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Para cuando Ji Nah llegó de nuevo a su casa en compañía de Young Jae, Byeoung Keun ya no se encontraba allí, pero había dejado una receta médica para pastillas que calmarían tanto el dolor como los nervios de Eul. La aludida estaba acomodando sus pertenencias en la habitación de invitados del segundo piso, en donde Ji Nah había ordenado que la acomodaran. Le escribió un mensaje de agradecimiento a su amigo doctor y le pidió a Hye Jung que se encargara de comprar los medicamentos mientras ella hablaba con la muchacha antes de verse obligada a regresar a la compañía. En el camino a las escaleras, le pidió a Seo Woo que preparara algunos hoppang, bolas de harina de arroz pre-cocinadas rellenas con pasta de judías dulces, como aperitivo para poder alimentar a su invitada hasta la hora de la cena. ¿Se arrepentiría de su decisión? No podría volver a perderla de vista, le aterraba pensar que intentaría regresar al techo del edificio cuando no prestase atención. ¿Debería pedirle a Young Jae que le hiciese compañía? No aceptará, supo al instante. Y necesito a Hye Jung-ah conmigo. No se atrevía a pedirle a Seo Woo tal favor y, una vez estuvo frente a la puerta del cuarto, se convenció de que encontraría una forma.

- Unnie – habló la voz de Eul al abrir, localizándola de pie frente al armario con un repentino semblante aterrorizado -, mi padre... ¿Él...?

- Enfócate en descansar por hoy – la interrumpió, haciendo una seña con la mano para restarle importancia -. Te dije que yo me encargaría y eso haré.

- Pero-

- Ah, veo que ahjumma no olvidó nada. – Se acercó a la cama donde atisbó una canasta mediana con distintas pertenencias dentro. – Tienes toallas, productos de higiene personal, una bata, pantuflas. No creo que lo necesites, pero puedes usar mi maquillaje si gustas. ¿Quieres que te preste ropa para dormir esta noche?

- Ani, traje varias mudas de mi casa – respondió con una sonrisa forzada -. Unnie, yo... hm... por todo lo que está haciendo por mí... - La joven soltó las prendas de sus manos y llevó a cabo una inclinación pronunciada. - ¡gamsahabnida!

Se sintió incómoda por su muestra de afecto y se acuclilló para pedirle que se levantara cuando se dio cuenta de que Eul estaba llorando.

- Estarás bien ahora – juró, aunque le hubiese gustado sonar más segura -. Él no puede lastimarte aquí. Y yo me encargaré de que así sea a partir de hoy, ¿ne? No tienes que preocuparte por ello ahora, sólo enfócate en aprovechar tu tiempo libre mientras estés aquí. No tienes que ir a trabajar. ¿Estás en la universidad?

- Ne – asintió entre sollozos.

- Eso es genial, ¿qué estás estudiando?

- Pues... - Eul se limpió las lágrimas y volvió a erguirse. – contaduría y administración. Mi padre quiere que dirija el departamento de finanzas algún día.

Era de esperarse, pensó.

- ¿Y qué tal si te saltas las clases por un tiempo? – ofreció – No puedo dejarte salir de aquí desprotegida, así que deberás mantenerte escondida hasta que sea seguro.

- Al ass eo, puedo hacer eso.

La llevó en un breve recorrido por la casa y se despidieron al estar de vuelta en la sala, donde Ji Nah anunció que debía regresar al trabajo. Confió en que Eul estaría bien por su cuenta por ese día, la despidió con un abrazo y la saludó con la mano por la ventana a medida que el coche se alejaba, dejando a la joven acompañada por Seo Woo en la entrada. Me recuerda a mí, admitió en su mente, rememorando los días en que por primera vez se dio cuenta que su vida comenzaba a derrumbarse al morir su madre. De repente se había visto obligada a confiar en extraños en una casa desconocida y siendo tratada como alguna especie de objeto que debía ser mantenido en custodia. Ni siquiera me dejaban visitar la tumba de mi madre. ¿Qué sería de la madre de Eul, en ese caso? ¿Estarían sus padres todavía juntos? Los divorcios entre personas de poder no eran bien vistos en el mundo de los negocios ya que provocaban disturbios con la división de fortunas. Además, si Kang Sung Min se hubiese divorciado, la compañía lo sabría. No hay secretos en este mundo, lamentó. Y se giró en su asiento para mirar por la ventana trasera a Eul todavía allí de pie. Mianhae, Eul-ah. Alguien como tú no merece un mundo deplorable como este.

Wolf Knight [Ji Chang Wook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora