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Emma

-Luke...-Susurre casi inaudible, el anillo se movía de un lado a otro entre las yemas de mis dedos.

-Ángel, no te pediré que te cases conmigo-Comenzó a hablar captando toda mi atención-Tan sólo tienes diecisiete

-Casi dieciocho-Reproche y él rió negando, tomó el anillo y el ramo, puso ambos sobre la mesa y me tomó por los codos

-Casi dieciocho...-Habló con voz queda-Primero... No es permitido y después de todo lo que ha pasado no te pediría eso.
No digo que no quiera, algún día pasará y lo sabes pero no ahora, ahora quiero que confíes plenamente en mi. Que vuelvas a amarme como lo hacías antes, que tengas confianza en mi.

-Pero la tengo, tengo todo lo que dijiste.

-No Emma... Tú quieres verlo así pero sé perfectamente que no confías del todo en mi. Que sigues resentida con todo lo que ha pasado.
Y si te doy el anillo ya, es para que sepas que va a pasar. Aún no sé cuando, aún no sé cuando volverás a confiar en mi pero el día que eso pase, serás mi esposa. -Me estrechó entre sus brazos, su colonia...-Y la madre de mis hijos. Aunque pasen mil años, te seguiré amando.

-¿Después de tanto tiempo?

-Siempre.

-Una parte de mi llora por que esto se parece a Harry Potter-Él rió roncamente

-¿En que puede parecerse?

-Cuando Albus se entera de que el patronum de...-Quise golpearme mentalmente al darme cuenta de todo lo que estaba diciendo-Olvidalo

-Nunca cambias... Aún sigues siendo la chica de los libros, ¿no es así?

Y fue ahí cuando lo entendí, había cambiado pero siempre sería la chica de los libros.
Siempre sería su chica de los libros, la insegura, la callada y aquella que cayó rendida ante un chico que pretendía parecerse a Patch. Que pasaba sus días deseando vivir su propia historia de amor tal como la de un libro y no me había dado cuenta de que ya la vivía.
Desde que ese chico rubio de ojos azules, vaya cliché, había entrado en mi vida.

-Entonces... Ángel, ¿te gustaría en algún momento de nuestras vidas, casarte conmigo?-Un brillo peculiar desbordaba sus ojos, sonreí ampliamente y asenti sin poder articular ni una sola palabra.
Tomó el anillo y con su otra mano tomó la mía delicadamente. El anillo entró a la perfección.

-Ahora... ¿Comemos?-Estiró su mano en dirección a la mesa, una risilla se escapó de mis labios y me senté.-Por cierto, te ves hermosa con ese vestido...-Hizo una pequeña pausa para después sonreír de lado-Lástima que no dejarás que te lo quite.

Frunci mis cejas sin comprender, después capte el sentido de su frase y sentí mis mejillas arder.

Camila

Me removi incómoda en el asiento y vi a Patrick tamborirear en el volante. Mi corazón se aceleró al verlo sonreír

-Me encanta esa canción, ¿la recuerdas?-Me miró unos segundos, puse atención a la música y frunci mis labios ligeramente

-Odio esa canción-Rodó los ojos

-A ti sólo te gustan las boybands

-No... No es cierto, conoces muy poco de mi-Aclaré mi voz y miré hacia delante, chasqueó con la lengua. Se detuvo en un semáforo en rojo y se giró a verme

-Te conozco muy bien-Negué frunciendo las cejas

-Conoces sólo lo que yo quiero que conozcas. Es así con todos.

-Eso dices tú pero yo si te conozco muy bien. Sé cuando estás molesta...-Lo interrumpí

-Eso es muy fácil de saber, yo protesto ante todo y me enojo por muchas cosas. No es algo que quede oculto.-Contraataque

-A eso no me refiero, cuando hieren tu ego o tu orgullo. Cosas que no demuestras a simple vista.
Sé que ruedas los ojos cuando una chica plástica se acerca...

