d i e c i n u e v e

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Tomándose su tiempo en los baños de un estacionamiento cerca del hotel en donde se llevaría a cabo la fiesta del accionista Choi Seung Ho, Ji Nah terminó de acomodar su cabello a ambos costados de su rostro, alisado desde esa mañana, dio un último retoque a sus labios con la pintura roja oscura y observó su reflejo, orgullosa del resultado. Con los ojos rodeados de un brillo suave, su piel maquillada con un tono natural y sus pestañas curvadas hacia arriba, su rostro podría pasar fácilmente como el de una persona sana y normal. ¿Cómo podía una persona como ella estar enferma? Miró al resto de su cuerpo y admiró el vestido largo blanco sin mangas ni cuello, ajustado del busto a las rodillas y luego abierto, en un estilo sirena. Llevaba una gargantilla de encaje del mismo color ajustado al cuello y unos aros que Byeoung Keun le había obsequiado años atrás en un cumpleaños. Los dejaré a todos boquiabiertos, se dijo a sí misma. Nadie creerá lo que este rostro hizo en televisión en vivo esa tarde. Se colocó sus zapatos de tacón alto, los cuales se ocultaban bajo el vestido, colgó su bolso al hombro y salió para encontrarse con Young Jae apoyado de espaldas contra el coche, vestido con su traje negro de trabajo. Ambos se quedaron estáticos al verse, él probablemente por su atuendo y ella porque todavía le era extraña esa sensación de calma que sentía cuando estaban juntos.

- ¿Qué te parece? – le preguntó ella, fingiendo una pose de modelo con una mano en el cabello y otra en la cadera, y giró - ¿Luzco como una persona que jamás haría un escándalo en televisión?

- Luces - susurró el muchacho – como un ángel.

Ji Nah se asombró por la seriedad de sus palabras y se volteó a verlo.

- Wa... - Sonrió mientras caminaba hacia el coche. - Si eres tan amable, me asustarás.

- Sólo trato de agradarte para que me dejes hacer mejor mi trabajo – se limitó en contestar, encogiéndose de hombros y regresando a su actitud fría -. Entra, o llegaremos tarde.

- Ne.

Habiéndose despedido de Byeoung Keun para que ambos pudiesen prepararse para la fiesta, Ji Nah se quedó de pie en frente de las enormes puertas del salón, insegura de si debía entrar por su cuenta o esperar hasta que su amigo llegase. Si hacía lo primero, entonces probablemente sería rodeada por la mayoría de los invitados y le preguntarían acerca de lo que había sucedido en la conferencia de prensa. Como era usual, las noticias se esparcían peligrosamente rápido en el ambiente del que estaban rodeados. Ningún secreto se guardaba fácilmente en el mundo de los ricos y poderosos. ¿Sería seguro que se adentrase a la boca del lobo sola? Con Byeoung Keun a su lado, él lograría salvarla de situaciones incómodas. ¿Sería Young Jae capaz de hacer lo mismo? ¿O se dirigiría a la sombra de su padre en cuanto entrasen? A pesar de toda la ayuda que le había dado en esas últimas semanas, ¿era correcto que confiase en lo que le decía? ¿La cuidaría?

- ¿Qué estás esperando?

Ella se cruzó de brazos y apoyó su peso en una pierna, tamborileando los dedos contra su piel.

- ¿Huiría conmigo, Lee Young Jae-ssi? – inquirió en un tono formal fingido.

- Ne.

La rapidez de su respuesta la tomó por sorpresa, pero no lo demostró. Sólo se limitó a sonreír.

- ¿No lo dudaría? ¿Aceptaría sin más, sin poner restricciones?

- Ne.

- ¿Waeyo?

- Porque es mi trabajo.

- Ah... no es la respuesta que quería – admitió en un murmullo, e inhaló una larga bocanada de aire -. Supongo que eso significa que eres bueno en lo que haces.

Wolf Knight [Ji Chang Wook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora