía, a pesar de saber que podría deshacerse de ellos sin el menor esfuerzo. ¿Cómo darle una oportunidad? Puede que la hubiera salvado en varias ocasiones, como el día en que se conocieron en el estacionamiento, o en el baño del hospital, o de Kang Sung Min, incluso en su almuerzo con Chey Ho Jun. También la ayudaba cuando tenía una recaída o sufría algún síntoma del Huntington. Pero no se sentía capaz de perdonarlo. Puede que se tratase de una actitud infantil, quizás estaba teniendo una rabieta, quizás era egoísta; no obstante, su historia le habían enseñado a jamás pasar por alto una traición porque no existía sociedad en la que no se volviese continua. ¿Quien le aseguraría que no volvería a clavarle un puñal en ma espalda? No interesaba todo el bien que hubiese hecho, su confianza estaba rota, sin importar las razones o excusas que pudiese darle. Ya nada podría ser igual, se lamentó en su mente mientras se sentaba en la cama.

Se dio una ducha rápida una vez terminó de rezar al altar de su madre, se tomó su tiempo bajo la cascada de agua cálida y, al salir, se envolvió el cuerpo con una toalla al mismo tiempo que secaba su largo cabello. Quedó frente al espejo de su enorme cuarto de baño sin dejar de mover la toalla sobre su cabeza y miró fijo a su reflejo, demasiado perdida en sus pensamientos. Recapacitó acerca de su decisión, tratando de encontrar la mínima excusa para poder perdonar a Young Jae, pero su mente no se lo permitía. Sin parar, su subconsciente le repetía las palabras "No confíes en nadie." No confíes en nadie, no confíes en nadie, no confíes en nadie. ¿Por qué debía ser así? Cínica, fría, hiriente. En su mundo, no existían las relaciones más allá de profesionales. Con las únicas personas que podía sentirse cómoda eran Seo Woo, Hye Jung, Byeoung Keun y Gyong Si. Ni siquiera su familia entraba en ese círculo. ¿Qué pensaría su madre si conociese esa parte de ella? ¿Estaría decepcionada? La mujer que cultivaba amistades por todo el mundo y era amable y considerada, no existían excepciones. ¿Por qué debían ser tan diferentes? Nunca podré ser como tú, eomma, pensó para sus adentros. Moriría siendo el mismo ser humano cruel, dañino y deteriorado en el que se convirtió hace veintidós años.

De repente, sintió sus ojos humedecerse. ¿Por qué se ponía triste al pensar en la muerte? Llevaba doce años sabiendo que ocurriría tarde o temprano. Desde su última visita al doctor, vivía cada día pensando que ese podría ser el último. Por esa razón se esforzaba al máximo cuando leía las investigaciones de su madre o trataba de ayudar a personas que sufrían por culpa de su familia. Eul había sido una de ellas. Quizás ni siquiera la había ayudado por amabilidad, quizás sólo se había tratado de una manera de remediar sus años fingiendo ignorancia y permitiendo que su padre y la empresa se moviesen a su antojo sobre los demás. ¿Era una buena persona?