-Eso lo hacen todos-Cambio la marcha y aceleró, dirigió de nuevo su vista al camino

-Sé que dices indirectas continuamente, las personas no las notan pero tú igual las dices esperando que alguien entienda. Tú léxico cuando peleas con una persona es aún mayor del que usas normalmente. Frunces el ceño cuando no estas de acuerdo con algo. Siempre tienes que tener algo en tus manos y cuando estas nerviosa terminas rompiendo todo. Siempre encuentras algo que puedas tocar o romper mientras hablas con alguien. Mordisqueas tus uñas hasta que estas se rompen, quieres dejarlo pero en cualquier situación de nervios vuelves a romperlas. Mueres por encontrar al chico perfecto sin que tu tengas que hacer nada para que él se fije en ti. Tienes miedo de no encontrar a nadie, tienes miedo a no casarte y aunque quieras negar todo eso, aunque quieras fingir que no crees en el amor es mentira... Crees plenamente en que el amor conquistara el mundo.

Mis labios se secaron y no me había dado cuenta que tenía la boca entreabierta.

-Amas a los animales... Tanto que aunque finjas que para ti son sólo mascotas, te importan más que una persona... Te enamoras muy rápido y muy fácil, esperas cariño de todos. Por fuera eres fría y calculadora pero en realidad tu corazón se derrite por todo. Tuviste una vida complicada... Aún la tienes, ¿verdad?
Te conozco Camila, más de lo que tu quisieras

-Basta...-Me dañaba

-También sé que nunca me dejaste de amar, estás con Ashton sólo para tapar el vacío que sientes cada vez que recuerdas que yo nunca te querré de la manera que tu lo haces... y dime ¿Dejaste de cortarte?-Tomó mi muñeca, la aparte bruscamente

-Eres un imbécil-Hablé tosco y de pronto él frenó haciendo que mi cinturón se presionara aún más fuerte en mi pecho.

Alcé mi vista y un auto deportivo fue lo primero que alcancé a ver.

-¿Quién es este imbécil?-Mascullo. Reconocí el auto y desabroche el cinturón de seguridad-¿Qué haces?

-Algo que debí haber hecho hace mucho, me alejo de ti.-Abrí la puerta y cuando iba a salir su voz me detuvo

-¡Eh, cam!-Me giré esperando a que hablara-Feliz San Valentín.

Cerré de un portazo y con dificultad caminé bajo la lluvia. El auto de Patrick pasó con velocidad a mi lado, había pasado por un charco gigante por lo que toda el agua cayó en mi.
El conductor bajo del auto y su altura que sobrepasaba la mía me intimidó. Aunque ya sabía quien era.

-¡Camila!-Escuché si voz por entre la lluvia, las gotas caían tan fuerte que me quemaban la piel cada vez que caían. Eran millones de golpes fuertes.
Al parecer él no me veía, terminé de acercarme y me planté frente a él.

-¡Mierda Irwin, soy una estúpida! ¿Si? Todo lo que hice está mal-Grité y el puso sus manos a cada lado de mis brazos

-¿De que estás hablando?-Ignore su pregunta y seguí con mi discurso improvisado. Si quería que las palabras fueran las correctas tendría que imaginarme escribiendo en mis libros. No podía decir algo coherente por mi misma.

-¡Me equivoqué, nunca debí tratarte mal!-Tomé aire-¡Y me Di cuenta de que que siempre estuve mal... Siempre creí que no te amaba, que sólo te veía como un amigo cuando en realidad nunca fue así!¡Enamorarme de Patrick fue un error!-Mis manos de formaron en puños sobre su camisa mojada-Y... lo siento mucho... yo... alguna vez llegué a pensar que tenía que estar contigo para... para olvidarlo-Mis ojos ardieron y sabía que no era a causa de la lluvia, estaba llorando de nuevo-Mierda, Ashton te usé de la peor forma posible y entiendo si no quieres ni siquiera volver a hablarme. Lo entiendo, yo lo haría.
Creía que sólo te estaba usando, pero me decía eso para ignorar el hecho de que estaba contigo por que en realidad te amo. Por que me enamoré de ti y no lo quería reconocer, quería fingir que no era posible. No quería salir lastimada por eso me mentía y decía que te usaba. Por que tenía miedo de amar.
¡Pero te amo!¡Y ahora es tarde para decirlo, después de esto sé que te alejaras...! No te preocupes, si yo fuera tú lo haría. Si yo fuera tú me iría lejos.

-¡Por eso te amo!, por que somos polos opuestos y yo no lo haré contigo. Yo no me iré nunca.-Pegó sus labios a los míos, estaban fríos debido a la lluvia pero me hizo sentir que me quemaba por dentro.

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